La boda del heredero
Capítulo 120

Capítulo 120:

Unas horas antes, las puertas del elevador se cerraron y podía oír mi corazón latir con violencia en mi cabeza.

Una mezcla de ira e incertidumbre se mezclaban dentro de mí con cada segundo que pasaba. Quería despedazarlo pero al mismo tiempo quería mantenerme a kilómetros de él.

¿Cómo alguien a quien se supone conocía, incluso en sus peores facetas, resultó ser tan vil y despiadado?

Aquella pregunta seguía rondándome mientras lo veía ahí, en ese rincón del elevador, tan imperturbable que se hacía incómodo siquiera mirarle.

Pero entonces, como para disparar mis nervios, Damien dio un paso al frente y pulsó el botón de:

[Stop]

Del elevador, haciendo que la cabina se detuviera a dos pisos de la Planta Baja, y que mi pulso llegara a los cielos.

Mi respiración se hizo más pesada y tensé la mandíbula cuando empezó a girarse hacia mí.

“No lo hagas”, siseé entre dientes cuando estuvimos frente a frente.

“¿Hacer qué?”, preguntó tensándose igual que yo, solo entonces pude ver que no estaba tan tranquilo como creí que estaba.

“Lo que sea que pretendas hacer deteniendo esta jodida m!erda”

Damien le pasó una mano por el cabello y chasqueó la lengua, parecía no saber qué decir a continuación, y eso sí era algo inusual en él.

“¿Qué es lo que te pasa, Damien?”

“Acabo de ver la noticia… En mi teléfono”, murmuró mirando hacia el piso.

“¿Qué noticia? ¿De qué hablas?”

Ya estaba empezando a molestarme toda esa actitud suya.

“Hallaron muerto a quien presumen fue el conductor que mató a Angie”

“¿Intentas hacerte la víctima conmigo? ¿Pretendes decirme que no fuiste tú?”, ladre enfadado, avanzando hacia él aunque se suponía que debía ser prudente, pero su gesto contrariado me indicaba lo contrario.

“¡Yo! ¿Cómo podría haber sido yo?”

“Trabajadores de los viñedos aseguran que fuiste el único que salió de la mansión el día de ayer… ¿Dónde estuviste? ¿Ah?”

Damien dejó escapar una sonrisa irónica y se llevó la mano al bolsillo derecho de su pantalón, de ahí sacó lo que parecía ser un trozo cuadrado de plástico negro y me lo mostró.

“¿Qué es eso?”

“No estoy muy seguro, pero es una memoria USB que puede que contenga un virus dentro, ayer lo conecté a mi laptop y simplemente… la fundió”

Fruncí el ceño y lo miré sin entender una m!erda de lo que decía.

“¿Qué diablos tiene que ver una p%ta USB infectada con Harold Williams?”

“Mi coartada”

Sonrió una vez más.

“Pero no es como que sea una coartada de verdad… A fin de cuentas ella no quiere que nadie lo sepa”

“¿Puedes dejarte de estupideces y decirme qué diablos quieres decir?”

“Ayer salí de la mansión, sí… Pero fui a una cafetería en Neustadt a encontrarme con un amigo de Nadine, tan raro como todos sus otros amigos norteamericanos. Él me dio esto”, agitó la memoria a la altura de su cara.

“Y se supone que yo debía conectarlo al servidor de Lefev’s”

“¿Al servidor? ¿Para qué?”

“Para fundirlo, quizás”

Se encogió de hombros.

“Es lo que ella quiere”

“¿Lo que ella quiere? ¿Nadine?”

“Discutimos anoche, pero ella dice que es la única forma de eliminar cualquier registro sobre D’vine… y su padre”, suspiró con cansancio.

“Y estuve a punto de hacerlo, porque aunque no estoy del todo de acuerdo con sus métodos… Verte derrotado es un placer que no quisiera perderme, pero entonces… Vi la noticia. El hombre está muerto, dime ¿Por qué tus obreros me vieron salir a mí pero no a ella?”

Su pregunta me dejó confundido.

¿Estaba diciendo la verdad?

¿Alfred se había equivocado?

“No lo sé, solo pregunté y me informaron eso”

“Pues Nadine también salió ya entrada la noche, ayer no le cuestioné a dónde fue, y hoy ya no me hace falta… ¿Ella lo mató, cierto?”

“Pues si no fuiste tú entonces fue ella, son los únicos infelices a los que les convenía que Williams estuviese muerto”, bramé con furia, una parte de mí quería creerle, pero la otra seguía estando alerta a cualquier posible ataque.

“No fui yo… Pero me hubiese gustado. Ese hijo de p%ta mató a Angie y al bebé, él… Obedeció sus órdenes, ambos merecen lo peor”

“¿Acaso amabas a esa mujer?”, pregunté incrédulo.

“No, pero en su v!entre llevaba a mi hijo, y eso jamás se lo voy a perdonar a Nadine, así que ten”, extendió su mano y dejó caer la memoria sobre la mía.

“Con lo potente que es esa cosa… dudo que sea legal, te puedo dar el nombre del imbécil que me lo dio, y en el teléfono de Nadine debe quedar registro de la llamada que le hizo ayer. Al menos eso te ayudará a acusarla de sabotaje”

Miré el pequeño trozo de plástico en mi mano y luego lo miré a él con una ceja arqueada.

“¿Quieres que me crea todo este cuento? ¿Solo así? ¿De la noche a la mañana te volteas en contra de tu mujer y piensas ayudarme? ¿Por quién me tomas, Damien?”

“Emmett, soy un hijo de p%ta… literal lo soy, mamá me crió de esa forma. No me importa nadie más que yo mismo, soy mezquino y ambicioso, eso ya lo sabes… haría cualquier cosa por dinero; sí, fui parte de la creación de D’vine, en parte porque me ofrecieron una buena parte de las ganancias y por otro lado porque el auge de ese proyecto significaba un golpe para ti. Verte postrado en una cama no era suficiente para mí… ¿Sabes por qué?”

“Porque tú no me hiciste eso”, murmuré, entendiendo finalmente lo que siempre sospeché.

“Exacto… eso no me daba ningún tipo de placer porque no lo provoqué yo y porque realmente no lo estabas sufriendo, ¿Entiendes?… Yo necesitaba que lo hicieras. Supongo que en el fondo siempre esperé que despertaras, para que así vieras cómo tu amada empresa, el gran legado de la familia, se caía a pedazos gracias a mí. Quería verte sufrir por eso como lo hiciste cuando me veías con Irina, herirte de ese modo siempre me ha hecho sentir satisfecho. Y todo eso tal vez me haga un ser despreciable y grotesco para ti, pero no me hace un asesino”

“No, supongo que no”

Tuve que admitir con la hiel en la boca.

No sabía exactamente a dónde nos estaba llevando aquella conversación, pero de pronto empecé a sentirme un poco menos nervioso por su presencia ahí, que finalmente admitiera abiertamente su bajeza era tan inesperado como esperanzador.

“Pues ahí lo tienes…”

“¿Y ahora se supone que estás de nuestro lado? ¿Te esperas que me lo crea así sin más?”

“No, porque no estoy de tu lado… Pero solo quiero dejar claro que tampoco estoy con Nadine en esto, hice lo que me ordenó, lo que creí necesario para que D’vine surgiera, pero… Cuando decidió matarla perdió mi apoyo. ¿Tan difícil es entender eso?”

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