Exesposa voy a conquistarte
Capítulo 78

Capítulo 78:

La mañana siguiente, después de hablar con Cassio y pedirle que la mantuviera informada de todo lo que ocurría con el juez, llegó puntual a la revista. Tomó asiento detrás de su escritorio… y dio clic a la publicación a nivel internacional de la biografía.

Y como si las noticias llegaran unas tras otras, una editora del área tocó a su puerta, diciéndole que debía prender el televisor de urgencia.

Gina estaba dando declaraciones frente a la prensa, y emitía una enorme y sincera disculpa, además de que se responsabilizaba completamente por haber manipulado la información en contra de Cassio.

Lágrimas asaltaron los ojos de Kathia y se llevó las manos a la boca para contener un jadeo de alivio, después, se dejó caer en su silla, presintiendo el final de todo aquello.

“Eres un hombre inocente, ve con tu familia” fueron las palabras de Gina.

Las nuevas noticias causaron revuelos positivos en el país. Para esa hora del día todo el mundo estaba hablando respecto a la biografía, y se mostraron enternecidos a través de comentarios y posts en todas las redes sociales.

La disculpa nacional de Gina fue en parte de gran ayuda, porque no solo admitía haber manipulado información en contra del Garibaldi, sino que dejaba a Kat ajena al desprestigio por haberse publicado tal cosa sin su consentimiento.

Sin más, la mujer decidió que no respondería preguntas por el momento, y que solo quería ir a casa con su familia y dejar todo eso atrás. Kathia se había encargado a través de Valerio, que su padre, en nombre de la revista, no la demandara, pues Gina había resultado ser una víctima más de la red de manipulación y amenazas de Francesca.

Valerio tocó a su puerta, sacándola de los largos minutos de ensimismamiento. Kat alzó la vista y después se incorporó para recibirlo. En ese momento, quizás por todo lo que estaba sucediendo, sintió uno de esos mareos que creyó que la habían dejado tranquila la última semana. Se aferró a los bordes del escritorio y su querido la tomó por la cintura.

“¡Kat!” la miró el hombre, apuesto por naturaleza, con esa mirada preocupada.

“¿Estás bien? ¿Quieres que llamemos al médico?”

Ella negó con una pequeña sonrisa.

“Estoy bien, es normal en mi estado” le dijo, y Valerio entrecerró los ojos, sin comprender.

“¿En tu estado?” quiso saber, aunque de pronto comenzó a sospecharlo.

Kathia torció una sonrisa.

“Estoy embarazada” musitó quedamente.

Valerio asintió, comprendiendo, y sonrió con tristeza.

“Embarazada” expresó Valerio con asombro.

Kat notó que una noticia así no era algo que él quizás hubiese esperado, no sabiendo que él…

“Valerio…” musitó con suavidad y tocó su mejilla.

“Me alegra, Kat, en serio me alegra” le dijo, pero eso no evitaba que sintiera pesar.

“Él siempre fue el motivo por el que nunca me pudiste dar una oportunidad”

Ella se quedó varios segundos en silencio.

“Es más complicado que eso”

Él negó.

“No tienes que tratar de hacerme sentir mejor” la tomó de ambas manos y besó el dorso de cada una.

“Eres una mujer inolvidable, y Cassio lo sabe muy bien”

Kathia exhaló largamente.

Sus ojos se llenaron de lágrimas no derramadas.

“Nuestra amistad…”

Intentó decir, pero él le colocó un dedo sobre los labios.

Mismos de los que durante tanto tiempo había estado deseando obtener un contacto que no fuese en la mejilla.

“Nuestra amistad sigue y seguirá aquí”

La miró con honestidad.

“Lo que sea que necesites, y necesiten, cuenta conmigo. Quizás pueda hacer algo por ustedes desde Estocolmo”

Ella abrió los ojos.

“¿Estocolmo? ¿Qué quieres decir? ¿Acaso tú…?”

“Voy a hacer una maestría en una universidad de allí. Me vendría bien, ya sabes, nuevos aires”

Kat sintió su pecho oprimirse.

“Esto… ¿Lo haces por mí?”

“No querrías saber la respuesta, pero no te preocupes, me despediré de ti y de Cassie antes de mi fecha de vuelo”

“Valerio…”

“Te quiero Kat, y ese sentimiento siempre vivirá conmigo, me hayas correspondido o no” dijo a modo de despedida, y le besó la mejilla antes de irse.

Kathia se quedó con ese pequeño vacío en el centro de su estómago. Valerio había significado muchísimo para su vida y la de su hija. Cassie lo quería muchísimo, y aunque alguna vez pensó en la posibilidad de corresponder a sus sentimientos, hubiese sido bastante injusta con él y consigo misma.

En Roma, Cassio estaba a punto de entrar a los tribunales cuando un séquito de periodistas lo abordaron con preguntas que no entendía.

“Señor Garibaldi, ¿Va a dar declaraciones respecto a las nuevas noticias?”

“La gente en redes sociales está ofreciendo disculpas por haberlo juzgado. ¿Piensa dar una rueda de prensa?”

“¡Díganos algo, por favor! El país entero está ansioso por escucharlo”

Y así, como esas, otras preguntas más.

“Cassio, tienes que ver esto” le dijo Marco tan pronto pudieron evadir a los periodistas y cruzaron las puertas del edificio.

Su amigo le entregó la Tablet, y viendo que todavía le sobraban un par de minutos más antes de tener que verse con el juez, Cassio echó un vistazo a las páginas que tenía en frente.

Se trataba de la biografía que había escrito Kathia, pero en una versión completamente más limpia desde la primera página. Después de leer un poco, sin profundizar demasiado, llegó a una sola conclusión:

El trabajo que Kat había hecho era maravilloso y completamente profesional. No hablaba maravillas de él, pero tampoco lo perjudicaba.

“Joder, Kat” musitó y exhaló en medio de risas.

Marco colocó una mano sobre su hombro y lo miró con una sonrisa.

“Es hora de ver al juez”

Cassio asintió.

La audiencia duró menos de lo común. La noticia ya había llegado a oídos y manos del juez, que también se mostró conmocionado y emotivo con la biografía digital en manos.

“No hay mucho que decir aquí” fue una de las cosas que el hombre le dijo, encogiéndose de hombros, y después lamentó muchísimo la situación por lo que había pasado esas últimas semanas.

El juez le pidió que siguiera adelante como consejo, porque se le desvinculaba completamente de los delitos que había cometido su familia.

Era un hombre inocente.

“¿Qué debo hacer ahora?” le preguntó a su amigo.

Todo estaba expuesto.

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