Exesposa voy a conquistarte -
Capítulo 76
Capítulo 76:
Ella se relajó un poco y sonrió, asintiendo.
“Solo porque estás herido”
“Consideraré estarlo con más frecuencia si eso significa que lo dejes todo de tu lado para venir al mío” bromeó Cassio.
Kathia volteó los ojos.
“No digas tonterías. Vamos, te ayudo”
“Por cierto, ¿Cómo llegaste?” preguntó Cassio.
“Piero” mencionó, mientras él caminaba despacio a su lado.
“Pero no te preocupes, hemos sido discretos”
“Vale, ¿Me regalas un beso?”
“Todos los que quieras” respondió Kathia, y le besó con ternura mientras esperaban el ascensor. Las miradas y murmullos de los presentes no se hicieron esperar.
…
“Estás molesta” le dijo Cassio desde el sofá donde Kathia le había pedido que se recostara y no se moviera, mientras ella estaba en la cocina preparándole una comida reconfortante.
“No” musitó Kathia sin mirarlo.
“Te conozco y sé que lo estás”
Kat dejó lo que estaba haciendo por un momento y al fin alzó la vista.
“Estoy preocupada” le confesó.
“Esto se está saliendo de control y tú no le estás dando la atención correspondiente”
Cassio intentó incorporarse, pero ella le señaló con el cuchillo, así que nuevamente se recargó contra el sofá.
“Lo voy a resolver”
“Eso llevas diciendo las últimas dos semanas, y contrario a eso, parece empeorar” dijo firmemente, negando con la cabeza.
“No creo que haya sido una buena idea hacerte responsable de esto. La prensa no va a dejarte tranquilo, sigues siendo el centro de atención de todo el país, y ahora con esto…”
Intentó no quebrarse, pero más le pudo el llanto y se dejó ir.
“Kat…” se levantó y caminó hasta ella, ignorando su mirada de reprobación. Solo quería estrecharla en sus brazos y consolarla.
“Estoy bien, cariño, lo prometo, puedo aguantar esto”
“Yo no” musitó, alzando la vista para mirarlo. Las heridas de su rostro provocaron que sintiera un profundo dolor en el pecho.
“Esta vez fue esto, la próxima…”
“Shhh” la silenció colocando un dedo sobre sus labios.
“Por ahora no hay nada que podamos hacer para revertir los daños, pero si podemos aprovechar este tiempo juntos, ¿No lo crees?”
Él la miró suplicante, y ella no tuvo más remedio que asentir, pues también deseaba lo mismo. Terminaron de preparar los alimentos juntos y después se sentaron el uno frente al otro, hablando de cualquier cosa y conectando con sus miradas.
Poco antes de terminar, la alerta de llamada del móvil de Cassio interrumpió la burbuja en la que se sumergían cuando estaban solos.
“Marco” dijo él a modo de saludo.
Esperaba que le trajera buenas noticias.
Kathia se lo quedó mirando por el repentino cambio de expresión que tuvo pasados unos segundos de silencio.
“¿Es oficial? ¿Y cuándo será eso? De acuerdo, espero tu llamada para reunirnos”
Cuando colgó y regresó con ella, le tomó la mano por encima del mesón y le sonrió con dulzura.
“¿Ocurrió algo importante?” quiso saber Kathia.
Él negó y ella volteó los ojos.
“Yo también te conozco, ¿Sabes?”
Cassio soltó una risita.
“Por supuesto que lo haces” mencionó resignado y respiró profundo. “
El juicio de Francesca se llevará a cabo la próxima semana”
Kathia tragó saliva.
“Pero… eso es bueno, ¿No?”
“Lo es, aunque el juez cree que debes estar presente para dar tu versión” le dijo.
“Le pedí a Marco que hiciera algo para evitarlo, pero no pudo”
Kathia asintió, comprendiendo.
“Entonces me presentaré”
“Kat…”
“Cassio”
Colocó una mano sobre su brazo, mirándolo fijamente.
“Estaremos bien, es lo que me dices constantemente, ¿No? Francesca ya no tiene poder sobre nosotros, y si debo hacerle frente, pues lo haré”
“Pero el embarazo, el doctor dijo que podría ser de riesgo y no quiero exponerte”
“No va a pasarme nada, tranquilo” musitó con suavidad.
“Ahora dime qué es lo otro, porque sé que hay más”
Cassio soltó una risita y torció una sonrisa triste.
“Van a abrir un expediente en mi contra también”
Los ojos de Kathia se abrieron con preocupación y sorpresa.
“¿Qué? No… ¿Por qué?”
“No te preocupes, Marco dice que saldré ileso de todo esto porque no hay nada que pueda comprometerme”
“Oh, Cassio” sollozó Kathia, y él la estrechó entre sus brazos.
Los siguientes días de esa última semana antes del juicio no volvieron a verse, aunque hablaron con frecuencia.
Kat todavía creía que aquello era una completa injusticia, y como periodista, aunque le salpicara, se sentía con el deber de poder enmendarlo, así que trazó un plan con ayuda de Valerio.
Él hablaría con su padre para que diera el consentimiento de que la primera versión de la biografía saliera a la luz.
También contactó a Gina.
Al principio la mujer se había negado a recibirla, pero después de aquel largo email que ella le dejó dos días antes del juicio, la mujer se conmovió y al fin decidió aceptar verse con ella.
Kat sabía a lo que iba, así que fue al grano.
Gina no parecía muy convencida, sobre todo porque su familia había sido amenazada de muerte; sin embargo, Kat le prometió que después del juicio de Francesca, ella y su familia por fin estarían seguras. Era una buena oportunidad para todos, pero, aun así, la mujer solo le prometió que lo pensaría.
Kathia ya no pudo insistir o hacer más, así que solo esperó a que el día del juicio llegara, y al fin la verdad, tal y como tuvo que haber sido desde un principio, saliera a la luz.
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