Capítulo 80:

Esa noche era de ellos, y la tomarían tanto como pudiesen…

“Date la vuelta” le pidió él, contra los labios.

Ella obedeció encantada, y lo miró por encima del hombro a medida que él le adornaba la espalda con besos, para después morderle un cachete y palmearle el otro.

Kat se quejó acalorada, y acto seguido, sintió la cálida er%cción contra sus muslos, embistiéndola, torturándola, provocando que su propio cuerpo se empujara involuntariamente contra el último centímetro de él.

“Oh, Cassio, Dios, es tan bueno” sollozó, buscando su mirada. Él se la entregó, como todo de sí mismo.

Le pertenecía, en cuerpo y alma lo hacía. Kathia era el único lugar el que quería correr siempre, al que aferrarse, donde sabía, podía sentirse completo.

“Lo sé, cariño, disfrutas esto tanto como yo” le dijo, y se inclinó para besarle la boca, sintiendo la proximidad del org%smo en ambos cuerpos.

“Voy a… ah” se mordió el labio, excitada, eufórica.

“Déjate ir, yo te sigo”

Como si estuviesen complementados, el clímax sacudió cada fibra de sus cuerpos sin la mínima compasión, empujándolos sin retorno a la más idílica liberación.

El cuerpo de Cassio cayó a un lado del tapete segundos después, y la atrajo a ella contra él para besarle el cabello con ternura.

“Hola, futura esposa y madre de mis hijos” le dijo a modo de broma.

Kathia soltó una risita.

“¿Cuándo le daremos la noticia a Cassie?”

“Tan pronto como quieras, por ahora me gustaría tenerte un poco más así, pegada a mi corazón”

Ella cerró los ojos.

“Lo puedo sentir”

“Eso es porque te presiente, porque sabe que estás aquí, porque te ama profundamente”

Kat se giró para mirarlo a los ojos. Él le besó la frente.

“Creí que no ibas a estar de acuerdo con lo que hice” musitó suave.

“Me pareció un poco arriesgado de tu parte, pudiste poner en juego tu reputación y carrera”

Ella torció el gesto.

“Pero no fue así, además, Gina emitió una disculpa pública”

“La vi. ¿También conseguiste eso?”

La joven se encogió de hombros.

“Tenía que tomar el riesgo y hacerlo. Todo lo que te estaba pasando era…”

“Mi decisión, ya te lo dije, Kat. Y lo volvería a hacer sin dudarlo”

Ella suspiró largo.

“Pero era muy injusto, y lo que ocurrió con esos protestantes fue la gota que derramó el vaso” acarició su mentón. “Por cierto, ¿Qué ocurrió con ellos?”

“Nada, pero después de volver a hacerte el amor, una y otra y otra vez… creo que haré algo por ellos”

“Me gusta la parte de hacer el amor una y otra y otra vez, ¿Pero qué a te refieres con hacer algo por ellos?”

“Esas personas perdieron a sus familias por culpa de gente como la mía, lo mínimo que puedo hacer por ellos es recompensarlos de alguna forma, y abrir un fondo de dinero que pueda cubrir los gastos de búsqueda de jóvenes desaparecidos”

Kathia sonrió.

“Eso suena maravilloso. Me gustaría cubrir esa nota”

“¿Sí?”

“Por supuesto, sería algo muy humano de tu parte y todo el mundo debería saberlo”

“Hablando de humanidad… algo de mi cuerpo humano quiere volver a estar dentro de ti” le dijo con voz pícara y pegó su er%cción contra la pelvis femenina.

Ella soltó una risita, y se subió a horcajadas sobre él.

Cassio la admiró.

Era una maldita diosa.

“Algo de mí también quiere recibirte” se alzó un poco, y cuando bajó, se empaló deliciosamente a él.

Fue el principio de la noche.

Despertaron al alba, con el mar de fondo y el rumor de las olas rompiendo suave contra la orilla.

“Buenos días” ronroneó él, pegado a ese cuerpo cálido y femenino.

Kathia ladeó una sonrisa.

“Buenos días” respondió con voz queda, dándole un anhelo beso. “¿Qué hora es?

Cassio echó un vistazo al reloj en su muñeca.

“Las seis”

“Cassie debe estar preguntando por mí”

“Llámala y pídele a Sarah que la tenga lista. La llevaremos a desayunar” propuso, besándole el hombro. Ese día quería pasarlo con su familia. No había nada que deseara más.

Kathia sonrió antes de salir de la cama, todavía desnuda. Buscó el móvil y marcó a Sarah en una videollamada.

La joven niñera contestó con una sonrisa.

“¿Cómo salió todo? ¿Le dijiste que sí?” preguntó a modo de saludo, entusiasmada.

Kathia abrió los ojos, y tardó un segundo en comprender que ella sabía, así que no le quedó más remedio que soltar una risita y mostrar el anillo que brillaba en su dedo.

“¡Oh, Kat, es tan precioso! ¡Me pongo muy feliz por ti!” expresó la muchacha y ella se sonrojó.

“Lo sé, me encanta. ¿Está Cassie despierta?”

“Aún no, pero puedo despertarla y ponerla a la línea. Seguro se pondrá muy contenta cuando sepa la noticia”

“Mejor alístala. Cassio y yo pasaremos por ella en un rato”

“Por supuesto, nos vemos”

Colgaron segundos antes de que Cassio apareciera detrás y la rodeara por la cintura.

“¿Todo bien?” le preguntó, adornándole el cuello con caricias.

Kathia se giró entre los brazos masculinos y lo rodeó con los suyos.

“Muy bien” respondió.

“¿Nos vamos?”

El hombre asintió.

Más tarde, cuando llegaron a casa, la pequeña hija de ambos saltó de alegría al verlos, y corrió a esos brazos que siempre la protegerían.

Kathia aprovechó que padre e hija se pusieran al día para tomar una ducha rápida y ponerse algo fresco, pues darían un paseo por la playa y seguramente comerían algo por allí mismo.

Una vez lista, los tres salieron. Caminaron un poco alrededor de la costa y decidieron desayunar en un lugar que Cassie había escogido.

Pidieron todo lo que se les antojó en ese momento, y compartieron la mañana más grata que habían tenido jamás en sus vidas.

.

.

.

Consejo: Puedes usar las teclas de flecha izquierda y derecha del teclado para navegar entre capítulos.Toca el centro de la pantalla para mostrar las opciones de lectura.

Si encuentras algún error (contenido no estándar, redirecciones de anuncios, enlaces rotos, etc.), por favor avísanos para que podamos solucionarlo lo antes posible.

Reportar