Esposo arrepentido
Capítulo 54

Capítulo 54:

“No quiero, pero las necesito”.

“¿Puedo hacerle una pregunta?”, solicita.

Asiento, preparándome para lo que viene.

“La sesión anterior, me dijo que tenía opciones ¿Recuerda?», planteo a la psicóloga Rose, buscando alguna orientación en su expresión.

“Claro que sí”, responde con seriedad.

“¿Le dijo lo mismo a Adam? ¿Le dijo que si no se presentaba hoy significaba que todo acabaría?”, inquiero, sintiendo la ansiedad apoderándose de mí.

Rose frunce el ceño al escuchar mi pregunta.

“¿Crees que todo acabará si no se presenta hoy?”

“No, es solo que… no lo sé, usted lo dijo”, respondo con incertidumbre, luchando por encontrar respuestas claras.

“¿Sabes dónde está?”, pregunto, sacudiendo la cabeza antes de añadir.

“¿Y sabes por qué se fue?”

La mirada de Rose se encuentra con la mía, y por un momento, me debato entre contarle todo o retener ciertos detalles por temor a las consecuencias legales.

Sin embargo, comprendo que la transparencia es clave para avanzar.

“Tuvimos una discusión y se marchó. Fue anoche”, confieso, sintiendo el peso de la verdad en mis palabras.

“¿Quieres que hablemos sobre eso?”, pregunta Rose, inclinando la cabeza con interés.

Me encojo de hombros, pero sé que es necesario abordar el problema.

“Da igual, de todas formas tenemos que hablar de algo en esta hora, ¿Cierto?”

“Suenas pesimista. ¿Piensas que Adam no se presentará?”, señala, observando mi gesto tembloroso.

Niego con la cabeza.

“No lo hará. No vendrá”

“¿Por qué lo piensas?”, indaga, incitándome a expresar lo que me atormenta.

“Porque yo… ayer… rompí su corazón. Y no creo que quiera recomponer nada entre nosotros ahora. Ya no más”, confieso, revelando la carga emocional que llevo.

La respuesta de Rose es una sonrisa, lo que me desconcierta.

“Así que viniste pensando en una reconciliación, ¿me equivoco?”

“Claro que lo haces. ¿Por qué querría reconciliarme?”, respondo con firmeza, tratando de convencerme a mí misma.

Ella encoge los hombros.

“Yo no utilicé la palabra reconciliación, lo hiciste tú, así que eso tuvo que venir de algún lugar ¿No crees?”

“No, no creo”, respondo con vehemencia.

“Yo sí”

Afirma Rose, señalando la necesidad de explorar mis propios sentimientos.

“Pues es tu problema. ¿Hablamos de otra cosa?”.

Sugiero, queriendo cambiar el enfoque.

“Me estabas por contar por qué discutieron anoche”, dice, escribiendo en su anotador.

“¿Por qué comenzó la pelea?”

Suelto un suspiro antes de abordar el tema de Will.

“Tengo un amigo en Londres, se llama Will. Él me ayudó bastante con Brooklyn en su momento”

“Es alguien importante para ti”, observa Rose, notando mi gesto de confusión.

“No sé bien. No podría decir que es alguien indispensable para mí, como una parte de mi vida o algo similar. Solo fue una agradable compañía estos años”, explico, tratando de desvincular emocionalmente a Will.

“¿Te negaste a sentirlo importante o simplemente no tienes relación con él?”, pregunta, buscando entender mi conexión con Will.

Me permito reír levemente.

“Así lo hubiera intentado, no creo que alguna vez hubiera podido sentir algo por él», afirmo con convicción.

“¿Por qué no? Tienes un corazón, Ava. Amas a tu hija, eres capaz de amar y eso se nota, y lo describes de una manera que deja entrever que fueron cercanos en algún momento de tu vida. Tener sentimientos por él no habría estado mal», comenta Rose, buscando comprender las complejidades de mis emociones.

“Sé que puedo sentir”, afirmo con seguridad.

“Es solo que no puedo… no con otra persona que no sea él”

“¿Hablas de Adam?», pregunta, señalando al meollo de la cuestión.

“Sí”, susurro.

“Él fue el primer hombre que me hizo sentir con tanta intensidad y no hablo solo de la parte romántica. Lo amé demasiado y lo odié casi con la misma intensidad. No creo que pueda otra persona igualarlo, y no sé si quiero descubrir que pueden porque eso significaría confiar de nuevo y… no puedo”

“¿Crees que la confianza es el mayor reto que tienes con tu relación con Adam?», indaga Rose, llevándome a reflexionar sobre el núcleo de mis problemas.

Ruedo los ojos.

“¿Cómo confiar en él? Me hizo mucho daño, durante mucho tiempo. Eso es difícil de perdonar, y más difícil de olvidar”

Anota mis palabras, reconociendo la profundidad del dolor que llevo.

Después, decidimos retomar la narrativa desde la discusión con Will.

“Bien, ¿Quieres regresar un poco? A la parte de la discusión. ¿Qué pasó con Will?»

“Oh, bueno. Yo necesitaba unas cosas de mi trabajo. Tengo mi sede en Londres y una persona tenía que traer los planos. Decidieron enviarlo a él a casa, y quiso golpear a Adam, así que terminó noqueado y… Cuando despertó dijo algunas cosas hirientes. Le dijo a Adam que él era más padre para Brooklyn de lo que él jamás será. Eso detonó que tomara la decisión de dormir fuera de casa”

Rose frunce el ceño, interesada en conocer más detalles.

Durante algunos minutos, le proporciono una visión completa de lo que sucedió ese día, desde nuestra discusión inicial hasta las provocaciones de Will y la decisión de Adam de alejarse.

Ella escucha atentamente, sin emitir juicios.

No ofrece consejos apresurados ni presiona para obtener más detalles, permitiéndome compartir lo que necesito en ese momento.

Sus preguntas específicas desenterran sentimientos profundos que ni siquiera sabía que tenía.

“Creo que el tema de Will es algo que debemos hablarlo entre los tres, así que dejaremos eso para cuando llegue”, sugiere Rose, dejando su bolígrafo sobre la libreta.

“Lo que me interesa aquí es que dijiste dos palabras importantes relacionadas a Adam, y quisiera saber cómo te sientes”

“¿Qué palabras?», pregunto con curiosidad.

“Amor y reconciliación», responde, enfocándose en lo esencial.

Trago grueso ante esas palabras.

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