Esposo arrepentido
Capítulo 80

Capítulo 80:

«Fueron capaces de llevarse bien por el bien de la niña y por eso he llegado a la conclusión de que ambos tienen los mismos derechos, por lo que tendrán custodia compartida de su hija”

Suelto un largo suspiro, aceptando la mejor decisión posible.

«Quedará en ustedes decidir si quieren continuar viviendo aquí o en Londres, o si Ava regresará a vivir sola con la niña con visitas de su padre. Su futuro depende de ustedes en estos momentos”

Observo a Ava, quien levanta la mano.

«He decidido quedarme en la ciudad para que nuestra hija no pierda contacto», comenta, sacándome una sonrisa más grande que la anterior si eso es posible.

«También trasladaré mi trabajo aquí, así que eso no será problema”

«Perfecto, entonces, está decidido. La custodia de la niña pasa a ser mitad y mitad. También, tengo aquí los papeles que afirman que, a partir de ahora, Brooklyn pasa a tener legalmente el apellido Byrne bajo reconocimiento de su padre, Adam Byrne”

Siento que el corazón me va a saltar del orgullo que siento en el pecho.

La tranquilidad inunda cada célula que me compone porque ahora, bajo la ley, soy su padre. Eso jamás cambiará.

«Y les he dado la oportunidad de presentar un pedido para el divorcio, pero ninguno de los dos lo ha hecho todavía. ¿Van a presentarlo hoy?»

«Señoría, mi cliente no tiene intenciones de hacer un pedido de divorcio», menciona mi abogado.

«No sé si la Señorita Dawson lo hará”

Volteo a verla de inmediato.

Quizás sean segundos los que pasan, pero la necesidad de oírlo todo de su boca me tiene temblando. Literalmente, temblando.

«No, señoría. Mi clienta tampoco va a solicitar el divorcio”

«Bueno, entonces está todo dicho. Continúan siendo marido y mujer. Como no hay otra cuestión que nos concierna, doy por terminada la sesión. Ustedes tendrán, por sus abogados, la resolución escrita del caso. Sin más qué decir, espero que tengan una larga y feliz vida siendo una familia en todo el sentido de la palabra, Señores Byrne”

La juez hace resonar por todo lo alto su martillo y a los pocos segundos se marcha.

Mi abogado no dice nada cuando se aleja, creo que para darme tiempo y espacio para poder asimilar lo que estuvieron diciendo en esta sesión, pero lo que sucede conmigo en realidad es que la necesidad de tener a Ava es tan grande que cuando noto que todo se ha terminado y que me está mirando desde su mesa, camino apresurado hacia ella.

Tomo su rostro entre mis manos y sin dejar espacio entre nosotros nos acerco lo suficiente como para ser uno solo.

Mi boca se planta sobre la suya, dando fin a cuatro largos años de desesperación cuando sus labios se mueven contra los míos, reviviendo cada parte de mi cuerpo en cuestión de segundos.

Ella es justo lo que necesitaba, lo único que siempre quise y lo más preciado que tengo junto a nuestra hija.

«Mi esposa», susurro en sus labios.

«Su esposa, Señor Byrne. Siempre seré tu esposa”

POV Ava:

Adam está tan feliz que rebosa de energía.

Sus ojos cristalizados y sus manos temblorosas me resultan demasiado dulces a la hora de tocarme, y es que se siente como si no fuera capaz de creer que finalmente, he decidido quedarme a su lado, intentar una vez más a ver en qué resulta esta casi década que llevamos juntos intentando tener el bendito final feliz.

Me sujeta por los hombros antes de acercarme a su pecho donde me da un abrazo. Ha pasado de besarme todo el rostro a abrazarme y aún no hemos dado ni un solo paso que nos acerque a la puerta y es que ¿Realmente queremos salir?

La respuesta es un definitivo no.

Afuera está el pasado, el rencor, la ira y la decepción de todo lo que tuvimos qué atravesar. No hay forma en que nuestros padres acepten una segunda oportunidad y ciertamente, poco me interesa, pero como dije son familia.

La única que tenemos y la única que tendrá nuestra hija así que tampoco es descabellado tener que pensar en lo que van a decir al respecto.

Adam me toma el rostro con sus manos de nuevo, presionando sus labios contra los míos. La sensación de calidez y tranquilidad que siento es impensada si recordamos cómo es que terminamos en esta posición en primer lugar, pero me digo a mí misma que debo de disfrutar de lo que me toca y ahora mismo me toca buscar mi felicidad al fin.

«No puedo creer que haya pasado», susurra contra mi boca.

«¿De verdad vamos a intentarlo de nuevo?»

Asiento, presionando mi cuerpo contra el suyo.

«Claro que sí. Nos lo debemos ¿No crees?»

«Por supuesto. ¿Se lo diremos a Brooklyn?»

Me río, negando con mi cabeza.

«No creo que entienda lo que significa el matrimonio, mucho menos que estuvimos casados antes y que ahora decidimos regresar ¿No te parece?»

Se encoge de hombros, dejando un beso sobre mi nariz.

«A este punto, estaré de acuerdo con lo que sea que propongas», dice, abrazándome de nuevo.

«¿Ya tenemos que salir?»

Suelto un suspiro.

Me alejo un poco para verlo a la cara y ver si tiene la misma expresión de decepción que manejo yo en estos momentos y efectivamente, la tiene.

«¿Nuestros padres?» le pregunto, a lo que asiente.

«¿Cómo crees que se lo vayan a tomar?”

Hago una mueca.

«La verdad no me interesa, pero tenemos que decírselos”

«Papá está esperando que salga de aquí separado”

Me carcajeo levemente.

«Va a esperar un largo tiempo se me hace. Somos marido y mujer, cariño, eso no va a cambiar”

Sonríe ampliamente.

«¿Me creerías si te dijera que siempre lo he pensado de esa forma?»

«¿De verdad? ¿Incluso en estos cuatro años separados?»

«Así es»

Afirma con seguridad.

«Tanto así, que llevo guardando esto todo este tiempo”

Con el ceño fruncido, porque no tengo idea de qué está hablando, observo sus movimientos.

Adam está buscando algo en su bolsillo en la chaqueta y cuando enseña lo que obtuvo, me quedo de piedra al ver el envoltorio de lo que alguna vez fue mi sortija de matrimonio junto a la piedra de compromiso.

Ambos anillos, que dejé en la casa antes de salir hacia Londres, están frente a mí de nuevo y no puedo contener la emoción.

Cualquiera pensaría o querría una sortija diferente, un nuevo comienzo, pero yo no.

Creo en las segundas oportunidades porque soy fiel creyente de que el pasado forja el presente y el futuro.

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