Exesposa al poder
Capítulo 25

Capítulo 25:

Después del agradable baño que recibió Samantha, fue en busca de la capilla que había dicho Vlad. El clima estaba muy frio, incluso más que en su país. Hizo bien en ponerse un saco largo que llegaba hasta sus tobillos y la cubría por completo para que no se congelara. Al llegar al lugar indicado, Vlad ya estaba-ahí.

“Vamos”. Dijo ni bien la miró llegar.

“Mi hijo continúa dormido, no podemos dejarlo”. Habló Samantha pensando en Matías.

“No te preocupes, Lorena va a cuidarlo en nuestra ausencia”:

“Pero…”.

“Samantha, no va a suceder nada, esto es una fortaleza”. Dijo al interrumpirla, tomó sus manos, estaban demasiado frías: “Deberías de utilizar guantes, anda toma los míos, en el auto tengo otro par, utilizaré esos”.

Decidió retirárselos y él mismo se los colocó, haciendo que Samantha se quedara mirando por tan agradable gesto.

“Listo, ahora vamos. Tenemos que recorrer dos lugares. Primero nos harán una entrevista, pero debemos estar aquí a las cinco para ir donde mi padre a las siete. Ahí van a arreglarte antes de bajar al salón donde todos van a estar esperándonos, se te presentara a las nueve y volveremos a medianoche”. Habló al tener todo su cronograma, establecido.

“De acuerdo, vamos”. Samantha tomó su mano y él se quedó algo sorprendido: “Si me das tus guantes, al menos deja que caliente tus manos hasta llegar al auto”.

Vlad asintió, no veía nada de malo en eso.

Esta vez él condujo y Samantha era su copiloto. Al primer lugar al que fueron fue el Museo Británico Ferguson

“Señor Vlad, señorita Samantha, por aquí por favor”. Dijo una de las asistentes del museo en cuanto los vio entrar: “El lugar está preparado tal y como lo ordenó. Por una hora no habrá visitantes hasta que usted y su prometida inspeccionen la zona”.

“De acuerdo, puedes retírate, yo me encargo del resto”.

La muchacha asintió y se marchó tan rápido como le fue posible.

“No entiendo que hacemos en un museo”. Habló Samantha observando algunos artefactos históricos, entre ellos figuras de barro, bronce y oro.

“En unas horas tenemos una pequeña entrevista. La prensa vendrá y hará preguntas absurdas, sobre todo sobre nuestro repentino compromiso, allí debemos demostrar que esto lo hacemos porque nos queremos y no por un contrato”. Empezó a caminar junto a ella, mientras lo hacía, le iba explicando: “Este museo pertenece a la familia, la mayoría de las cosas han sido donadas por nosotros. Toda nuestra historia está aquí, así que no hay mejor forma para que sepas sobre la familia que en un recorrido rápido”.

“¿Pretendes que me memorice todo esto?”.

“No, sólo esto”.

Caminó hasta donde se encontraba un gran cuadro cubierto por una tela. Al destaparlo se pudo apreciar una pintura de un hombre prepotente, de cuerpo fibroso y de mirada asesina. No tenía más que sesenta años, en sus manos sostenía una escopeta, mientras uno de sus pies reposaba en el cuerpo de un oso muerto y a su lado una mujer sentada en el suelo con su mirada clavada en él, parecía adorarlo.

“Es mi bisabuelo, el fundador de la Familia Ferguson, el primer patriarca”.

Samantha se quedó como piedra al observar la pintura, no era para nada agradable ni educativa, especialmente por la mirada del hombre que parecía perseguirla con sus ojos.

“Esto es…”.

“Repugnante”. Vlad terminó la frase por ella: “Supongo que tus abogados te habrán dicho lo que sucede con las esposas Ferguson. Este hombre aquí representa poder, el oso no es más que su representación y la mujer un símbolo de debilidad”.

Se quedó callado un momento para que ella lo asimilara, luego se acercó a ella.

“Samantha, cuando te pregunten acerca si eres digna de ser una esposa Ferguson, le dirás lo que piensas con ayuda de este cuadro, que no piensa orillarte a estas tradiciones y reglas. Se la primera esposa que entra en la familia que no está dispuesta a cederlo todo, ni mucho menos a que te intimiden ¿De acuerdo?”.

Samantha asintió sin despegar sus ojos de los de él, Vlad quería protegerla, pero él no quería que lo ayudaran.

“¿Por qué me ayudas a no ser la novia perfecta ante tu padre?”. Preguntó queriendo saber una respuesta más que nada el mundo.

“Por una promesa hecha a mi madre”. Respondió en voz baja y sin despegar su mirada. Tomó el teléfono y le tomó una foto a la pintura: “Es necesario que la veas. Ahora vamos, tenemos que estar en el internado del que soy fundador en diez minutos, montar la entrevista y revisar las instalaciones”.

“¿Siempre lo calculas todo?”.

“Siempre, Samantha. Todo debe de salir como lo planifico”.

“¿Y si algo falla?”.

Vlad dio una ligera sonrisa ante su pregunta.

“No se me permite fallar ni equivocarme”. Respondió: “Adelante, Samantha, después de ti”.

Al caminar, Vlad cubrió la pintura, había más, pero esas estaban en la mansión principal. Dejó de verlo y fue tras Samantha.

Mientras viajaban en el auto, Samantha observó desde lejos un internado abandonado muy antiguo con gárgolas de adornos y estatuas colgadas en la entrada que daban miedo. Ese no era un lugar educativo, parecía ser un sitio de tortura.

“Estuve ahí durante mi niñez”. Dijo Vlad cuando notó la mirada de Samantha en aquella estructura que por suerte había cerrado.

“Por el tono de tu voz, supongo que no te gustó”. Habló Samantha al mirarlo.

Vlad sonrió, sus peores pesadillas venían por parte de ese establecimiento.

“Ahí te educaban a la antigua. Su propósito es formar líderes y futuros: patriarcas. Exterminan la última gota de humanidad que pueda existir. No vives tu niñez como la de un niño norma, vives la vida de un adulto”.

“Vlad ¿Es esto lo que te afecta?”. Samantha estaba dispuesta a saber más de él.

Vlad se quedó con su mirada fija en la carretera por unos segundos y cuando abrió sus labios le dijo.

“Estamos llegando tarde, no más preguntas”.

Samantha asintió, entendía que Vlad daba por terminada la conversación entre ellos, como muchas otras cosas que las dejaba a la mitad.

Respiro y se quedó en silencio respetando su espacio.

.

.

.

Consejo: Puedes usar las teclas de flecha izquierda y derecha del teclado para navegar entre capítulos.Toca el centro de la pantalla para mostrar las opciones de lectura.

Si encuentras algún error (contenido no estándar, redirecciones de anuncios, enlaces rotos, etc.), por favor avísanos para que podamos solucionarlo lo antes posible.

Reportar