Esposo arrepentido -
Capítulo 50
Capítulo 50:
«Ese odio que cargas, terminará matándote, Ava, y explotarás, llevándonos a todos contigo si no te liberas y no hablo de que me perdones. Sé que eso no sucederá jamás, solo quiero que seas capaz de darte cuenta, que odiarme te está destruyendo porque no quieres dejar que el amor que sientes por mí, salga a la luz”.
«Porque sigues amándome, y eso es lo que más duele. Eso es lo que más te lastima”
Sus lágrimas caen por sus mejillas mientras que a mí, el pecho parece que va a salirse de mi caja toráxica por los latidos tan apresurados que tengo.
No sé cómo avanzar de ahora en más, por eso agradezco que el timbre resuene por todo lo alto, logrando que me enfoque en otra cosa que no sean las ganas que tengo que tomarla y terminar con esto de una vez por todas.
Ava toma asiento en el sofá de la sala, mirando hacia la televisión en lo que yo voy hacia la puerta.
Antes de abrir, tomo aire, intento calmarme por el temor a que sea la trabajadora social que quedó en hacernos visitas improvisadas, lo cual sería odioso dada la situación actual.
Al cabo de un minuto decido abrir, encontrándome con un hombre de mi edad, más o menos, con planos en sus manos y una maleta detrás suyo.
Está sonriendo como un idiota.
«Hola, soy Will. Estoy buscando a…”
Los pasos detrás de mí se sienten.
«¿Will?»
Él la mira, quedando sorprendido al ver que está llorando.
«¿Ava?»
Son solo segundos en los que él analiza la situación, paseando la mirada entre Ava y yo, seguramente sacando conclusiones equivocadas.
Puedo ver en su cara que se cree todo el cuento que se inventó en su cabeza, y noto las ganas que tiene de tomar represalias por haberle roto el corazón a su jefa, cuando lanza las cosas al suelo, preparándose para pelear.
No dice nada, solo se avienta hacia mí.
Dos segundos después, gracias a mis reflejos y al haber tomado las artes marciales como un hobby para poder distraer mi mente, el tal Will yace en el suelo, noqueado por haber querido golpearme.
“¡Will!”
…
POV Ava.
Todo sucede demasiado rápido. En un momento, estoy gritándole a Adam que me odie para poder sentirme mejor y de repente, Will está en el suelo.
Lo único que vi es que se abalanzó sobre Adam, intentando golpearlo y luego, de la nada, Adam lo dejó noqueado.
Ni siquiera vi que lo hubiera golpeado.
«¡¿Qué hiciste?!», digo alarmada, cayendo al lado de Will.
Está con el rostro hacia abajo, terriblemente inconsciente.
«¡Adam!»
«¿Qué hice yo? Él quiso atacarme”
Cuando lo miro, veo que no tiene una pizca de culpabilidad en sus ojos y aunque quiera molestarme, tiene razón.
Yo lo vi, Adam ni siquiera sabe quién es o por qué motivo Will quiso golpearlo, realmente eso para mí todavía sigue siendo un misterio, pero el problema más importante ahora es que sigue en el suelo.
«Ayúdame a ponerlo sobre el sofá”
Adam rueda los ojos.
«Lo conoces», afirma.
«¿Por qué quiso golpearme?»
Trago grueso.
No sé por qué me niego a contarle la verdad acerca de mi relación laboral y personal con Nick.
«Ayúdame, por favor”
«Bien, pero no puede quedarse”
Adam se encarga de su torso mientras yo me encargo de las piernas.
Está tan inconsciente que su cuerpo es un peso muerto.
Jamás hice esto, con ninguna persona, conocida o no, y se siente extraño porque no tengo idea de cómo puedo hacerlo.
Lo importante es eso, hacerlo regresar.
Para cuando lo dejamos sobre el sofá, Adam se aleja un poco, observándome con detenimiento.
Quizás no lo esté mirando fijamente, pero siento su mirada en cada uno de mis movimientos, más que nada, cuando busco un paño para limpiarle la sangre que le sale del labio.
«¿Por qué quiso golpearme?», me pregunta.
Me encojo de hombros.
«No lo sé», admito.
«¿Por qué lo golpeaste?»
«A ver, recapitulemos ¿Quieres? Abro la puerta, encuentro a un desconocido que claramente te conoce y pensó algo sobre lo que estaba pasando entre nosotros, se abalanzó sobre mí, en mi casa, a intentar golpearme ¿Y me preguntas por qué me defendí? Ni siquiera es agresión, es defensa propia”
Suelto un suspiro, observándolo.
«No tengo idea de por qué quiso golpearte. Will no es así, jamás lo he visto comportarse agresivo con nadie, ni siquiera lo escuché gritar”
Frunce el ceño.
«¿Lo conoces desde hace mucho?»
«Algo. Trabajamos juntos desde hace años”
«¿Y por eso le cuentas cuentos a mi hija para dormir?»
Sacudo la cabeza.
«¿Cómo sabes eso?»
«Ella me lo dijo», afirma, dejándome sorprendida.
No sabía que Brooklyn hablara con él de algo tan personal, ni que hubiera mencionado a Will en sus relatos.
«Iré a despertarla. Cuando se despierte, échalo de nuestra casa”
Antes de poder decirle algo más, Adam camina hacia las escaleras y es imposible para mí pasar por alto su expresión.
Claramente está desilusionado, pero no entiendo todavía por qué, si porque Will intentó golpearlo o por lo que Will significa para mi hija.
Lo observo hasta que desaparece en el piso principal.
Siento un poco más de tranquilidad al saber que estoy a solas con Will porque de esa manera no tendría que cuidar mis palabras ni preocuparme por lo que él diga cuando se despierte.
Voy a la cocina por un vaso con agua y un antinflamatorio para cuando despierte, porque los va a necesitar, con suma urgencia.
Me quedo a su lado, no sé por cuántos minutos, hasta que finalmente comienza a parpadear y a quejarse.
Su cara ha comenzado a inflamarse, se nota que el golpe se lo dio en la mandíbula y se formará un gran cardenal ahí dentro de poco.
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