Esposo arrepentido -
Capítulo 59
Capítulo 59:
“¿Fue tan duro para ti?», pregunta con cuidado.
“Fue un calvario, pero lo merecía. Estoy bien con eso”
“Sí, supongo que sí», murmura.
Inhalo profundo, moviéndome en mi lugar.
Este tipo de conversación con ella siempre suele salir mal, pero creo que esta tranquilidad se debe al hecho de que tenemos la mente tan cansada, como después de cada sesión, que no tenemos ánimos ni siquiera de discutir. Eso lo puedo ver con facilidad.
“¿Te importa si te hago otra pregunta?», susurra.
Niego, dejándole ver que puede preguntar tantas cosas como quiera.
“¿Dónde estuviste ayer? Brooklyn preguntó por ti cuando salimos y yo… quería hablar contigo”
Muerdo mi labio inferior por algunos segundos antes de mirarla.
Veo que tiene pánico y de inmediato se me cruza por la mente que quizás esté pensando en que me fui de putas o algo similar, o que caí en el alcohol y que no podía ni siquiera ponerme de pie, pero la realidad es mucho más aburrida.
“Fui a mi departamento. Estaba molesto contigo, con ese tal Will y no quería que Brooklyn me viera de esa forma. Creí que fue lo mejor”
“¿Y por qué no llamaste?»
“Porque estaba molesto contigo», apunto, haciéndola sonreír.
Es la primera sonrisa que tengo dirigida hacia mí desde que nos embarcamos en este viaje de enfrentamientos eternos.
Me da un pequeño golpe de puño en el hombro.
“La próxima vez llama, que no me quedaré sentada en el sofá toda la noche esperando a que regreses”
Abro la boca sorprendido.
“¿Te quedaste en el sofá esperándome toda la noche?», pregunto, sin saber qué responder.
«Es decir que estabas preocupada por mí”
Ava rueda los ojos después de unos segundos, restándole importancia.
“No exageres ni te la creas tanto. Fue cosa de una sola vez y me quedé porque yo también cometí un error, por eso. Quería disculparme», responde.
Suelto un suspiro, negando con mi cabeza.
“No me debes una disculpa. Dijiste que necesitabas ayuda y que él estuvo ahí. Supongo que tiene derechos que…”, intento explicar.
Me toma del brazo, deteniendo mis palabras por el dolor que me provoca su toque.
“No tiene ningún derecho-«, me corta.
«Y no tiene ningún privilegio cuando de Brooklyn se trata. Me ayudó, sí, pero se convirtió en un amigo para ella y eso fue mi error”
“Estuvo ahí y yo no. Eso le da derechos”
“No le da una m!erda y mucho menos el poder de decir esas cosas que te dijo. Lamento que te hicieran enfadar y lamento el haberlo metido en nuestras vidas», dice, sus disculpas suenan sinceras.
“No exageres ni te la creas tanto. Fue cosa de una sola vez y me quedé porque yo también cometí un error, por eso. Quería disculparme», responde.
Suelto un suspiro, negando con mi cabeza.
“No me debes una disculpa. Dijiste que necesitabas ayuda y que él estuvo ahí. Supongo que tiene derechos que…”, intento explicar.
Me toma del brazo, deteniendo mis palabras por el dolor que me provoca su toque.
“No tiene ningún derecho», me corta.
«Y no tiene ningún privilegio cuando de Brooklyn se trata. Me ayudó, sí, pero se convirtió en un amigo para ella y eso fue mi error”
“Estuvo ahí y yo no. Eso le da derechos”
“No le da una m!erda y mucho menos el poder de decir esas cosas que te dijo. Lamento que te hicieran enfadar y lamento el haberlo metido en nuestras vidas», dice, sus disculpas suenan sinceras.
Sus disculpas se oyen sinceras y bien podría reclamar sobre todo lo que dijo, sobre él acercándose demasiado a Brooklyn y creyéndose su padre, pero prefiero dejar las cosas por la paz. De retrucar todo, las terapias no tendrían sentido alguno si al salir discutiremos todavía más.
“Está bien, ya pasó», digo, aunque me esté quemando por dentro.
“¿Ya decidiste dónde va a quedarse?»
“¿Qué?»
“Dijiste que fue quien vino a ayudarte”
“Lo envié a casa», suelta, sorprendiéndome.
«Te dije que lo intentaría y lo estoy haciendo, pero enviarlo a casa fue más una decisión personal que por el bien común. No me gustó que dijera todas esas cosas porque cree que Brooklyn es su hija, y no tiene ningún derecho, ya lo dije”
Me deja sorprendido.
Por las palabras de ese tal Will, puedo suponer con libertad que tanto él como Ava han tenido una relación demasiado cercana durante todos estos años y cabe la posibilidad de que incluso hubiera algo de romance entre ellos, sin embargo, el que lo descarte así de rápido de su vida, me tiene con ciertas dudas.
“¿Puede hacerte una pregunta?», pregunto.
Se encoge de hombros.
“¿Por qué no? Adelante”
“Entre Will y tú… estos años… quizás malinterpretó eso y…”
Intento decir, pero ella me corta.
“Jamás pasó nada entre nosotros»
Afirma, acelerando las pulsaciones de mi corazón.
«Después de nacer Brooklyn me enfoqué tanto en ella, en lo que necesitaba para ser una mejor madre para nuestra hija que no tenía tiempo, ni quería tenerlo, para pensar en hombres”
“Ohh…”
“No, que no lo haya intentado. Durante años me pidió ir a citas, tener al menos una velada romántica en casa y cumplir su sueño de una casita feliz, pero jamás lo permití. Cuando Brooklyn se hizo más grande, estaba tan acostumbrada a él que pensé que no haría daño que tuviera con quien jugar, y ese fue otro error”
Acaricio su brazo, brindándole apoyo.
“Tampoco te martirices. Fue bueno en su momento y si decidiste que ya no lo es, no tienes por qué sentir culpa”
“No lo hago, no es culpa lo que siento, sino preocupación”
Frunzo el ceño de inmediato.
“¿De qué hablas?»
“Me preocupa que haya experimentado por Brooklyn, algo más que un simple cariño”
“Hablas de…”
“No, no de esa forma turbia, sino que me preocupa que de verdad haya considerado a Brooklyn como su hija cuando no lo es», dice mirándome.
«Lo vi en sus ojos, Adam, cuando dijo que fue más padre que tú para ella, lo vi… esa posesión, esa seguridad de que lo que dice es cierto al cien por ciento… me preocupa que se obsesione con ella, hasta el punto de convertirse en otro Nick”
La sola mención de su nombre y ahora que me dijo sus preocupaciones, despiertan en mí el deseo incesante de querer hacerlo m!erda o tenerlo bien lejos de ambas. La primera vez no lo vi venir, no a ese punto al menos, pero ahora estoy entrenado y listo para detectar a cualquier pedazo de m!erda que quiera hacernos daño, mucho más si tiene que ver con Brooklyn.
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