Infinitamente nuestra -
Capítulo 19
Capítulo 19:
POV Owen.
“Owen, me alegra que hayas venido”, dijo mirándome, con su sonrisa amigable de siempre.
“No deberías, seguir haciendo estas visiones, requieren de mucha magia y ya no eres una jovencita Silvana, deberías guardar tus fuerzas”, le dije con sinceridad, aunque ella no es familiar mío, es mi mentora como lo ha sido de muchos de la casa Caranthir.
“Va, estoy en la mejor etapa de mi vida, me siento más fuerte que nunca”, dijo riéndose.
“Porque me mandaste llamar, no es algo usual que me pidas venir y no a Faith, para este tipo de situaciones”, le dijo un poco desconcertado.
“Ha surgido otro ataque y no quiero preocuparla en este momento, que está tranquila disfrutando a su padre”, dijo ella mirándome y entiendo, que no quiera perturbarla, sobre todo creo que es un momento perfecto para demostrar que puedo ser el compañero que ella necesita, como futuro rey consorte a su lado, tendré que lidiar con este tipo de situación y porque no empezar a tomar mis responsabilidades.
“Con gusto me haré cargo de la situación, dime los detalles”, le digo.
“Se han llevado a otra jovencita de 18 años, pura e inocente, igual que las últimas 17, con las mismas características, nuestra doctora dice que lo que me preocupa es en la situación en la que la encontramos, su cabello teñido de rojo, como el de Faith y esta jovencita también tiene un parecido con ella”, me dice.
“Parece que lo que está causando estas muertes, estuviera acosando a Faith o creando copias de ella, la doctora la inspecciono y recién entrego su pureza, igual que las demás.”
“Arwen, piensa que todas fueron seducidas, se entregaron con voluntad propia y este ser, malévolo consume sus almas, dejándolas como completamente momificadas, hay solo un conjuro para esto, pero nadie es sumamente fuerte para lograrlo”, dijo ella preocupada.
“¿Qué insinúas?”, la miré y me sorprendí porque nunca pensé las posibles palabras que saldrían de su boca.
“Los Ulraky están extintos, terminaron con todos, hace mucho tiempo es imposible”, responde.
“¿Lo es? Nunca pudimos comprobarlo, el último sumo sacerdote escapo y jamás fue encontrada evidencia alguna de su muerte”.
“Es imposible, debe haber alguna otra explicación, te voy a pedir que me dejes manejarlo a mi modo y que no le digas a Faith, lo haré personalmente, cuando tenga más información, iré a hablar con Doctora Arwen, quiero saber todos los detalles”, salí rápidamente y decidí ir directo al hospital del Coven, tenía que ver a Arwen lo antes posible. Al llegar me encuentre con su asistente y hable con ella.
“Buenos días, Julieta, ¿Cómo estás?”, le dije coqueteando con ella, todas las mujeres caen a mis encantos y no lo voy a negar, aunque estoy loco por Faith, no soy ningún santo, tengo mis amantes, quien satisfacen mis más oscuros deseos que aun ella no realiza para mí.
Pero muy pronto lo hará.
“Buenos días, Conde Caranthir, en que puedo ayudarle”, dijo sonriéndome de una manera estúpida, la muy ingenua piensa que podría caer en sus encantos.
“Necesito hablar con urgencia con la Doctora Arwen, está en su consultorio”.
“¡No! Ella está ocupada en el tercer piso, realizando unos trámites, pero si me permite le aviso que está aquí, estoy segura de que podrá atenderlo”, me dijo mostrándome de nuevo esa sonrisa estúpida e ingenua.
“No es necesario, es un asunto oficial, prefiero entrar y verla personalmente ¿Me disculpas bella?”, le dije acariciando su barbilla y subí por el elevador a su consultorio privado.
Ver a una de mis amantes en persona, me va a traer mucho placer en este momento.
Arwen es una de mis amantes, la más recurrente es sumamente fogosa y me complace en todo, ella está enamorada de mí, por eso puedo manejarla a mi antojo, no es un problema y sabe que no debe celarme, porque Faith es y siempre será mi prioridad, pero aun así, puedo someterla a mi antojo.
Abro la puerta y la vista que encontró frente a mí es muy apetecible, Arwen está cambiándose, se ha retiro su bata de doctor y se está colocando un vestido negro bastante corto, que me deja ver un poco su trasero, ya que sé inclinando sobre su escritorio, no pierdo más tiempo ante esta invitación.
Entro y rodeo su cintura con mis brazos, colocando mis labios en su cuello, besándola y lamiéndola con cuidado para excitarla, ella reconoce mi aroma y mis caricias, como ninguna, eso me encanta de ella.
“Sabría que vendrías después de lo que le dije a Silvana, te estaba esperando”, dijo ella mientras inclinaba hacia atrás su cabeza, para darme más acceso a su cuello.
La giré con fuerza, y coloqué mis manos en sus muslos, cargándola y la senté sobre su escritorio, sigue besándola con lujuria, ya estaba bastante excitado y ella no opuso resistencia alguna.
Mis manos llegaron hasta la parte de atrás de su vestido y comencé a bajar el cierre, mientras ella tenía su mano recorriendo mi muslo, hasta llegar a mi pantalón y comenzó a desabrocharlo bajando mi cierre.
Mi miembro ya estaba muy duro y ella metió su mano en mi pantalón, lo tomo con fuerza, haciéndome soltar un gruñido de placer, mis manos acariciaban sus muslos y comencé a subir su vestido, mis manos encontraron lo que buscaba.
Introduje un dedo en ella, ocasionando que arqueara su espalda, ya podía sentirla bastante húmeda, no perdí más tiempo, saqué su mano de mi pantalón y la baje con fuerza, girándola y haciendo que se incline frente a mí, su cabeza y su pecho estaban sobre el escritorio.
Levanté su vestido y bajé mi ropa rápidamente, abrí sus piernas y entre en ella de un golpe, con fuerza con autoridad, la embestí con locura, como un verdadero salvaje como lo que soy y ella me recibía gustosa, es por eso que es una de mis amantes fijas.
Mi mano agarró un mechón de su cabello y la jalé hacia mí con fuerza, mientras seguía tomándola, ella gemía y eso me calentaba aún más.
“¡Si, Owen si así sigue!”, gritaba como loca, por suerte su consultorio privado era a prueba de ruido, le exige que lo hiciera, ya que algunas veces me gustaba venir y cogérmela sin restricciones.
Después de varias embestidas, ya está a punto de explotar dentro de ella, pero como todas las veces, tenía que imaginarme que era Faith a la que tenía empinada frente a mí, eso era lo único que lograba excitarme y lograr que llegara a la cima de mi éxtasis.
Más de una vez la he llamado ‘Faith’, durante se%o, pero ella sabe lo que le conviene por eso se calla.
Le he dado a Julieta más de 3 org%smos como siempre y ahora estoy a punto de correrme y doy una última embestida y me dejo explotar con fuerza dentro de ella, pensando en mi hermosa prometida en Faith, lo que daría porque fuera ella a la que tengo en este momento frente a mío.
Pero pronto, le aseguro a mi lobo, que también la desea con locura.
Me alejo de Julieta y entro en su baño para limpiarme, salgo ya con mi ropa arreglada y me siento en su sillón, mirándola hecha un desastre después de que tenemos se%o.
La miro sonriéndole y ella se recarga en su escritorio, mostrándome su mejor sonrisa, y cuando estoy frente a ella, coloco mi mano en su cuello con una fuerza bestial y me acerco a su rostro.
“Ahora que ya terminé con mis necesidades, quiero que me expliques por qué fuiste con Silvana, en vez de dirigirte conmigo”, le digo furioso.
Ella me miró con miedo, sabía que tenía ese efecto en ella, no supo que decir y todo pude escuchar ruidos de su boca, por la presión que tenía en ella.
“Voy a soltarte y espero que uses con sabiduría las palabras que me vas a decir”, le dije y la solté.
Julieta comenzó a toser, llevando sus manos a su cuello tratando de respirar.
“No tengo todo el día Julieta, te estoy esperando”, le digo.
“No le dije nada, ella pareció en el lugar donde encontramos a esa jovencita, no pude hacer nada al respecto, saber que jamás te desobedecería, siempre hago lo que tú me pides”, me decía acercándose a mí y tratando de tocarme de nuevo.
No soporto cuando se pone de esta manera, las mujeres que se arrastran a mis pies me dan asco, me complacen en todo, no tienen carácter ni fuerza de voluntad, por eso la única digna de mí y que quiero es Faith, las demás solo son mi pasatiempo en turno.
“La próxima vez, avísame de inmediato, si ella parece, seré el futuro rey y no la quiero de entrometida en mis asuntos”, le dije me Levanté y estaba por abrir la puerta, cuando me tomo de la mano.
“¿Nos veremos más tarde esta noche?”, me pregunto sonriéndome.
Me acerqué a ella y acaricié su mejilla con mi mano, le sonreí.
“Hoy es la ceremonia de presentación de los jóvenes, tengo que estar alado de mi amada, no pretenderás que la dejaré por ti”, sonreí y me fui.
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