Esposo infiel
Capítulo 56

Capítulo 56:

POV Adam.

No era un hombre, era un joven recién graduado, con todo sobre sus hombros y una esposa que no ponía ni el mínimo interés en siquiera saber cómo se sacaba adelante un matrimonio. Ambos nos hicimos a la idea de que estábamos ligados al otro y eso era todo, así que no lo pensé cuando conocí a Kim.

Era fresco, nuevo, ella era diferente a Ava en todo sentido. Con ella no tenía responsabilidades, ni obligaciones, era simplemente tomar lo que quería, descargar todo con ella y regresar a casa donde mi esposa siempre estaba perfecta, esperando por mí para ver un capítulo de una serie a la que jamás le presté atención.

Y es que todo era así con nosotros. Hicimos las cosas por obligación, porque cuando le pedí a mi padre y al suyo, más tiempo para conocernos, quizás enamorarnos, tener un romance, ambos acordaron que el matrimonio era simplemente un contrato y nosotros al firmarlo, no teníamos que hacer nada más que cumplir los roles que nos tocaron.

Yo quería tiempo, conocerla, llevarla a cenar, quizás ver películas en el coche o incluso tener se%o en distintos lugares. Quería saber quién era la verdadera Ava, no la chica perfecta que prepararon en un vestido de novia apenas le puse el anillo en el dedo.

Jamás quise verlo como una obligación. El proponerle matrimonio no fue del todo mi idea porque papá estaba detrás y creo que incluso esa presión, de saber que ambos teníamos algo en común, algo como una empresa y muchos empleados, lo que me hizo resentir el estar casado con ella.

No negaré que no le puse empeño, tampoco que no fui ni de cerca el marido que ella necesitaba o quería, pero tampoco negaré que ninguno de los dos pensó en que esto era un verdadero matrimonio, o al menos así lo vi yo, porque siendo sincero, no sé en qué momento, ella se enamoró de mí.

La primera vez que dijo que me amaba, me sentí afortunado y muy confundido porque nunca hice nada para merecer semejante honor, y fue entonces que decidí intentar ser un hombre bueno y honorable para ella.

Quería sacarla a cenar, pero siempre tenía reuniones con sus amigas de la clase para Señoritas, quería que viajáramos, pero se enfocó en la empresa y poco a poco, me deshice de la idea al ver que no tan solo yo estaba conforme con la vida de esposos que llevábamos.

Y dejé de esforzarme, dejó de interesarme tener un buen matrimonio porque estaba convencido de que en algún momento me pediría el divorcio y llegó Kim a mi vida, dando hincapié a que el de la idea del divorcio fuera yo.

Cuando Kim llegó, no me negué a tenerla como mi novia del momento. Al principio ni siquiera la llamé novia, sino que cogíamos de vez en cuando, en tiempos donde Ava no me dejaba ni siquiera tocarla.

Esas c%gidas se convirtieron en días durmiendo juntos, luego cenas y cuando menos lo noté, estaba cortejándola. No me puse a la idea de tener una vida con ella sino hasta dos años más tarde cuando me di cuenta de que pasaba más tiempo a su lado que con mi esposa.

Cuando dimensioné el tiempo que llevábamos juntos, todos los recuerdos que compartimos e incluso su apoyo en ciertos negocios, comencé a pensar más en el divorcio. Siempre tuve claro que indemnizaría a Ava con todo lo que quisiera.

Pensé en quedarme en bancarrota por darle todo lo que conseguí durante el tiempo que estuvimos casados, pero cada que intentaba dar ese paso, ella me miraba con esos ojos tan hermosos que tiene y me hacía preguntarme si de verdad quería dejar eso atrás.

Sentí remordimiento de mis acciones varias veces. Incluso cuando c%gía con Kim, pensaba en Ava, en cómo hubiera deseado que esa fuera nuestra relación y no algo que tenía con mi amante.

Quería, de verdad, quería que lo nuestro funcionara, pero era demasiado tiempo perdido y la verdad, es que dejó de preocuparme cómo la hacía sentir el estar casada con alguien completamente invisible.

Dejó de preocuparme hasta que me di cuenta, de que jamás la conocí de verdad, Esta versión de ella misma creo que ni siquiera Ava la conocía. Alguien dura, fuerte; dominante, con carácter, demasiado segura de sí misma como para dejar que cualquiera la controle y quisiera haberme enamorado de esta mujer cuando éramos jóvenes.

Seguramente la historia hubiera sido diferente, porque al menos así ambos hubiéramos decidido nuestro ritmo para las cosas que hicimos por mantener a nuestros padres felices.

Para cuando llego a la casa, el sentimiento de abandono y vacío que tengo en el pecho es sumamente difícil de digerir. En la mesa del recibidor, me golpean fotografías de nuestro casamiento y luna de miel, donde apenas y hablamos.

Creo que teníamos la costumbre de c%ger como conejos porque de esa forma evitábamos conversar, algo que hacíamos en el pasado, lo que cambió cuando nos convertimos en esposos.

Con esto no es que quiera justificar el haber tenido una relación de tres años con otra mujer, pero… ¿Cómo podía serle fiel a un papel? Porque para mí, eso era lo que Ava y yo teníamos, solo un papel con nuestros nombres porque la palabra matrimonio… joder, jamás supimos lo que eso significaba.

Llegar a una casa vacía me parte el alma y el ver que nuestro matrimonio fue igual de vacío que esta enorme casa, me deja un mal sabor de boca que prefiero omitir yendo directo a la habitación donde me lanzo a la cama sin siquiera haberme cambiado de ropa porque simplemente, no tengo ganas de absolutamente nada.

Y entonces la pantalla de mi móvil se enciende.

Por un momento pienso que se puede tratar de mi esposa, quien ha decidido que quiere regresar a la casa, pero cuando veo el número de Kim esa esperanza se desvanece.

Dejo que suene y suene cuantas veces quiera porque no pienso responder.

La última vez que nos vimos le dejé en claro que no iba a responder más a sus constantes amenazas de que necesita dinero porque de otra forma se vengará por todos los años perdidos, cosa que me tiene despreocupado porque si hay alguien a quien no le creo una p%ta palabra, esa es Kim.

Desde el momento en que comenzó con sus constantes pedidos de mi divorcio, la mentira del embarazo y sus palabras denigrantes hacia Ava, me di cuenta de que quizás fui una mi%rda de esposo, pero no dejaría que nadie, jamás, hablara de ella de la forma en que Kim se expresó.

Todo atisbo de sentimiento que creí tener hacia ella, se esfumó apenas la prueba salió negativa y se consolidaron cuando me amenazó.

Me di cuenta de que no solo era una manipuladora, sino también una ambiciosa quien poco a poco, quería convertirse en Ava. Un lugar que con o sin divorcio, jamás iba a conseguir, porque por más divorcio que firmara en ese momento, no tenía ni tengo planeado, estar casado con nadie más que no sea Ava Dawson.

Con este pensamiento en mente, me volteo en la cama observando el techo, preguntándome hasta el último minuto, ¿Qué demonios hago de ahora en más para no perderla? Cuando despierto me doy una ducha. No tengo ganas de hacer absolutamente nada, ni siquiera tengo ganas de ir a la oficina, pero es lo que toca, así que me preparo en el cambiador hasta que se hace hora de tener que salir.

Le rechazo a la empleada el desayuno que preparó, así como también rechazo la idea de que el chófer me lleve. Quiero conducir mi propio coche, así me tarde más tiempo, porque sé que ahora mismo veré a Ava de nuevo después del beso con Nick y aunque sigo molesto, sé que no tengo nada qué reclamar.

Ava está en un punto donde puede rehacer su vida si quiere, pero no me veo cediendo ese espacio que me perteneció durante cinco años.

Antes de la fiesta me juré que sería un mejor hombre para ella, incluso lo intenté durante esos días previos, dejar las cosas en claro con Kim para no tener nada ni nadie que me obstruya el camino y ahora tengo que luchar también contra Ava para poder demostrarle que todo lo que dije en ese momento, previo a la fiesta donde todo salió a la luz, era cierto. Y sigue siéndolo.

De tanto pensar llegué a la conclusión de que no puedo dejar de luchar por ella. Así no quiera ni verme, le demostraré que puedo ser un buen hombre y que incluso, puedo enamorarla de la manera correcta, como se debe de enamorar a la mujer con la que vas a pasar el resto de tu vida.

Llego a la empresa con esa idea en mente. Veo que los empleados ya están trabajando y aunque noto que Nick está en su puesto, voy directo a mi oficina pensando en cómo demonios buscaré la forma de tener esta conversación con ella.

No pasa ni siquiera una hora, cuando mi intercomunicador suena. Veo que es ella y le respondo que estoy de camino. Las piernas me flaquean pensando en que me dirá que Nick es su novio o que quiere estar con él, pero cuando llego veo a un hombre de mi edad, quien trae un maletín consigo.

Se nota a leguas que está algo incómodo, incluso que esta algo ansioso por el momento que se vive cuando nos presenta Ava, quien no se parece en nada a la versión de la noche anterior. Por el aroma que desprende su cuerpo sé que se duchó aquí.

“El Señor Nunes vino porque le llamé para concretar el divorcio”, anuncia entonces.

Sus palabras son como golpes a mi pecho. Después de pasar toda la noche pensando, creyendo que me diría que estaría con Nick a partir de ahora y en realidad, en lo que estuvo pensando es en el divorcio.

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