Esposo arrepentido
Capítulo 82

Capítulo 82:

Me miran con el ceño fruncido.

“¿De qué estás hablando? ¿Qué más hay para decir?»

Ante este momento, Adam se posa junto a mí, tomándome de la cintura, demostrando que tengo todo su apoyo en esto, cosa que necesitaba porque de repente las piernas comienzan a flaquearme.

Tengo a tres personas frente a mí y si bien dije que sus opiniones no eran importantes, sí lo son. Claro que lo son, a fin de cuentas, jamás dejarán de ser mis padres después de todo.

Tomo aire, dispuesta a terminar con todo de una sola vez, y subo la mano enseñando la sortija que no tardan en reconocer.

De repente tengo muchas emociones cruzadas frente a mí, como ser la sorpresa de mi padre, la negación de mi madre y la ira de mi suegro. Los tres están en suspenso por algunos segundos que parecen eternos, hasta que finalmente, explota la bomba.

Alzo ambas manos, deteniéndolos a los tres.

“Se suponía que Adam y yo estábamos divorciados, pero no lo estamos y no lo estaremos pronto”.

“¿Cómo que pronto?”, pregunta él, haciéndome reír.

“Bueno, no lo estaremos y punto”, me corrijo.

“Sé que están sorprendidos, pero estuvimos tomando terapia y sabemos que somos capaces de salir adelante a pesar de todo lo que…”

“¿Es que has perdido la cabeza?”, dice mamá.

“¿Después de todo lo que te ha hecho quieres regresar? ¡Ava!»

“Concuerdo con la bruja”, dice mi suegro.

“¿Por qué querrías regresar con alguien tan egoísta, vanidosa y mentirosa como ella?»

Suelto un suspiro.

Adam está alterado de repente por los dichos de su padre, pero no está tan alejado de la verdad después de todo, y por eso le pido que lleve a Brooklyn a buscar el coche para que los tres podamos regresar a nuestra pequeña burbuja.

“¿Estás segura de querer quedarte con estas personas a solas?», pregunta, no muy convencido de dejarme.

“Vamos, que piensen lo que quieran”

Detrás de nosotros se ha desatado una guerra campal con nuestros padres, sacando en cara todos nuestros errores sin siquiera pensar que todo lo comenzaron ellos cuando nos hicieron casarnos tan jóvenes y siendo completos desconocidos en lo sentimental.

“Sí, estoy segura. Ve, sácala de aquí que no tiene por qué oír toda esta m!erda”, susurro.

“Los veré afuera ¿Sí?

Con todo el pesar de su corazón, me da un casto beso antes de salir con Brooklyn del pasillo.

Tengo que tomar aire antes de regresar la vista hacia las personas que tenía detrás, quienes están reticentes a cualquier tipo de conversación cordial y entonces me doy cuenta de que quizás jamás pueda hacerlos entrar en razón.

Es aquí cuando surge la pregunta: ¿Por qué debería ser yo quien los hiciera entrar en razón de todos modos?

A ninguno les ha importado ser un ejemplo de padre en todo este tiempo, y ahora nosotros tenemos la responsabilidad de ver por el bien de nuestra hija, de nuestra propia familia y creo que el primer paso es aceptar que quizás, nuestras familias jamás se acepten y eso también está bien.

Viendo que ninguno me presta atención, decido marcharme.

Salgo caminando del juzgado, siguiendo a Brooklyn y mi esposo que están a solo metros de distancia.

“¡Espérenme!”, grito, captando su atención cuando ambos se voltean.

Corro hacia ellos, donde Adam me observa con el ceño fruncido.

“¿Listos para ir a casa?”

“¿Y qué hay de nuestros padres?”

Hago una mueca.

“No iban a escucharme de todos modos. ¿Quién quiere un poco de helado en cuanto lleguemos a casa?”

“¡Yo quiero!”, dice mi hija.

“Mami, ¿Y los abuelos?”

Tomo su mano, caminando hacia el estacionamiento.

“Los abuelos tardarán. ¿De qué sabor quieres el helado?”

“Chocolate… no, mejor que sea de frutilla. O puede ser vainilla. No sé… ¿Limón?”

Mientras ella escoge qué es lo que va a pedir en lo que se adelanta para llegar al coche, Adam me toma la cintura, haciendo que me quede quieta.

Me observa con cierta paz en sus ojos y supongo que estaba esperando a que dejara a nuestros padres atrás, sin ninguna explicación, así como lo hizo él.

“Eres increíble ¿Lo sabías?”

Me encojo de hombros.

“Claro que lo sabía”, bromeo, tomándome de sus hombros.

“¿No te preocupa lo que tu padre tenga qué decir al respecto? No parecía nada contento”.

Hace una mueca.

“No podría importarme menos, cariño”, susurra, buscando mis labios.

“Llevo cuatro largos años viviendo en agonía, ¿Sabes qué es lo que quiero ahora?”

“No, ¿Qué quieres?”

“Ser feliz con ustedes. Nada más que eso, ser feliz con nuestra pequeña familia”

POV Ava:

Apenas llegamos a la casa, Brooklyn propone que nos quedemos en la habitación principal a ver películas hasta tarde.

A este punto ya solo vemos películas repetidas, tanto así que hasta Adam a comenzado a cantar las canciones infantiles pues se las está aprendiendo de memoria.

No le negamos nada, si ella quiere ver películas lo hacemos, por eso, Adam prepara el cuarto y yo preparo las botanas aunque no pasa mucho tiempo antes de que mi esposo venga a verme a la cocina.

Por la sonrisa enorme que trae en su rostro puedo ver que está demasiado emocionado.

Sus manos pasan por mi v!entre, apretándose a mi cuerpo, lo que me tiene con una sonrisa tonta en los labios.

“¿Qué tienes ahora?”, pregunto, riendo cuando sus besos en el cuello me causan cosquillas.

“No puedo esperar a tenerte para mí toda la noche”, comenta, creando cosquilleos en otras partes de mi cuerpo.

“Aún no definimos cómo vamos a dormir”.

Frunzo el ceño, volteando para verlo.

“¿Cómo que dónde? Tenemos un cuarto arriba disponible. Es matrimonial ¿Cierto?”

Asiente.

“Somos un matrimonio”.

Pasea su nariz por mi cuello, ocultándose en ese lugar durante no sé cuánto tiempo.

La ligereza que hay en el aire me tiene demasiado feliz, además de que me siento ligera como una pluma al haber tomado la decisión que internamente, siempre quise tomar.

Desde el primer momento en que llegaron los papeles del divorcio hace años, sabía que lo mejor que podíamos hacer era distanciarnos, aprender a vivir solos, sin el otro y ya shen algún momento nos volvíamos a ver, sería como el destino escogiera, pero el destino lo crea uno mismo.

Aprendí eso con el paso de los años, y jamás he estado más feliz con una decisión como ahora mismo.

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