La boda del heredero
Capítulo 58

Capítulo 58:

“Supongo que estar a punto de perderlo… Me hizo cambiar. Las experiencias cercanas a la muerte suelen hacer eso, ¿No?”.

“Sí, son casi infalibles en ese sentido. Y aunque admito que me alegra que las cosas vayan mejor… Aún sigo pensando que estar casada con él es problemático”.

Esta vez fue mi turno de torcer la boca… Porque justo había elegido ese día para interceder.

“¿Problemático?”.

“Sí, hay rumores… Como siempre”.

“Exacto, como siempre, creí que habíamos superado eso, papá… ¿Desde cuándo te importan los rumores?”.

“Desde que todos en el pueblo hablan de como las cuentas bancarias de mi hija están siendo revisadas por su esposo… ¿Por qué? ¿Por qué cree que le robas?”, resopló con cinismo.

“No me sorprende, a esa familia la mueve el dinero, es una pena descubrir que Emmett no es diferente… pero en realidad no me sorprende. Pero duele, Irina, tener que defenderte de algo a lo que saliste corriendo sin pensarlo”.

“Papá… Emmett no cree que yo le robé, él está haciendo una investigación, de hecho una auditoría completa…”.

“¿Por qué solo a ti?”.

“No es solo a mí, es a toda la junta, incluso Gioconda está bajo investigación, Damien también… todos”.

‘Incluso tú… Quizás’, pensé de pronto, recordando la acusación de Damien.

“¿Entonces por qué de ellos no se dice nada?”, replicó papá.

“No lo sé, ni siquiera sé cómo es que sabes eso… ¿Quién te lo dijo?”.

“Se lo escuché a Lorraine Markle ayer en la tienda… No sé quién se lo dijo a ella, pero es humillante que te traté así”.

“Papá, Emmett no me está haciendo nada, todo esto tiene que ser obra de Gioconda o del mismo Damien para humillarme… Esos no descansarán hasta hundirme”.

“¿Entonces por qué sigues ahí?”, preguntó exasperado.

“¿Por qué insistes en formar parte de una familia que te detesta?”.

“Porque yo no quiero ni querré nunca ser uno de ellos, papá… Pero lo soportaré si eso significa estar con Emmett”, aseguré con solemnidad.

“Sé que no lo entiendes, pero yo estoy a su lado porque quiero hacerlo, para mí estar lejos de Emmett no será una opción nunca, no me importa cuánto me deteste su familia”.

Papá tomó uno de los vasos y sirvió agua para Elliott. No supe cuánto tiempo pasó en silencio, pero para mí fue mucho, sin embargo cuando habló… Me dijo algo que jamás pensé oír de su boca.

“Cuando estuvo en el hospital… La forma en la que reaccionaste al enterarte… Aún recuerdo el pánico en tu voz cuando me llamaste. Estaba tan preocupado por tu estado, pensé que podías poner en riesgo el embarazo, pero luego me di cuenta que… Tú sola lograste mantenerte en una pieza, tú parecías tan capaz de derrumbar montañas. Y una parte de mí pensaba que eso es lo que pasa cuando uno está…”, arrugó la frente una vez y sonrió.

“Ese día empecé a creerme que realmente lo amabas, ¿Sabes?”.

“Lo hago”, le asegure.

Había dicho aquello otras veces, pero está era la primera vez que la voz me temblaba al hacerlo, como si mi garganta no pudiera contener su significado.

Seguía manteniendo la fachada ante mi padre y el mundo, pero no podía seguir mintiéndome a mí misma… Estaba completamente enamorada de Emmett Lefebvre, amaba a mi esposo, pero una parte de mí sabía que eso podía ser peligroso.

Quizás un año atrás, saberlo hubiese hecho todo más sencillo, pero ahora… Era una ruleta rusa.

No solo lo amaba, sino que me había entregado por completo a él. Emmett podía estallar en cualquier momento, como la bomba de tiempo que era… Y yo ya no tenía defensas contra él. Todo era maravilloso ahora, pero… ¿Qué sería de mí?

Si recobraba la memoria y recordaba que solo estaba conmigo por conveniencia… ¿Qué haría cuando recordara que realmente yo no le encantaba, como me había dicho la noche anterior? Al pensar en eso me sentí aterrada.

“Temo que quizás no sea conveniente”, murmuró papá como si hubiese estado escuchando mis sentimientos.

“Él quizás sea diferente, Irina, pero sigue siendo uno de ellos y hay cosas que simplemente se llevan en la sangre”.

Sabía que papá hablaba sobre lo de la auditoría, pero también entendía que necesitaba ser prudente en el aspecto personal.

Si Emmett recobraba la memoria… Cuando entendiera todo y finalmente decidiera que quería deshacerse de mí, yo necesitaba estar preparada, necesitaba poder responder y mantenerme en pie, y para eso no podía dejar que siguiera colándose en mi cabeza.

Cuando oímos el llamado a la puerta, traté de recomponerme, sabía que era él; dejé el morral sobre el mesón y fui hasta la entrada para abrirla.

Me encontré con su rostro sereno, me sonrió como si nada estuviese mal con el mundo y entonces se acercó para besarme con decoro.

Mientras el calor iba invadiendo mi cuerpo, comprendí que yo había cruzado la línea que quería trazar mucho antes de que esta existiera.

“Hola”, saludó con una gran sonrisa, y entonces, por primera vez, deseé que no recuperara su memoria aun, así este Emmett tendría que quedarse y estar conmigo por más tiempo.

‘Y en ese tiempo yo haré que se enamore perdidamente de mí’, me aseguré con una tranquilidad que no sentía.

Porque una vez más parecía que todo estaba en nuestra contra… Luego de la traición de Damien creí que mi corazón estaba sellado, pero lo cierto era que hacía mucho que le pertenecía a Emmett, y no estaba dispuesta a permitir que se me escapara.

El miércoles a mediodía, me encontraba en mi oficina, revisando unos reportes de productividad cuando oí los toques a mi puerta. Alcé la mirada para encontrarme a Emmett, tan increíblemente apuesto con aquel traje gris perla, que había pasado toda la mañana luchando para sacarlo de mi cabeza.

“Hola”, saludó entrando a la oficina.

“Hola, ¿Cómo va todo?”.

Últimamente no podía hablar con él sin aquella tonta sonrisa en el rostro…

Las cosas estaban dándose tan bien que no podía hacer más que sentirme estúpidamente feliz cada que él estaba cerca, pero esta vez, contrario a lo que se había hecho costumbre…

Él no sonreía.

“Todo bien, Adrien y yo saldremos a almorzar… El auditor nos citó”, concluyó con una mueca, y entonces fue mi turno de dejar de sonreír.

“¿Ya ha terminado el proceso? ¿Ya saben lo que ocurre?”, pregunté preocupada.

“No lo sé, solo dijo que había detalles que aclarar y… Pidió vernos, así que…”

Bajó la cabeza y resopló.

“Algo que dice que no quieres saber qué va a decirte”.

Me puse de pie y rodeé el escritorio para poner una mano en su hombro mientras él se sentaba.

“No es que no quiera saberlo… Claro que quiero, necesito descubrir qué pasa y detenerlo… Adrien dice que hay una gran desviación de recursos y no entendemos por qué, pero es que…”, resopló una vez más y chasqueó la lengua.

Sentí una gran pena por él al comprender lo que ocurría, pero no había nada que yo pudiera hacer al respecto.

“Temes descubrir que alguien de la familia tiene algo que ver en eso”.

No era una pregunta.

Estaba bastante claro.

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