Exesposa al poder -
Capítulo 18
Capítulo 18:
Los abogados de Samantha lograron controlar la situación, pero no del todo. Todavía en la prensa se preguntaba acerca del hijo de Samantha y Dante que tuvieron en su corto matrimonio.
Ella llamó al Señor Miller para que le impidiera ver a su hijo las noticias durante el viaje de regreso. El hombre accedió, entendía la situación. En el viaje sólo le pondría caricaturas.
Samantha caminó hasta su oficina, en el camino saludó a Sonia y entró en su despacho.
Sobre el escritorio estaba lo prometido. Un sobre amarillo con unas letras que decían ‘Evidencias’ Samantha lo tomó y decidió abrirlo. Ahí adentro había un USB más una nota escrita a mano que decía.
[Te entrego las evidenciarse tu inocencia. No te olvides que deberás de pagarme].
Era una nota pequeña, pero se sentía sumamente pesada.
Samantha respiró aceptando la deuda y colocó el depositico USB para asegurarse que no sea una farsa. Todo era original, y en cada archivo se mostraba a Heidy como la principal protagonista de aquel asesinato.
Samantha estiró sus labios en una sonrisa de placer, esas eran las pruebas que necesitaba para demostrarle al mundo que era totalmente inocente de aquel crimen. Entusiasmada buscó en su computadora la grabación que le hizo a Heidy en el hospital, la iba a unir a lo que tenía el USB.
Cuando la carga llegó al 100 % echó su espalda para atrás, era un gran peso que se quitaba de encima, la sensación de que su alma era libre se sentía muy bien y hasta fresca.
Miró al frente y observó que Dante y Heidy ya habían llegado. Respiró con agrado, no pudo evitar sentirse mal por terminar con los sueños de su ex mejor amiga y con los de Dante, pero ellos destruyeron los suyos y había que ponerle fin a eso. Además, había que abrirle los ojos a ese hombre, no existía mejor venganza que esa.
Tomó el USB en sus manos se puso de pie y fue con ellos.
“Me alegra que estén juntos”. Dijo al entrar con una gran sonrisa en su rostro, esta irradiaba una felicidad infinita.
Heidy estaba sentada junto a Dante, mientras recostaba su cabeza en el pecho de él. Ambos miraron a Samantha, él estaba molesto como siempre y ella feliz.
“¿A qué has venido, Samantha?”. Preguntó Dante con un tono bastante frío y seco. Sus ojos oscuros, su cara amarga y penetrante se posaron en ella con desprecio.
“Te dije que te daría mi regalo de bodas y aquí estoy”. Enseñó el USB y sonrió mientras le decía: “Es para ustedes”.
“¡¿Un USB es tu regalo de bodas para nosotros?!”. Preguntó Heidy bufona, riendo por el insignificante regalo otorgado: “¿Y por esto esperaste hasta fin de mes?”.
Ella torció sus ojos tal cual una víbora y expulsó su veneno en más risas y carcajadas.
“No, no es esto, es lo que hay adentro”. Agregó Samantha más que feliz: “Su contenido es mucho más de lo que ambos imaginan. Escomo una sorpresa reveladora”.
Heidy decidió ponerse de pie e intentó tomar el USE, pero Samantha se lo impidió.
“No”. Dijo impidiendo que Heidy lo agarrara: “Que sea Dante que lo pruebe primero. Ánimo, podrás ver lo que hay adentro, pero no puedes tocarlo”.
Dante observó el USB, no podía negarlo, sentía curiosidad por saber lo que había dentro.
Lo tomó y lo puso en su computadora. Había un solo achico que como título tenía.
[Mi regalo de bodas para Dante].
“Anda, ábrelo”. Volvió a decir Samantha: “Lo que hay adentro te dejará totalmente atónito y verás las cosas de otra manera”.
Dante respiró, no sabía si hacerlo o no. Heidy no soportó más la curiosidad y decidió hacerlo ella misma, condenándose por completo.
Los primeros videos demostraban a Heidy tomando el café con los Señores Mickelson después de que Samantha se alejara. Por suerte fueron recuperados por las cámaras de seguridad vecinas, ya que las de adentro habían sido apagadas.
“Querida Heidy, estamos llenos y cansados”. Comentó la señora Mickelson, ya había tomado el té con Samantha, segundos antes que Heidy llegara. otro té sería muy pesado para ellos: “Déjalo para otro día ¿Sí?”.
“Por favor, Señores Mickelson, acompáñenme solo con esto y me voy de inmediato. Es para celebrar el matrimonio de Samantha y de Dante, por la unión de la feliz pareja”.
Los Señores Mickelson se miraron a los ojos, asintieron y decidieron hacerlo.
“De acuerdo muchacha, pero sólo uno”. Dijo el Señor Mickelson.
Los tres alzaron sus tazas y bebieron hasta la última gota.
Después de un minuto ambos señores empezaron a tener sueño. Reposaron sus cabezas en la mesa y se quedaron dormidos para siempre.
Mientras que Heidy bebía su té muy despacio sin despegar sus ojos de los cadáveres. Ella observó la hora, en ese momento Samantha debía estar con su esposo escogiendo su casa y dentro de media hora iría por su auto a la mecánica.
(Mecánica; cámara de seguridad de uno de los autos)
Heidy fue por el auto de Samantha después de asegurarse de apagar las cámaras del establecimiento. Aprovechando que todos fueron a almorzar, prendió el auto y se fue a su siguiente destino.
(Mansión Mickelson; cámaras de seguridad vecinas)
Tomó ambos cuerpos con la ayuda de su tía Daniela y los subieron en el maletero. También se había asegurado de apagar las cámaras dentro de la mansión y sólo dejar los videos donde aparece Samantha tomando el té con ellos. Samantha sería la: última persona en estar con los Señores Mickelson y, por ende, la principal sospechosa.
(Mecánica; cámara de seguridad de uno de los autos)
Dejó el auto en la mecánica como si nada y salió, media hora después llegó Samantha a recoger su vehículo y se marchó sin darse cuenta de lo sucedido.
(En la calle; cámaras de seguridad)
Eran los videos de cuando la detuvieron sin ella saber nada y menos entenderlo que estaba pasando hasta que vio. os cuerpos de sus suegros en el maletero.
(Grabación en el hospital)
Fue reproducida hasta el último minuto.
Dante estaba en shock, tenía su mirada estaba totalmente pedida. Sus ojos estaban en blanco y sus puños cerrados de la ira que lo consumía.
“Dante, permíteme explicarlo”. Dijo Heidy desesperada después de ver los videos y quedar expuesta ante él. Sus planes se iban a la borda al igual que su futuro.
“Mandé una mujer inocente a la cárcel por tú culpa, te mentiste en mis ojos con la intención de apaciguar mi dolor, me mentiste con respecto a un niño ¡Qué n era mío! ¡Todo este tiempo me estuviste mintiendo! ¡Todo este tiempo estuve con la verdadera asesina de mis padres!”. Dijo exaltado, mientras llevaba las manos a la cabeza.
Luego miró a Samantha y habló en voz baja: “Qué te he hecho”.
“No creer en mí y condenarme siendo inocente, Dante”. Respondió con voz firme y dura.
Samantha al fin escuchaba salir de los labios de Dante que era inocente. Tenía que admitir que le encantó ver su cara de desilusión, enojo y arrepentimiento. Debió ser duro saber que Heidy lo mantuvo engañado por cinco años y que estaba próximo a casarse. Su reacción complacía su necesidad de venganza.
Como ya les había entregado el regalo de bodas, respiró y les dijo.
“Dejaré que hables con tu prometida, recuerda que tiene un embarazo riesgoso”. Respiró una vez más y salió de aquella oficina declarada completamente inocente, dejando a un hombre estático y a Heidy descubierta.
“Dante, Dante escúchame”. Hablaba Heidy desesperada mientras empezaba a llorar: “Esto tiene que ser una mentira de ella, una trampa para separarnos”.
“Es increíble que me sigas mintiendo en la cara después de a ver visto esos videos. ¡SON EVIDENCIAS HEIDY, EVIDENCIAS DE QUE FUISTE TÚ LA QUE MATÓ A MIS ¿PADRES Y NO SAMANTHA!”. Gritó más que molesto: “Por tu culpa la humille hasta el punto de desear su muerte”.
Llevo las manos a la cabeza sin poder creerlo. Aquello venda en sus ojos se deshacía con gran facilidad.
“Ella me lo dijo, me dijo que no era culpable y yo terminé por condenarla”. Miró a Heidy con gran enojo: “Si no fuera porque estas embazada, yo mismo te llevaría a jalones a la cárcel”.
Heidy abrió sus ojos tras escuchar sus palabras.
“¿Meterás a la madre de tu hijo en prisión?”. Preguntó ofendida y limpió aquellas lágrimas que ya no significaban nada.
Dante cerró los ojos, llevó sus manos a la cabeza y al abrirlos gritó con todas sus fuerzas hasta desahogarse. No soportaba ver a Heidy ni un segundo más. Decidió calmarse y empezó a caminar a grandes pasos, pero antes le dijo en la puerta.
“Da por terminada esta relación y prepárate para cumplir tu condena”.
“Dante no me puedes hacer esto, no puedes enviar a la cárcel a la madre de tu hijo”. Dijo furiosa y exaltada que decidió ponerse de rodillas ante él.
“Estarás en una cárcel particular hasta que ese niño nazca”. Dijo y caminó lejos de ella sin importarle que ella estuviera en el suelo.
“Dante, espera”. Lo llamó y sintió la sangre bajar amenazando un segundo ab%rto.
“Espera”. Gritó asustada por su bebé, pero entró en pánico y terminó por desmayarse.
(En el hospital)
Heidy empezó a despertar muy despacio. Al girarse, pudo ver a Dante sentado a su derecha.
“Sabía que ibas a volver por mí, por la madre de tu hijo”. Dijo débilmente con una pequeña sonrisa.
Dante ni siquiera la miró, se puso de pie y le dijo.
“Acabas de tener un segundo ab%rto, lo perdiste, lo perdiste todo”. Sus palabras sonaron con mucho desprecio ante la mujer que lo había engañado por cinco años. Como ya dijo lo que tenía que decir, empezó a caminar fuera de la habitación.
“Dante, espera”. Habló Heidy e intentó ir por él, pero se vio detenida cuando las esposas en su mano derecha la detuvieron. Alarmándose por completo, preguntó desesperada: “¿Qué es esto? ¿Qué sucede?”.
Dante se quedó quieto en la entrada, no se dio la vuelta y decidió responder a sus preguntas.
“La cárcel te espera, pero descuida tu tía ya está ahí por ser cómplice del asesinato de mis padres”. Caminó hasta salir de la habitación dejando más exaltada a Heidy.
De tras de él entraron policías para detenerla.
La voz de Heidy se escuchaba por todos lados, al igual que el nombre de Dante, pidiéndole que fuera por ella.
Él la ignoro por completo y salió del hospital.
“La Señorita Samantha lo logro señor”. Dijo el chofer al ver a Dante salir solo del hospital con una mirada traicionada: “¿Va a presentarse ante ella esta noche?”.
El hombre allí adentro asintió, mientras observaba a Dante caminar hasta su auto. Debió ser una gran decepción para él, pero tenía que saber la verdad, su gran error lo haría arrepentirse por el resto de su vida. Ahora él tenía que prepararse para cobrarle esa deuda a Samantha.
“Es momento de que ella lo sepa”. Dijo al ver unos viejos documentos firmados por las cabezas de familia.
Miro al chofer y señalo que avanzaba.
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