Infinitamente nuestra
Capítulo 20

Capítulo 20:

6 horas más tarde.

POV Faith.

Estoy dando vueltas y vueltas en mi habitación, caminando en círculos como tonta, sin saber qué hacer con esta situación, Lanox es mi mate y de mi hermana, es todo lo que alguna vez soñé, cuando estoy cerca de él mis piernas tiemblan, mi corazón se acelera y siento que estoy volando.

La manera en que me mira, sus manos recorriendo mi cuerpo, van quemando mi piel cuando me toca,

“Por la Diosa, Eve, no podré controlarme, me estoy volviendo loca por él, ¿Qué vamos a hacer?”, le decía a mi loba.

“Tú sabes que debemos hacer, Faith la unión de parejas es infalible, no puedes luchar contra esto, estamos destinadas a ser de él, por la Diosa, no importa cuánto luches o lo quieras alejar, somos como imagen, siempre nos estaremos atrayendo, hasta completar esta unión, deja de martirizar y vive esto que la Diosa nos ha regalado”, decía Eve.

“Lo dices como si esto fuera una bendición, como si al dios nos estuviera haciendo un favor”, le dije furiosa.

“Desde que nací nada ha sido una bendición en mi vida, conocí a Lanox de niña, él libero mi magia y mi cuerpo y yo cambié por completo, ¿Y mis padres? En lugar de ser comprensibles, que hicieron, me vieron como lo que soy una amenaza una bomba de tiempo que puede estallar en cualquier momento”.

“Me alejaron de mi mundo de lo único que conocía, de mi hermana que ahora me ve como una extraña, a una hermana que no conozco ya, a una madre que ni siquiera me visita ni me habla mí me da palabras de consuelo, esas palabras que me hubieras ayudado a salir adelante cuando llegue a este lugar”.

“Crecí sola, ninguna niña merece eso, yo no lo merecía, por la Diosa, yo era solo una niña cuando eso pasó, nunca quizá hacerle daño a Arya, nunca lo haría”, dije y no pude evitar llorar y caer de rodillas al suelo.

“Ahora que finamente después de todo eso, estoy siendo una mujer fuerte y plena, aparece Lanox mi mate, cuando estaba segura de mis sentimientos y de mi vida con Owen; además de que es el mate de mi hermana, quien lo tiene la mínima idea de que yo lo conocí primero y que también soy su mate.

“Haría me va a odiar, más de lo que ya lo hace, pensara que le estoy robando a Lanox y eso dices tú que es una bendición, no esto mi vida es una maldición que nunca va a terminar”.

“No seas tan dura contigo misma Faith, después entenderás del porqué paso todo, ten fe en nosotras en la Diosa”, dijo optimista.

“¿Fe? Eso es lo único que no existe en mi vida”, limpio las lágrimas de mi rostro y me levanto del suelo, me acerco al espejo y trato de arreglarme de nuevo, esta noche es la presentación de los jóvenes, a quien debo inspirar y demostrarles que su futura reina es invencible y fuerte, como el resto de mi gente.

Hoy fingiré que soy feliz y trataré de decirlo, aunque sea por unas cuantas horas.

Hoy debo demostrarles a todos quien soy, no me verán débil sino fuerte, como una guerrera y futura soberana.

En el Coven tenemos tradiciones que son antiguas, como está la ceremonia de presentación de los jóvenes, cuando cumplen 16 años se realiza la presentación del alma, cada joven brujo o bruja le será asignado un guía espiritual y de magia.

Que los guiara en su preparación, estos ya fueron asignados, yo como descendiente de mi padre rey, seré la encargada de la ceremonia esta será mi segunda vez, aún me siento nerviosa, pero es mi oportunidad de demostrarle a Lanox y a todos, los que alguna vez han dudado de mi capacidad de gobernar, de lo que soy capaz.

Nadie ha visto la verdadera extensión de mis poderes, solo Silvana y aun así, no lo ha visto todo, he tenido miedo de demostrarle de lo que soy capaz, porque a veces no puedo controlar tanto poder, tengo miedo de perderme en la oscuridad, de perder mi alma.

Para esta ceremonia todos deben vestirse de manera tradicional, en mi caso escogí un vestido rojo, que muestra mis curvas y es un poco escotado, es un vestido antiguo ceremonial, que solo la realeza utiliza en este tipo de ocasiones, con un collar de piedras místicas.

Mi cabello está suelto, peinado con unas ondas que lo hacen verse más se%y, llevo mi pulsera roja, la que Lanox me regalo y que siempre está en mi brazo, nunca me la quito y no lo haré solo porque él está aquí.

El momento ha llegado y me siento tan nerviosa, como si fuera la primera ver que realizaré esta ceremonia, pero me siento distinta algo en mí ha cambiado, no sé qué es, pero me siento diferente.

Silvana me comento que pronto empezaría a notar cambios en mí, cambios en mi magia en mi loba, eso me dijo un día antes de la llegada de Lanox, será que ella sabía lo que pasaría, a veces tiene visiones y no siempre las comparte conmigo, tendré que hablar seriamente con ella sobre esto.

“Eres un deleite para mi vista, estas hermosa incluso esta noche, las mismas estrellas deben tenerte envidia”, dijo una voz y giré hacia atrás para ver de quien era, pero sin ver su rostro, podía identificar esa voz en cualquier lado.

“¡Owen!”, le dije mirándole con mi mejor sonrisa, él se veía guapísimo, traía su traje real de color azul oscuro, con incrustaciones de gris acero, una cinta con su escudo real que le cubría parte de su pecho con los colores de la casa Caranthir, azul y plata, su espada que era una reliquia antigua de su familia, su cabello rojo como el mío lo tenía recogido en una cinta de plata, que lo hacía ver aún más guapo.

Se acercó lentamente hacia mí y tomo mi mano entre la suya, la acerca a sus labios y al beso con ternura sin quitarme la vista de encima, me hizo recordar a esa niña de 12 años, que se enamoró de él, la primera vez que lo vi.

Inicio Flashback 6 años atrás.

“Faith, debes ser más fuerte, no puedes simplemente caerte y llorar como si fueras una niña de 6 años, daremos por terminado tu entrenamiento de hoy, pero mañana será aún más excesivo, espero que estés preparada”.

“Serás la futura reina después de tu padre y se espera muchos de ti, no eres la única que aspira a ese trono, si no estás lista habrá alguien más que tome tu lugar y estará dispuesto a ser el sucesor de tu padre”, me dijo Silvana y me dejo tirada en el campo de entrenamiento, hace tan solo un año que legue a este lugar y extraña a papá, mamá y a mi hermana, no quiero estar aquí, quiero irme a casa.

Mientras me quedaba llorando en el suelo, viendo mis manos con polvo y algunas cortadas, un niño se sentó junto a mí.

“Sé que es difícil, pero te acostumbraras, yo lo hice”, dijo él, Levanté mi mirada y el sol no me permitía ver bien su rostro, se me cerraban los ojos.

Él se puso de pie y se movió para que el sol no me diera en el rostro, fue cuando lo vi por primera vez, mi príncipe con cabello rojo igual que el mío, cabello con fuego como me decían al verme.

Su sonrisa era mágica, le sonreí sin siquiera saber su nombre, sus ojos eran de un color gris hermoso, me sentía como una tonta mirándolo de esa manera, pero lo veía como hechizada por su mirada.

“Tú eres la princesa y nuestra futura reina, Silvana tiene razón, no puedes permitir que los demás te vean débil, porque incluso intentaron matarte, tienes que ser fuerte, yo puedo ayudarte”, él extendió su mano para ayudarme a levantarme.

Tomé su mano entre la mía y me Levanté, pero él no me soltó al contrario siguió con esa mirada, sin alejarme de él por un instante.

Eso ocasiono que me pusiera nerviosa y él se dio cuneta porque me devolvió una sonrisa pícara, mientras seguía sosteniendo mi mano entre la suya.

“Silvana dijo que hay otro que quiere mi trono”, dije con mi voz dulce, la voz de una jovencita aun inexperta en este el mundo de rivalidades y fortalezas.

“Si, pero no te preocupes por él”, me dijo muy seguro.

“¿Por qué no?”, le dije sorprendida.

“Porque soy yo y nunca permitiré que alguien te haga daño, te protegeré de todo y de todos, incluso con mi vida, te cuidaré como más valioso tesoro”, me dijo mirándome fijamente y en ese instante, me sentí como una princesa de cuento de hadas, que había encontrado a su príncipe.

Él dio un paso hacia atrás y se hincó ante mí, tomó mi mano entre las suyas.

“Yo Conde Owen de Caranthir, juro mi lealtad y mi vida a mi futura reina su alteza real a la Princesa Faith Zanaerys Knox y a nadie más, juro dedicar mi vida a adorarte”, dijo y no pude sorprenderme con sus palabras, beso mi mano y se levantó mirándome.

“¿Y que pasaría, si yo no estoy lista para ser una reina?”, dije asustada y nerviosa.

“Entonces si me lo permites, yo reinaría a tu lado como tu rey y nunca te dejaría sola”.

“¿Me lo prometes?”, le dije con una sonrisa estúpida.

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