Esposo arrepentido -
Capítulo 57
Capítulo 57:
“Las decisiones que hemos tomado ya no pueden cambiarse, y entiendo que a veces necesitamos esa respuesta, esa especie de redención de parte de la persona que nos ha hecho daño, pero si deciden avanzar, tendrán que dejar las incertidumbres atrás, así como las culpas”
Asiento con pesar, comprendiendo sus palabras.
“¿Entonces se supone que debemos de olvidar todo y ya?», pregunto, buscando claridad.
La doctora niega con una leve sonrisa.
“No, claro que no. La reconciliación se basa en tomar decisiones y hacernos cargo de nuestras acciones. El infiel es quien mayormente carga con el peso de sus decisiones pasadas, y lleva cuatro años haciéndolo, la cuestión está en si crees que ha aprendido de su lección”
“¿Yo?»
Cuestiona Adam.
“Sí, ¿Crees que aprendió su lección? ¿Qué las consecuencias que enfrentó fueron suficientes?», indaga la doctora.
La incertidumbre se refleja en mi rostro.
“No lo sé», respondo honestamente.
“Bueno, lo veamos de otra forma, ¿Crees que en algún momento será suficiente?», insiste.
Me encojo de hombros.
“No sé, no podría decirlo”
“¿Quieres que en algún momento deje de sufrir las consecuencias de haberte sido infiel?», pregunta la doctora.
Niego con la cabeza.
“No lo sé”
Adam suelta un suspiro, evidenciando la tensión en el ambiente.
“De acuerdo, entonces… veamos, ahora eres tú quien enfrenta las consecuencias de ocultar a tu hija tanto tiempo, y él parece dispuesto a perdonarte por eso. ¿Cómo te sientes al respecto?», indaga la doctora.
“Mal», respondo de inmediato.
“No creo cuando dice que me perdonó, sin importar cuántas veces lo diga”
La doctora asiente comprensivamente.
“Y lo crees justamente porque tú no lo has perdonado todavía”
Su observación me deja completamente callada.
“¿Quieres que ese sentimiento se aleje?», pregunta.
“Lo hará cuando aprendas a perdonarte a ti misma por haberlo hecho. Que no te perdones, significa que no puedes aprender a perdonar a otros con sinceridad, así que comenzaremos trabajando en ti, en la culpa que cargas, para recién afrontar el perdón hacia Adam, lo que también te ayudará para que dejes de envenenarte a ti misma. Y lo mismo va para ti, Adam. Esto de que no puedas tomar ninguna decisión porque esperas a que Ava las tome para evitar molestarla, no es más que una clara señal de que no has podido perdonarte por lo que le hiciste, por cómo fallaste y está bien, eso es algo que también trabajaremos de forma personal. Ahora la cuestión está en si quieren hacerlo o no”
“¿Si quiero mejorar?”, pregunta Adam, a lo que la doctora asiente.
”Claro que sí”.
Suelto un suspiro.
“Lo mismo digo», responde Adam.
“De acuerdo, ese es un avance. Ahora, retomando tu pregunta, Ava, de si lo que deben hacer es olvidar y ya, la respuesta es no, de eso no se basa una reconciliación», aclara la doctora.
“¿Entonces de qué?», pregunto con frustración.
“Entiendo que pienses que tienes que encerrar todo en una caja para poder tener una relación con Adam de nuevo, pero también entiendo que quieras sacarlo a la luz como un acto de defensa porque su falla te creó problemas de confianza. Cada que le recriminas que tus actos fueron impulsados por los suyos, es una recaída y son normales, pero no cuatro años después, y eso es lo que debemos evitar si quieren avanzar», explica la doctora.
Ruedo los ojos, sintiéndome abrumada por todas las cosas que se han dicho en esta prolongada sesión.
“Habló de tener suficiente. ¿Cómo sabré si él ha aprendido la lección con lo que pasó? ¿Qué no lo hará de nuevo, que no buscará en otra persona lo que tiene… tenía conmigo?»
Cuestiono con incertidumbre.
“Es interesante que pienses que su falla tuvo que ver contigo, con tus acciones o valor personal», comenta la doctora.
“¿Por qué? Si las personas que son infieles es porque buscan por fuera lo que no tienen en casa», recrimino, recordando las noches que me dejó abandonada por irse con esa mujer.
“Bien lo dijo Adam, que ser infiel fue su decisión. No tuvo nada que ver con lo que no le dabas, Ava, o con lo que no tenías, sino más bien que tuvo que ver con lo que él quería en ese momento», expone la doctora.
Bajo la cabeza, reflexionando sobre sus palabras.
“Jamás pensé que fue por mi culpa», murmuro.
“No lo fue»
Interviene Adam.
«Quería libertad. Me casé contigo porque me obligaron, nos obligaron a hacerlo. Ahí no había amor de mi parte, lo admito, y lo siento si te duele, pero no lo había. Papá controló la mayor parte de mis decisiones importantes, y cuando me casé contigo, encontré en una infidelidad, en Kim, la libertad de poder hacer con mi vida lo que quería. Claro que fue una decisión de m!erda, pero ni un solo momento pensé en buscar otra mujer porque tú no eras suficiente”
Niego con la cabeza.
“Yo te lo di todo y aún así me fallaste”
“Lo sé, y aprendí de mis errores»
Asegura Adam buscando mi mirada.
“Dices que el mayor problema que tienes es que no sabes si cambié o si lo volveré a hacer, y es difícil que confíes en mí de nuevo, pero puedo asegurarte que aprendí la lección, Ava. Aprendí, estos cuatro años fueron una m!erda, una pesadilla que quiero que termine, pero aprendí”
“Yo también lo creo».
Menciona la doctora.
«Veo arrepentimiento genuino y un acto de defensa de una persona que busca aceptación, es jamás ir contra la corriente, por eso siempre aceptas lo que ella quiera sin oponerte, para no continuar haciéndole daño, lo que está bien, pero no puede ser eterno. Has demostrado tolerancia a frases y actitudes de Ava durante toda la sesión, lo he visto y está bien, es un buen punto de partida para reconciliarse, pero a esto también hace falta otra cosa de tu parte, Ava”
“¿Y qué es?», pregunto con curiosidad.
“Demostrar que puedes cambiar de pensamiento»
Indica la doctora.
“Dijiste que tu mayor temor es que Adam no haya aprendido la lección y es justo. La respuesta a eso es que no lo sabes y no lo sabrás nunca, solo te queda aceptar el pasado con todas sus verdades y matices, con la incertidumbre ante la idea de que pueda volver a pasar, y tú, Adam, no sabes si será capaz de dejarlo atrás y que no lo traerá a colación en cada discusión que tengan, lo que también está bien. No estamos aquí para buscar errores y señalar personas con el dedo porque nadie está libre de pecado. Estamos aquí en busca de una mejora para un bien mayor, que es su hija. Les he hablado de reconciliación y de la comunicación en caso de que no quieran regresar como pareja, pero a fin de cuentas, es su decisión si deciden hacer esto juntos como matrimonio o como padres”
La doctora nos mira a ambos en espera de una respuesta, y yo no sé qué hacer.
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