Capítulo 20:

“Ella fue concebida en un matrimonio, por padres que…”

“Ay, Kathia, por favor, ahórrate la tontería de hablarme sobre el amor que tú y Cassio se profesaban. No seas ridícula” bufó.

“En fin, tú quieres saber por qué estoy aquí y yo ya estoy desesperada por no volver a verte la cara en cinco años más, o toda la vida si es preciso”

“Por fin estamos de acuerdo en algo”

“Efectivamente”

“¿Qué quieres?”

“Fácil, todo debe seguir como venía siéndolo todos estos años” dijo y Kathia entornó los ojos.

“Cassio no debe saber que esa… niña es su hija, y mucho menos, creer que tiene una posibilidad contigo”

Kathia se cruzó de brazos y sonrió sin alegría.

“Lo sabía…” musitó, negando con la cabeza.

“Siempre intentaste interferir en mi matrimonio”

“Y lo conseguí”

“Fuiste tú entonces. ¿Tú lo planeaste todo para que Cassio creyera que lo engañé y que intenté desfalcar su empresa?”

Francesca se encogió de hombros.

“Me ahorraré los detalles, pero veo que sabes hasta dónde tengo poder… y si una vez destruí tu matrimonio, no dudaré en destruirte ahora la vida, comenzando por tu hija” le dijo Francesca con tono amenazante.

“¡Te advierto que por mi hija soy capaz de lo que sea, Francesca!” le dijo Kathia con autoridad.

“Lo sé, se nota, por eso creo que serás sabia y mantendrás la boca cerrada”

“¿Qué si no lo hago? Cassio no solo está interesado en saber si Cassie es su hija… sino que parece muy insistente en querer recuperarme” dijo Kathia con toda la intención de herirla, cosa que logró.

La sonrisa de suficiencia de Francesca se fue deshaciendo de a poco.

“Me envía flores, me busca constantemente, me besa, me…”

“¡Cállate!” le gritó, histérica.

“Tienes una sola opción que hacer, Kathia. Cassio te alejó de tu vida una vez, y no solo puede volver a hacerlo, sino que te quitará a tu hija si abres la boca… yo me aseguraré personalmente de ello. Decide”

Después, Francesca se marchó.

Kathia se aferró a lo que sea que encontró en sus costados y tomó una bocanada de aliento que logró tranquilizarla luego de varios segundos.

Regresó al interior de su casa, tomó su móvil, marcó el número del único abogado que conocía para concretar una cita y después salió a su encuentro con Cassio.

Él ya la esperaba cuando llegó a su pent-house y tocó quedamente la puerta, como si temiera por algo. Cuando Cassio la vio, no pudo evitar sonreír.

Había estado pensando toda la noche en ella y en la niña que iba a saber de una vez por todas si era su hija o no… aunque su corazón ya le gritaba esa respuesta.

Sí; Cassie es tu hija.

Solo necesitaba que Kathia se lo comprobara para entonces poder recuperar ese tiempo que había perdido por sus malditos errores del pasado.

Kathia no solo seguía odiando con toda sus fuerzas que su cuerpo reconociera de inmediato su presencia, sino que le asustaba el hecho de que su corazón fuese expuesto vilmente otra vez.

“Hola, Kat, te estaba esperando” dijo Cassio al hacerse a un lado.

Ella pasó sin mirarlo e ignoró la química que surgía de ellos. Ya en el interior, se cruzó de brazos, porque esa era la única forma que sabía de contener sus nervios, y lo encaró.

“Voy a ser breve, Cassio, y espero que después de esto, el tema quede completamente zanjado… pero antes quiero hacerte una pregunta” su ex esposo asintió, comprendiendo, ansioso.

“¿Si yo te dijera que tu hermana tuvo mucho que ver con nuestra separación, me creerías?”

Por favor, di que sí.

Suplicó desde lo más profundo de su ser.

Cassio arrugó la frente. La primera vez que tuvieron esa conversación sobre el pasado ella lo había mencionado, pero no había ahondado en ese hecho porque simplemente le parecía absurdo.

“¿Qué tiene que ver Francesca con todo esto?” quiso saber.

“Cassio, responde, por favor”

Cassio puso los brazos en jarra y respiró largamente, pensativo.

“Kat, no sé qué decirte”

Y esa era la verdad.

Su hermana no solo había estado para él por años, sino que también lo ayudó a no perderse a sí mismo después del divorcio.

“Sé que Francesca es una mujer difícil y reconozco que no se llevaban bien, pero ¿Por qué estás tan empeñada en acusarla?”

“No me crees…” musitó, asintiendo despacio.

“No, no es eso, es que me pones entre la espada y la pared” murmuró.

“¿De verdad crees que ella haya sido capaz de lo que mencionas?”

“La pregunta aquí es, ¿Lo crees tú?” dijo con la voz ligeramente quebrada.

“Yo lo que veo es que no, así que no tiene caso. Me voy. Nos veremos esta tarde para seguir con lo único que nos vincula en este momento: el trabajo”

Cassio la detuvo tomándola del brazo, confundido.

“Kat, no te comprendo, creí que estabas aquí para hablar sobre nuestra…” pasó un trago.

“Sobre Cassie”

Kathia inhaló largo y asintió.

“Tienes razón” aceptó.

“Pero lo mejor será que no te hagas falsas esperanzas”

El corazón de Cassio aleteó con fuerza y la miró extrañado.

“¿Qué quieres decir? ¿Cassie no es mi hija?”

Una pregunta dolorosa que detonó una respuesta pulverizadora.

“No, Cassio”

Kat musitó al borde de quebrarse en pedazos.

“Cassandra no es tu hija, y de verdad espero que este tema no vuelva a tocarse entre tú y yo”

Cassio miró a Kathia con los ojos entornados por varios segundos y después le dijo:

“Estás jugando con tus dedos”

Ella pasó un trago.

“¿Y eso qué?” preguntó.

“Que eso solo lo haces cuando estás mintiendo” se acercó un paso y ella retrocedió otro.

“Kat, estás mintiendo, lo sé”

“¿Lo sabes?” lo miró irónica.

“Han pasado cinco malditos años, Cassio, deja de hacer presunciones sobre mi vida y la persona que soy ahora. No me conoces de nada, ya no”

Cassio sonrió de medio lado.

.

.

.

Consejo: Puedes usar las teclas de flecha izquierda y derecha del teclado para navegar entre capítulos.Toca el centro de la pantalla para mostrar las opciones de lectura.

Si encuentras algún error (contenido no estándar, redirecciones de anuncios, enlaces rotos, etc.), por favor avísanos para que podamos solucionarlo lo antes posible.

Reportar