Esposo arrepentido -
Capítulo 20
Capítulo 20:
¿Cómo puede afectarme todavía?
Me afecta, porque mis sentimientos son los mismos sin importar cuánto pase.
Me mentí a mí mismo al decir que quería olvidarla, porque…
¿Cómo podría olvidarla después de todo lo que pasamos juntos?
Ava forma parte de gran parte de mis recuerdos, de mi vida pasada, de mis logros, de mis traumas.
En todos esos episodios importantes, ella tiene un rol principal.
No sé de qué quiere hablar.
En otro momento habría salido corriendo a buscarla para saber por qué tiene tanto interés en mí, pero ahora las cosas son diferentes.
Ni siquiera estoy seguro de querer saber qué demonios sucede con ella, porque para mí, nosotros no tenemos nada de qué hablar.
Camino por el sendero durante más de cinco minutos.
Como dije, el lugar es tan grande que comprende más de cuatro hectáreas en total, no sé bien cuánto de eso es jardín, pero sigo caminando, creyendo estar solo, cuando escucho el llanto de una niña a lo lejos.
Con el ceño fruncido, sigo el sonido.
Rodeándonos, tenemos pequeños arbustos que cumplen la función de laberinto y que miden más de un metro, por eso se me dificulta un poco hallar la procedencia del sonido, hasta que veo una cabellera rubia.
“¿Niña?”
Lentamente levanta la mirada, y el golpe emocional que recibo es tan grande, que me deja sin aliento.
Con un rostro angelical, la luz que alumbra el camino deja ver sus ojos azules intensos.
Los mechones rubios caen junto a su rostro y llego a preguntarme si es real al ver que se pone de pie, dejando ver su hermoso vestido platinado.
“¿Estás perdida? ¿Estabas en la fiesta?”, me atrevo a preguntar.
Ella asiente, limpiando su carita.
Es tan pequeña que me pregunto si es capaz de hablar porque desconozco su edad, así que cuando abre la boca, la dulzura de su voz me deja completamente perdido.
“¿Con quién viniste?”
“Con mi mami”, dice, hipando.
“¿No sabes cómo regresar?”
Niega con su cabeza.
“¿Cómo llegaste hasta aquí?”
Me mira, haciendo un puchero.
“Estábamos jugando a las escondidillas y dijeron que me escondiera aquí. Corrí mucho y me perdí. Quiero a mi mami”.
Antes de que comience a llorar, la calmo, asegurándole que conozco el camino de regreso.
Ambos comenzamos a caminar hasta el evento de nuevo, y noto que en el proceso, ella levanta mucho la mirada para verme.
“¿Qué pasa?”
“Tienes lindos ojos”, dice, haciéndome sonreír.
“Mami siempre dice que es lindo hacer cumplidos”.
“Sí, son lindos. Tú también tienes lindos ojos”.
Sonríe abiertamente, deslumbrándome como si se tratase del mismo sol hecho persona.
¿Es acaso eso posible?
“Tu cabello también es bonito”.
“Mi mami dice que parecen rayos de sol”.
Me río.
“Justo pensaba lo mismo. ¿Cómo te llamas, pequeña?”
“Bookyn”
Sacude la cabeza.
“Brooklyn”.
“¿Brooklyn? Ese es un nombre original”.
“No lo es, existen otras personas con este nombre. ¿Cuál es el tuyo?”
La habilidad que tiene para hablar me deja sorprendido porque yo pensaba que ni siquiera podía hacerlo.
Demuestra que conoce las palabras, sus significados y los emplea bien.
Incluso con frases demasiado formadas.
“Me llamo Adam. Adam Byrne”
“Tengo un compañero que se llama Adam”, dice, encogiéndose de hombros.
La ligereza que tiene, me tranquiliza demasiado.
“¿¡Cuántos años tienes, Brooklyn?”
“Tres. ¿Cuántos tienes tú?”
“Muchos. ¿Cómo es que hablas tan bien con solo tres años?”
Clava sus ojos azules en los míos.
“Mi mami me enseña en casa. Ella es increíble”.
“No dudo que lo sea. De seguro te está buscando ahora”.
Asiente.
“Sí, creo que sí. ¡Estamos llegando!”
Me río, asintiendo mientras nos acercamos a la puerta trasera del evento que da hacia el patio.
“Entremos, te ayudaré a buscar”.
Abro la puerta para que pase y de inmediato la tomo de la mano para evitar que se pierda de nuevo.
No sé dónde acabaría de no ser porque la encontré y me sentiré mejor si la dejo con su madre.
“Cuando veas a tu mami me lo dices ¿De acuerdo?”
Ella asiente.
Caminamos entre los invitados.
Es tan pequeña que tiene que ir con la mirada hacia arriba en todo momento que pasamos las personas, pero entonces, de un momento a otro, se suelta de mi mano.
Alarmado pienso que alguien me la quitó, cuando noto que está corriendo hacia la entrada del evento.
Corriendo hacia… Ava.
Sacudo la cabeza, quizás estoy viendo mal, pienso, pero entonces Ava la toma en brazos, acercándola a su pecho, saliendo a toda prisa del evento junto a sus padres.
…
El golpe que siento en mi interior es tan fuerte que incluso siento una conexión extraña con la pequeña y… tengo que ir con ellos.
En la fiesta todos están ajenos a la situación.
Nadie sabe que yo estoy sufriendo una especie de colapso y ni siquiera yo entiendo por qué.
Ver a Ava sosteniendo a esa niña me está dejando sensaciones extrañas, por eso rebusco en mis bolsillos, algo desesperado, las llaves de mi coche.
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