Esposo arrepentido
Capítulo 37

Capítulo 37:

“Intentar tener una relación con tu hija y con suerte, mejorar la relación de padres en conjunto. Eso lo hará todo más fácil cuando el mes acabe, pero por el momento, eso. Intentar, nada más”.

“Gracias”, digo, despidiéndolo.

El abogado de Ava se queda más tiempo hablando con ella.

Se nota que no está para nada feliz y hasta escucho, al pasar por su lado, algo de querer apelar la sentencia, pero es algo que simplemente no se puede hacer porque es una mediación y la juez ya dio sus dos opciones válidas.

Camino hasta mi padre, quien niega con su cabeza, observándome.

“¿Cómo puede ser que sigan casados? Creí que habías firmado los papeles”.

“Y lo hice”, afirmo.

“Ahora lo importante es hacer lo mejor para Brooklyn”

Rueda los ojos.

“Sí, mi nieta, la única que tengo y que todavía no conozco”.

“Y pasarás un mes más de esa forma”.

Frunce el ceño, observándome confundido.

“¿De verdad piensas que voy a mantenerme lejos? ¡Esa también es mi familia!”

Suelto un suspiro.

“Mira, papá… entiendo que quieras conocerla, formar parte de su vida y demás, pero si estropeas esto para mí, ninguno de los dos tendrá la oportunidad de tener una vida con Brooklyn en ella ¿Entiendes eso?”

Bufa, molesto.

“Podría ir a verlos a escondidas. La juez no tiene por qué saberlo todo”

Niego con mi cabeza.

“Yo lo sabré, Ava también y no quiero que nada lo estropee. Quiero a Brooklyn, quiero ser su padre, conocerla y crear un vínculo. Si tengo que vivir con su madre por un mes completo, lo haré sin dudarlo y tú vas a acatar las órdenes también, porque necesito esto”

Suelta un suspiro.

“De acuerdo, pero prométeme que al menos le vas a hablar de mí”

“Papá, primero tiene que saber de mí antes, pero en cuanto sienta que es el momento adecuado, lo haré, le hablaré de ti”

Palmea mi hombro, demasiado decaído.

“Serán unas cuatro semanas muy largas, hijo. Prepárate, porque no parece que te lo vaya a poner fácil”, cuando apunta con su mentón hacia mi espalda, sé que se trata de Ava quien viene.

Puedo sentirla, es como si tuviésemos una conexión nuestros cuerpos, como si sintiésemos tanto que creamos una especie de electricidad y sentimientos extraños, que al menos yo siento cada vez que se me acerca.

Carraspea, captando mi atención, así que volteo, observándola.

No parece para nada feliz, incluso sus padres detrás, quienes parecen estar esperando el momento para propinarme una golpiza, como si acabase de cometer un crimen en vez de defender el puesto que me corresponde.

“Necesito la dirección de la casa”, dice con sequedad.

“No la necesitas, sabes dónde queda”

Rueda los ojos.

“No estoy para tus ironías ni bromas, Adam. Dime dónde carajos tengo que ir”

Suelto un suspiro.

Por alguna razón, recuerdo el tema del divorcio que jamás sucedió y cómo no se ha pronunciado por ello.

Ava oculta algo, lo sé y ella también.

Ha creado una pared para detenerme, pero veo que eso trastabilla cuando me acerco lo suficiente como para quedar a centímetros de su piel.

La conexión se vuelve más fuerte, más ensordecedora en medio de tanto silencio, y su piel me llama a lamer, besar y morder lo que tanto he deseado todos estos años, sin embargo mi enfoque es su oído.

“Vivimos cinco años allí. Sabes dónde es”, susurro, sonriendo cuando siento el temblor que le provoca mi voz.

Me alejo, con su mirada puesta en mí y un silencio sepulcral de su parte.

“Te veo en casa, esposita”

Todo de mí está demostrando el poder que sigue teniendo ese hombre sobre mi cuerpo, mi mente y mi…

¡Carajo!

Adam se aleja, guiñándome un ojo.

La confianza que denotan sus actitudes y sus pasos no son más que una señal de que él esperaba esta resolución o al menos de que está conforme con lo que nos obligan a hacer.

Él está feliz porque está ganando, demostrando que yo sola no soy suficiente para criar a nuestra hija.

Ahora incluso hay reglas de por medio y no solo eso, sino que tengo que regresar al lugar donde todo comenzó, el cual me desesperé tanto por olvidar.

El nerviosismo que siento no se compara en nada al que sentiré estando en la puerta de esa casa de nuevo en poco tiempo, porque tengo que estar allí hoy, sí o sí.

Observo cómo se aleja, con su padre detrás, como todo un hombre ganador.

¡Maldito hijo de p%ta!

“Tenemos que apelar la sentencia, hija, esto no puede ser”, menciona mi madre, completamente sacada.

“No permitiré que te vayas, mi Brooklyn, a vivir con ese hombre solo Dios sabe dónde”

Inhalo profundo, enfrentándome a ella.

“Estaremos en la casa en que vivíamos antes”, susurro.

Horrorizada, mi madre pega el grito en el cielo.

“¡Mucho menos entonces! ¿Cómo demonios planea llevarte donde todo ocurrió? Es que ese hombre es increíble. Demuestra una y otra vez que le importas una m!erda y solo hace esto por quitarte a Brooklyn”

Niego con mi cabeza.

Estoy por contradecirla, pero es mi padre quien interviene.

“Por favor, ya oímos al chico decir que no tiene intención de quitarle a la niña, solo quiere sus derechos»

“¿Olvidas la parte en la que quería quedarse con ella por tres años para compensar lo que perdió?»

Papá se encoge de hombros.

“Está herido, cariño. Y lo siento, hija, pero lo entiendo. De haberme sucedido a mí, creo que incluso habría actuado peor. Esto está bien, podrán sanar juntos y decidir qué es lo que quieren hacer en realidad”

“¿Es en serio, Harold? ¡Ese hombre casi asesina a nuestra hija!»

“Y casi muere por salvarla”, contraataca.

“Si vamos a ver el lado niño, también veamos el claro ¿De acuerdo? Y como dijo la juez, nosotros no podemos intervenir”

Ofuscada, mi madre niega con su cabeza.

“Sé lo que escuché y nadie va a mantenerme lejos de mi nieta. No ahora que apenas la conozco”

“Pues lo siento, mamá, pero sí lo harás”

“¡Ava!»

.

.

.

Consejo: Puedes usar las teclas de flecha izquierda y derecha del teclado para navegar entre capítulos.Toca el centro de la pantalla para mostrar las opciones de lectura.

Si encuentras algún error (contenido no estándar, redirecciones de anuncios, enlaces rotos, etc.), por favor avísanos para que podamos solucionarlo lo antes posible.

Reportar