La boda del heredero
Capítulo 130

Capítulo 130:

“Es bueno que sigas tan ciegamente enamorado de mí… Soy una mujer con suerte” respondí entre risas, una de las pocas que había dejado escapar en ya había olvidado cuánto tiempo.

Mi felicidad realmente pendía de un hilo, Elliott la representaba casi toda, porque pensar en el embarazo me causaba más angustia que cualquier otra cosa, el miedo a perder al bebé me tenía mortificada.

Y Emmett…

No era tonta.

Sabía que no había dicho nada por mi estado, pero podía ver en sus ojos que guardaba muchas cosas para no herirme, cosas que reprocharme, lo sabía y me lo merecía, pero eso me hacía no estar del todo bien con él, y lo odiaba…

En esos tiempos, más que nunca, necesitaba de él por completo.

“En realidad el afortunado soy yo”

“¿Porque te casaste con una mujer terca, testaruda, impulsiva y a veces medio tonta?”

“Y hermosa… No lo olvides”

Puse los ojos en blanco ante su broma, pero él tomó una de mis manos entre las suyas y se las llevó a la boca para besarla con delicadeza, como cada cosa que hacía conmigo desde que había salido del hospital.

“Lo que tú digas” comenté con burla.

“Ya hablando en serio… Soy afortunado no porque tenga a una mujer perfecta a mi lado, sino porque realmente pude ser feliz con la mujer que siempre he amado, tuvieron que pasar mil tragedias y contratiempos, pero aquí estoy… a tu lado, y para mí eso es una gran fortuna”

“Agradezco tus palabras, cariño. Yo… creí que estabas resentido conmigo”

“¿Por qué lo estaría?” su pregunta me tomó por sorpresa, no era habitual en Emmett hacerse el tonto.

“Pues por mi imprudencia esos días y…”

“Por ser la responsable de que mataran a tu hermano”.

“No lo sé, Emmett… por todo”

“Todos cometemos errores, Irina. Pero cuando ya nada se puede cambiar, solo nos queda mirar hacia el futuro y tratar de hacerlo mejor”

“Supongo que tienes razón, es solo que… me siento tan culpable

” Empecé a pellizcar mis dedos con nerviosismo.

“Sé cómo te sientes”

“¿En serio lo sabes?”

Mi pregunta estaba cargada de sarcasmo, pero la mueca que me mostró me dejó claro que él hablaba en serio.

“Hoy nos reunimos con el albacea de Damien… Luego de casarse había asignado a Nadine como su heredera, pero… Por ley ya no le corresponde nada. Mamá está feliz por eso, no quiere que Nadine obtenga ni un Euro, he intentado dialogar con ella”

“¿Dialogar para qué?” pregunté contrariada, por primera vez en la vida estaba de acuerdo con Gioconda.

“El bebé no tiene la culpa de nada, es hijo de Damien y debería ser suya la herencia” respondió con gesto serio.

“¿Tan siquiera sabemos que es de Damien?”

“Él nunca me hizo pensar que no lo fuese, y eso basta para mí”

“¿Qué harás entonces?”

“Aún no lo sé, pero me encargaré… Es a lo que me refiero, yo no puedo cambiar lo que hizo Nadine, o lo que la ley impone para esa herencia, pero puedo hacer algo para disminuir las consecuencias con mi sobrino”

“Eres un gran hombre, Emmett, ¿alguna vez te lo he dicho?” le pregunté sintiéndome muy orgullosa de estar con él, y por la sonrisa que me dedicó, supe que le había gustado mi comentario.

“Solo trato de hacer lo correcto”

“Pues creo que eso te hace único y maravilloso, sigo pensando que soy yo la afortunada”

Me incliné hacia él y besé su mejilla izquierda, al hacerlo él sonrió con cierta timidez.

“Si soy tan único y maravilloso… Supongo que no tendrías ningún problema en casarte conmigo, ¿O sí?”

Fruncí el ceño al oírle y me incliné un poco hacia atrás.

“¿Casarme contigo? ¿De qué hablas? Ya estamos casados”

“No, no hablo de una ceremonia civil apresurada y en secreto, no esa tonta ceremonia de teatro que nos organizó mamá… Quiero una boda real, juntarnos amor eterno ante Dios”

“¿Por la iglesia?”

La sorpresa me ganó y empecé a derramar un par de lágrimas, aquello era la último que yo me esperaba escuchar de Emmett en esos días, pero era también lo más maravilloso que había oído en mucho tiempo.

“Por la iglesia” repitió sonriendo.

“¿Te gustaría?”

Quedé muda por un minuto, mi mente no dejaba de imaginar cómo sería casarme con Emmett una vez más, esta vez estando los dos enamorados y deseosos de unirnos.

Después de todo lo que habíamos pasado, se sentía como si finalmente pudiéramos volver a respirar, como si pudiéramos empezar de cero… esta vez sin obstáculos ni reveses, al menos ninguno que importara.

“¿Debo tomar todo el rato en silencio como un ‘no’?”

Cuestionó con humor, no estaba nervioso, sabía que yo jamás diría otra cosa que no fuera ‘sí’.

“En absoluto, sabes que feliz de la vida me casaré contigo otra vez… y todas las veces que hagan falta”

Emmett sonrió y se acercó más a mí para envolverme en sus brazos y besarme con dulzura.

“Eso me parece excelente entonces, porque lo haremos muchas veces, hasta que a la gente le de pena ir a ver nuestros cuerpos arrugados seguir caminando hacia el altar”

“Eso suena fantástico para mí”

“Ahora… ¿Qué te parece si voy a buscar a Elliott y nos sentamos a ver los tres alguna tediosa película de dinosaurios de colores?”

“Eso suena aún más fantástico” reí mientras él me dedicaba un guiño, un beso en la frente y se levantaba para ir en busca de nuestro hijo.

Respiré profundo y sonreí, muchas cosas malas habían pasado, pero nada de eso nos había hecho caer realmente, Emmett y yo seguíamos siendo un frente unido, mucho más del que fuimos cuando nos casamos por primera vez, y eso debía ser motivo suficiente para estar feliz.

Una confianza absoluta creció en mí ante un simple pensamiento: Si luego de todo lo vivido, seguíamos ahí…

Entonces nada ni nadie nos podría derrumbar.

Sonreí una vez más y procuré tener eso en mente, Emmett y yo…

Y lo que estábamos construyendo, prevaleceríamos ante cualquier tempestad…

Y estaba inmensamente agradecida por eso.

…

Dos años después…

Terminé de arreglarme el corbatín, me miré al espejo y tuve que admitir que me veía mejor de lo que esperaba.

Sonreí con malicia al pensar en la reacción de Irina al verme, sabía que le gustaba verme vestido en aquel color, iba a ser una sorpresa para ella, que esperaba verme en el clásico traje negro, pero ese día quería complacerla por completo.

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