Esposo infiel
Capítulo 105

Capítulo 105:

“¿No eres tan fuerte ahora? ¿No puedes librarte de mí? ¡Maldito desgraciado de porquería!”, le grito, admirando el tono azulado que toma su piel.

Deseo con todas mis fuerzas que se muera de una p%ta vez. Quiero que se dé por vencido, pero pelea. Su cuerpo se está defendiendo, aunque no con mucho empeño porque con facilidad le quito la respiración hasta el punto en que comienza a perder la consciencia.

Presiono con más fuerza. Siento su tráquea a punto de reventar y quisiera que se quedara así para siempre, que no tuviéramos otro problema, sin embargo, la lealtad es poderosa, mucho más si se la das a cualquiera que te controla.

“¡Déjalo, ya!”, grita. Intenta con todas sus fuerzas quitarme de encima.

Nick finalmente se ha desmayado, pero antes de que pueda terminar el trabajo, ella me golpea en la sien con el arma.

Desconcertado, mareado y demasiado confundido caigo al lado del cuerpo inconsciente de Nick. Son solo segundos en los que tarda en comenzar a salir de la sangre de mi cabeza, donde me ha dado el golpe, pero no me quedo atrás. No puedo quedarme.

Me quiero poner de pie para poder seguir con mi trabajo de enviarlo al otro lado, pero ella se interpone.

“¡Mira lo que has hecho! Nick, por favor, despierta…”, grita, completamente sacada.

“Mira lo que le hizo”, replico.

“Él tenía razón, él siempre tiene razón ¿Cómo pude creerte? ¡¿Cómo pude creerte?!”, murmura.

Llevo mi mano a la herida de manera inconsciente, casi. La sangre no deja de brotar y el mareo continúa, sin embargo, creo que jamás había tenido las cosas tan claras como ahora.

“Esta es tu oportunidad, Kim. Te está usando, ¿No te das cuenta? ¡Lleva años usándote! ¿Qué clase de pareja eran si estaba dispuesto a compartirte por dinero?”, g!mo, intentando recobrar un poco más mi sentido

Siento su mirada sobre la mía. Es como si acabara de descubrir su sucio secreto pues no dice nada. No me contradice, lo que me da el espacio para seguir.

“Porque eso es lo hacían juntos ¿Cierto? Tú te pr%stituías con hombres adinerados, lograbas sacarles algo y lo mantenías en el proceso. Te estuvo utilizando todo el tiempo que se conocieron. ¿Eso es lo que planeaban hacer conmigo? ¿Querías quitarme mi dinero?”, susurro.

“Adam…”.

“Pero te enamoraste de mí y el plan falló, ¿No es así? Fueron tres años, tú te enamoraste”, le digo.

Sacude la cabeza, con los ojos llenos de lágrimas.

“¿Dijiste que no le darías más dinero? Estás tan molesta conmigo por haberte dejado sin nada y te alías con él, cuando el verdadero problema siempre fue Nick. Es tu oportunidad para deshacerte de él. Lo tienes ahí, usa el arma, Kim…”, pregunto.

“No, él me salvó, me ayudó”, dice.

“Te vendió por un par de billetes y ropa costosa”, digo.

“No sabes lo que dices”, contesta.

“¡Eres su p%ta y no tenía ni siquiera que c%gerte!”, espeto.

“¡Cállate!”, tiene tanto odio en la mirada que ni siquiera lo disimula, aunque no sé si ese odio es hacia mí o hacia Nick pues las lágrimas le cubren las mejillas.

Está desconsolada, quizás apenas y está saliendo esa túnica de estupidez que le impedía ver con la clase de persona con la que ha estado desde el principio.

“Kim, todavía puedes arreglar esto. Quítame las esposas, podemos decir que él te secuestró a ti también o podemos irnos”, g!mo, intentando moverme.

“¿Solo los dos?”, sus ojos brillan con emoción.

“Ava tiene que venir con nosotros. Ella es parte del trato”, niego de inmediato.

“Tienes que salvarte, Kim. Si todo sale mal te culpará, te dejará cargar con todo el peso de las consecuencias y no lo mereces. Eres su víctima, como nosotros…”, digo.

Alza el mentón. Lo está pensando demasiado, se nota a leguas que está demasiado confundida.

“No soy ninguna víctima”, dice.

“Te pr%stituyó, te utilizó. Si despierta ahora verá que no me hiciste nada y te golpeará. ¿Quieres terminar como Ava? ¡Entonces mátalo ahora!”, espeto.

Mira al hombre debajo de ella, quien sigue inconsciente, por suerte. Luego me mira a mí y a Ava. Esta situación es realmente jodida, lo entiendo.

Se metió en esto para vengarse de mí, también entiendo eso, pero lo que no puedo comprender es por qué le tiene tanta lealtad a este tipo que, a fin de cuentas, no es más que un maldito que fingió protegerla mientras la entrega a tipos para que hicieran con ella lo que les venga en gana, solo por un par de billetes sucios.

“Le dio un plazo. Quiere que venda sus acciones y le entregue el dinero en una transferencia”, dice mirando a Nick, como si tuviera miedo a que despertara en cualquier momento.

“Eso no se puede hacer”, sacudo la cabeza.

“Ya lo hicimos antes, sabemos cómo funciona así que no me digas que no se puede”, rueda los ojos.

“Ava no venderá jamás”.

Se encoge de hombros.

“Todavía queda tiempo. Uno nunca sabe, pero hay algo en lo que sí tienes razón. Y es en que si despierta y ve que sigues ileso desconfiará de mí y no puedo permitirlo”, clava la mirada en mí.

Se pone de pie, toma el arma que dejó junto al cuerpo de Nick y comienza a acercarse de manera peligrosa. Sé que no va a asesinarme, por más que pierda la oportunidad de que no lo asesine ahora, sé que mientras tenga el arma tendremos ventaja, así que no me muevo cuando queda frente a mí.

“Lo siento, querido, pero es momento de dormir”.

De un solo golpe en la sien me lanza al suelo. Entre mi inconsciencia puedo sentir la sangre brotar de mi cabeza hacia mi rostro, siendo el cuerpo de Ava lo último que veo antes de cerrar los ojos por completo.

POV Kim.

El arma que tengo en las manos ahora mismo, es como si estuviera hablando conmigo. Las cosas que dice no son nada buenas, ni lindas, y para mi sorpresa, no están dirigidas a Adam sino a Nick.

La única persona por la que creí, jamás pensaría nada malo. Las horas en el reloj han pasado y están a punto de dar la hora exacta que él necesita para terminar su plan y por eso se pone de pie. Una sonrisa idiota le ilumina el rostro cuando voltea a verme, antes de caminar hacia mí.

Me toma con ambas manos, obligándome a posar mis labios en los suyos, en un casto beso que me sabe a confusión, desamor, amor y rabia al mismo tiempo. ¿Qué carajos sucede conmigo?

“Estamos a diez minutos de conseguir la vida que siempre soñamos, querida mía”, dice.

Me deja y se vuelve hacia su lado donde toma el arma colocándola en su cintura listo para salir incapaz de poder controlar mis palabras, tengo que decirlo en voz alta, deteniéndolo en la entrada.

“Tu sueño”, espeto.

“¿Qué dices?”, con el ceño fruncido, se voltea a verme.

Tomo aire.

“Que estás por conseguir tu sueño, no el mío”, susurro.

El que sus ojos estén sobre los míos me causa escalofríos y es que tiene tanto qué decir con la mirada, que siempre me ha mantenido al margen solo con eso.

Las personas no lo entienden, pero da pavor ver la frialdad que hay en sus ojos y nadie mejor que yo, que lo he acompañado durante décadas, para saber lo perverso que puede llegar a ser.

Lo he conocido en todas las facciones posibles, con cientos de nombres distintos, pero al final, siempre obtenemos el mismo resultado gracias a su genio y sus malas intenciones, por eso cuando se acerca a mí, bajo la mirada.

Es casi un instinto, y no me di cuenta de lo asustada que estoy de él hasta este momento, donde sin una palabra me tiene en la palma de su. mano. Soy su marioneta, pero la. verdadera pregunta es ¿Siempre lo fui y no medí cuenta?

“¿Qué dijiste?”, pregunta, sintiéndose altivo.

.

.

.

Consejo: Puedes usar las teclas de flecha izquierda y derecha del teclado para navegar entre capítulos.Toca el centro de la pantalla para mostrar las opciones de lectura.

Si encuentras algún error (contenido no estándar, redirecciones de anuncios, enlaces rotos, etc.), por favor avísanos para que podamos solucionarlo lo antes posible.

Reportar