La boda del heredero
Capítulo 104

Capítulo 104:

Dimitri nos señaló el grosor con sus dedos, una idiotez, sin duda…

Un fajo de billetes no era de ese tamaño, pero la sola mención me estaba revolviendo el estómago.

“Cobra caro el infeliz”

Siguió entre risas, antes de ahogarse y toser.

“Pero bueno… ella tiene mucho dinero, ¿No? De seguro no le duele gastarlo en un extranjero de m!erda”

Miré a Caspian, que me devolvía la mirada con pesar.

“Emmett, hombre… no digo que debamos creerle, no sé si debemos, pero… Esa reparación en la terraza se hizo hace…”

“Hace un año, lo sé. Yo vi los trabajos el día que…”

La voz se me fue apagando al terminar de comprenderlo.

“El día de tu accidente”

Terminó Caspian por mí, su voz no era más que un susurro acallado por el bullicio del lugar, pero sentí que estaba gritándome a la cara.

“¡Déjame ver si entendí… Harold recibió dinero por parte de Nadine el mismo día que Emmett tuvo su accidente?” preguntó Adrien llevándose una mano a la boca cuando Caspian asintió.

“Y válgame, no digo que la señora Nadine…”

Dejó de hablar al instante y se giró hacia Dimitri, que lo miraba con atención y ojos adormilados.

“Toma, diez euros, de seguro logras beber algo con eso”

“¿Uh? ¡Adiós, Ernest… Abel, un placer conocerlos!”

Balbuceó Dimitri tan pronto tomó el dinero, luego se levantó de inmediato para dirigirse a la barra y dejarnos solos.

“Pobre diablo” murmuró Adrien viéndolo partir.

“A nuestro favor… No recordará nada de esto por la mañana” respondí mientras me volvía a verlos nuevamente.

“Oigan, lo que quería decir es que… no digo que la señora Nadine contratara a este hombre para matarte, Emmett; pero es lo que creen que pasó, ¿No? ¿Que Harold tuvo que ver en eso?”

Nos miró a uno y luego al otro.

“Sé que creerle a un borracho es una locura, pero… creí que tenías que saberlo, pero no sé en qué te ayuda esto”

Asentí en silencio y me rasqué la barbilla, pensativo; aquello me había tomado por sorpresa, siempre había asumido que Nadine estaba involucrada, pero siempre asumí que solo lo sabía…

Nunca hubiese pensado que tendría un papel activo en todo el complot.

“Hay algo que no termino de entender” comentó Adrien.

“Entiendo que ella tuviera que ver en lo de la amante de Damien, tiene el argumento de la humillación y todo eso, vale… eso lo compro. Pero… ¿Querer matarte? ¿Por qué involucrarse en algo así?”

“No me mires a mí, hombre… aun no me creo que estemos hablando de esto como algo que realmente está pasando” comentó Caspian levantando ambas manos.

“Es la esposa de Damien… si le jodo la vida a él, también se la estoy jodiendo a ella, ¿No?”

Me encogí de hombros.

“Puedo entender que esté metida en todo esto, no me quita el sueño, es solo una más que terminará hundida por ello. Lo realmente importante es que con esto pudiéramos confirmar que ellos son los culpables”

“No es tan fácil, Emmett… ¿Realmente crees que Dimitri es una fuente confiable? Será su palabra contra la de Nadine” dijo Adrien, y sabía que tenía razón, pero no dejaría que eso me bajara los ánimos.

“El nombre de Dimitri no tiene por qué salir a relucir, al menos no ahora… solo necesitamos encontrar a Harold y hacerlo confesar”

“Casi nada… hacer confesar al asesino” murmuró Adrien con sarcasmo, él no estaba tan convencido.

“Puedo hacerlo” dije convencido.

“A estas alturas debe saber que estoy vivo, pero tenerme frente a frente… no creo que esté preparado”

Caspian asintió lentamente y Adrien ladeó la cabeza, pero ninguno parecía realmente confiado… y sin embargo, eso no cambiaba nada, este era un gran avance.

Casi una hora después, abría la puerta de la casa de Hugo y entraba con cuidado.

Me aseguré de no hacer ruido, pero al llegar al pie de las escaleras, me topé con Irina, que bajaba con premura.

“Aguarda”

Alcé mis manos y seguí subiendo, instándole a que me imitara.

“¿Qué quería Caspian?” preguntó tan pronto cerramos la puerta de la habitación.

“Contarme algunas cosas de Harold, nos presentó a un par de tipos que le conocen y saben dónde vive… Creo que mañana iré al otro pueblo, necesito encontrarlo”

“¿Irás? ¿Solo?”

Sus grandes ojos se abrieron con sorpresa y preocupación.

“Sí, iré. Adrien debe volver a la oficina, empezar a preparar todo, y tú… simplemente te quiero lejos del alcance de ese malnacido”

“¡¿Vas a alejarme?! ¿Lejos de su alcance? ¡¿Acaso olvidas que pudo ir a matar a alguien en París?!”

“Ella no tenía dos escoltas”

“Uno”

Corrigió de inmediato haciéndome fruncir el ceño.

“¿Quieres ir solo? ¡Bien! Pero te quedarás con Nicolaj mañana, Elliott y yo estaremos bien con Edmond”

“Vale” respondí.

Entendí que era el peor de los males.

“Vale”

Dio un paso atrás y empezó a rodear la cama para irse hacia su lado, no dijo nada más y esa era señal de que algo no andaba bien.

“Ok, ¡¿Qué pasa?! ¿Por qué no estás peleando y diciendo que quieres venir conmigo?”

“Bueno, es que… Comprendo que solo quieres protegernos y sí temo mucho por ti, pero…”

“Temes más por Elliott, lo entiendo, es justo lo que quiero que hagas, entra en razón y mantente a salvo… yo me encargaré de todo lo demás”

Le vi asentir y sonreír débilmente y entonces empecé a desvestirme.

Había decidido no decirle nada sobre lo que realmente hablé con los chicos, y les ordené a ellos no hacerlo… Eso solo serviría para ponerla más paranoica.

Sin mencionar que ella era capaz de ir y arrancarle el cabello a Nadine por eso…

Lo mejor era evitarlo.

Ella tenía su riña personal con Nadine, pero en mi caso me daba igual…

Mi cuñada era solo un nombre más para tachar de mi vida, y uno más a sumar en la lista de los que me pagarían hasta el último segundo que me perdí con mi hijo y mi esposa.

A la mañana siguiente iría a buscar a Harold Williams y obtendría una confesión de su parte…

Costara lo que costara.

El reloj marcaba apenas las ocho de la mañana del día siguiente cuando yo ya me encontraba entrando a Colmar, aquel pueblo cien veces más pintoresco que Obernai, que parecía una mezcla de Venecia, Ámsterdam y un viejo pueblo alemán. Era un sitio agradable, lindo, incluso romántico, un destino ideal para un paseo de enamorados…

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