Esposo arrepentido
Capítulo 79

Capítulo 79:

Su padre se queda atrás, pero el que está nervioso, con un ramo de flores en sus manos, es mi padre.

Tanto Ava como yo nos miramos con una clara confusión.

No es posible que este hombre sea el mismo que me rogó despertar de mi depresión por una mujer.

Brooklyn ni siquiera puede comprender la importancia de este momento para él y parece que va a caer rendido en cuanto ella lo mire.

“Hola, papá”, saludo al llegar a su lado.

“Hola, hijo. ¿No vas a presentarme?”

“Hola, Señor Byrne”, saluda Ava.

Noto de inmediato la reticencia que siente mi esposa, pues la mira como si fuera un problema y no una persona.

“¿Las flores son para mi hija?”

Bufa, ignorándola por completo.

“Papá…”

“Sí”, responde a regañadientes.

Ava se da por vencida acercándose a sus familiares quienes todavía acaparan la atención de Brooklyn, algo que a papá no le hace mucha gracia.

“¿Podrías comportarte? Es una buena persona y…”

“¿Buena persona? Es el egoísmo hecho mujer, no me vengas con pendejadas”, comenta, con el ceño fruncido.

“Menos mal que este mes obligatorio se terminó. Ahora sí podrás deshacerte de esa mujer tan pedante y con creencias superiores”

Carraspeo, bajando la mirada.

Sé que a él no le debo explicaciones, pero como todavía no sé qué va a pasar con Ava y yo, en términos de ser un matrimonio, no le aclaro que no puede hablar de esa forma de ella.

En todo caso que deje de ser mi esposa, seguirá siendo la mujer que amo y la madre de mi hija, eso es motivo suficiente para que sea respetuoso con ella.

“Ven, te presentaré a tu nieta”, le digo, dándole un leve golpe en el pecho.

Nos acerco a ambos hacia donde está mi hija, notando que tampoco soy bien recibido por la familia de mi esposa, quien me mira con cierta desconfianza.

“¿Puedo tener a mi hija un minuto?”

Ava mira a su madre, casi obligándola a que me entregue a la niña.

Lo hace con todo el pesar del mundo, pero lo hace al fin y al cabo que es lo importante.

Brooklyn se aferra a mi cuello, observando con detenimiento al hombre que tenemos frente a nosotros.

Papá está tan nervioso que no le salen las palabras y es incluso hasta adorable verlo tan nervioso por conocer a una mujer, por primera vez en toda mi vida.

“Brooklyn, ¿Recuerdas que hablamos del abuelo?”, le digo.

Ella asiente y es que le he contado cosas de mi padre, por supuesto cosas que se le pueden decir a una niña de su edad, así como le expliqué cuál es el vínculo que la une a él.

“Bueno, él es mi papá y tu abuelo, cariño. Papá, ella es tu nieta”

Veo, por primera vez, que a mi padre se le llenan los ojos de lágrimas, lo que es increíble.

Brooklyn se lanza a sus brazos riendo. Para ella es demasiado fácil darse a las personas que sabe, son su familia, y además, la charla que tuve para presentarle a su abuelo también ayudó bastante a que se sintiera cómoda incluso antes de conocerlo oficialmente.

“¿Son para mí?”, pregunta mi hija, aceptando el ramo de flores que le da papá.

“¡Mami, el abuelo me trajo flores!”

Papá sorbe por su nariz.

“El mundo te daré también si me lo pides”, le dice con total convicción.

Yo estoy sonriendo, Ava también, pero como siempre, es su madre quien se niega a soportar una linda escena que no la incluya para nada.

“Por favor, ahora va a fingir que es importante. Seguramente desaparecerá en cuanto un trasero se le cruce por el frente”.

“Mamá”, la regaña su hija.

“Frente a Brooklyn, no”

“¿Qué? Si es cierto. Ahora dice que le entregará el mundo cuando todos aquí sabemos que no es capaz de quedarse quieto ni una semana”.

Mi padre le hace oídos sordos.

Bueno, casi.

“Menos mal que ya no tendremos relación con esa maldita mujer”, comenta, rodando los ojos.

“Hijo, firma el divorcio en cuanto puedas”

Niego con mi cabeza.

Estoy a punto de responder, pero es Ava quien nos hace notar que estamos yendo relativamente tarde a la sesión, incluso estando en las escaleras del juzgado.

Por eso, todos nos movemos apresurados.

Papá carga a Brooklyn en sus brazos durante todo el trayecto, al menos hasta que estamos en la puerta de la habitación donde se llevará a cabo la sesión, porque cuando llegamos se la quito, acercándonos a donde están nuestros abogados.

Me resulta problemático que todavía tengamos que tener dos lados opuestos, donde Ava es movida a unos cuantos centímetros de distancia.

La niña se queda conmigo, mi abogado me dice que debemos esperar a lo que dirá el juez y asiento, permaneciendo en mi lugar hasta que la sesión da comienzo con la entrada de la mayor autoridad del lugar.

La juez nos observa y sonríe al ver que cargo a Brooklyn en mis brazos.

“Buenos días a todos”, saluda, tomando asiento.

“¿Quieren que la niña permanezca en la sala o prefieren sacarla?”

Antes de que podamos decidir, siento la voz de mi padre detrás.

“Yo la tendré afuera si quieren”

Ava se encoge de hombros, a mí también me da lo mismo por lo que dejamos que ella decida. Por supuesto no tiene idea de la importancia de este momento y solo quiere poder moverse con libertad así que acepta salir con papá.

No terminan de cruzar la puerta de la sala cuando siento que los padres de Ava también se ponen de pie.

“No vamos a dejarla sola con ese hombre”, dice su madre, moviéndose a la salida.

“Vamos, quiero estar con mi nieta”

Cuando ambos salen de la sala, lo que seguramente será una batalla sin fin afuera hasta que nosotros salgamos, la juez nos mira a ambos con cierto desconcierto.

“Por lo que veo, esa reunión afuera estará interesante así que no les quitaré mucho de su tiempo”, comenta, con una sonrisa.

“Han pasado un mes conviviendo juntos, con acompañamiento psicológico y visitas de servicios sociales. Tengo aquí las notas de la psicóloga quien prestó declaración jurada de sus anotaciones, también las notas de la visitadora y lo que puedo decirles es que ambas acuerdan que tanto Ava, como Adam, son buenos padres”

Eso me hace sonreír abiertamente.

Principio del formulario

“Según la psicóloga, Brooklyn se adaptó bien a la nueva realidad de tener más familia, un padre y abuelos. Sigue siendo una niña dulce e inteligente, quien ha hablado de su familia nueva en cada sesión y ustedes, han aprendido a crear canales de conversación para todo lo que respecta en la crianza de la niña”.

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