Esposo arrepentido
Capítulo 104

Capítulo 104:

“Hemos pasado por tantas cosas, Adam, que a este punto solo tengo tres cosas para pedirte”, susurra, entrelazando nuestros dedos.

“De ahora en adelante, si debes robar, roba el reloj del tiempo para que deje de pasar. Si debes fingir, finge conmigo que hemos sido felices desde el principio. Y si debes engañar, por favor, engaña a la muerte, porque no puedo imaginar un día en el que no existas en esta Tierra, Adam Byrne”.

“Te amo y te escojo, hoy y siempre”.

Su labio inferior tiembla por todas las emociones encontradas y la verdad es que poco me importa lo que diga el juez ahora mismo.

Me lanzo contra la boca de mi esposa, robándole nuestro primer beso oficial como pareja recién casada, por segunda vez.

Los vitores comienzan, nuestra hija grita de emoción y el juez no tiene más alternativa que acabar la ceremonia.

“Espero que tengan una vida larga y feliz, Familia Byrne”

Sonrío sobre la boca de mi mujer, abrazándola por la cintura.

Es tanta la emoción que tengo encima que no quiero que nadie nos moleste, pero Brooklyn es la primera en abrazarse a nuestras piernas, obligándome a retroceder para poder tomarla en brazos.

El abrazo que nos damos los tres, los cinco en realidad, me hace tan feliz que comienzo a preocuparme.

¿Será posible que alguien muera de tanta alegría?

Porque siento que estoy a punto de tener un ataque cardíaco.

Beso el rostro de mi bebé y el de mi esposa tantas veces que tienen que alejarme para darle permiso a nuestros familiares a que nos saluden.

El primero en llegar a mí, es mi padre, quien me sorprende al tener los ojos cristalinos.

Acepto su abrazo, lleno de confusión porque jamás lo he visto de esta forma tan sentimental. Entonces se aleja, tomándome de los hombros.

“Lo siento, hijo”.

“¿Qué?”, pregunto confundido.

“¿Por qué?”

“Lamento no haber comprendido tu dolor cuando no la tenías y lamento no haberte apoyado cuando la recuperaste, pero me alegro tanto por ti por no haberme escuchado, porque ahora tienes algo que yo nunca pude darte”.

“¿Qué cosa?”

“Una mujer extraordinaria y un matrimonio repleto de amor”, afirma.

“Qué orgulloso estoy de ti, hijo”

Sonrío abiertamente, aceptando su segundo abrazo para darle lugar a que vaya a hablar con Ava.

Como dije antes, papá y sus cambios fueron tan notorios desde que mi esposa lo enfrentó, que esta fue la segunda sorpresa de la mañana.

Entonces viene la madre de Ava a abrazarme.

No dura mucho, no se siente especial, pero al menos es cordial y espero que en el futuro sea al menos con cariño.

“Gracias, Adam”.

“¿Por qué?”

“Por hacerla tan feliz… ahora”

Aclara, lo que me lleva a rodar los ojos.

“No, en serio. Gracias. Quizás pude escoger un mejor esposo para mi hija, pero es claro que te ama y… estoy feliz de que ame a un buen hombre, un buen padre y un buen esposo. Bienvenido a la familia, Adam, de nuevo”.

Me hace reír, al igual que su esposo quien bromea con que el año siguiente tendremos que hacer lo mismo y apoyo su comentario.

Me fascinaría renovar los votos cada año, creo que será una tradición bastante bella para tener incluso cuando los mellizos sean grandes, para que sean testigos del amor que se tienen sus padres y espero, para que seamos un ejemplo de lo que deben aspirar en una relación.

Mi hija deja un beso sobre mi mejilla cuando escucho que Ava carraspea, captando la atención de todos. Extiende la mano hacia mí la cual tomo, acercándome a ella para tomarla de la cintura.

“Gracias por venir y estar presentes en un momento tan importante”, digo a todos.

“Bueno, no sé si tenían algo planeado para después, pero antes quisiera invitarlos a casa a festejar. No solo nuestro matrimonio, sino una sorpresa que tenemos para todos ustedes”.

Ava me mira sonriendo, asintiendo ante la idea que surge.

“¿De qué hablan?”, pregunta papá.

“Ay por favor, no me digan que se mudarán a Londres”, comenta mi suegra, rodando los ojos.

“Espero que no quieran vender la empresa”, dice su esposo, a lo que Ava y yo solo nos reímos.

Niego con mi cabeza y miro a mi esposa, dejando que sea ella quien revele la noticia porque fue algo que hablamos y desde el primer momento acepté que fuera ella la vocera pues sé, que por mi emoción, quizás las palabras jamás lleguen a salir.

“Adam y yo… ¡Vamos a tener mellizos!”

Todos se quedan en shock.

Veo tres rostros completamente paralizados e incluso incoloros, mientras que la única que se mueve es Brooklyn.

Con sus grandes ojos azules cargados de emoción; ella se gira para observarnos a ambos con un pequeño puchero en sus labios.

“¿Voy a tener un hermano?”, pregunta emocionada.

Niego con mi cabeza.

“No, mi amor, vas a tener dos”

Una sonrisa llena de llanto se posa en sus labios.

No sé si entiende el concepto de un hermano, solo sé que se lanza a brazos de su madre a llorar con demasiado sentimiento.

“¡Voy a tener dos hermanos!”, dice entre las lágrimas, despertando a los demás espectadores.

“Espera, espera… ¿Hablas de ahora o en un futuro?”, pregunta su madre.

“¿Estás embarazada?”

Ava asiente sonriendo.

“Doce semanas recién cumplidas”

“¡No puede ser, no puede ser!”

Mi padre grita de emoción, tomándome en sus brazos.

“¡Seré abuelo de nuevo!”

“¡Y por partida doble!”, dice mi suegro, uniéndose a la celebración, mientras mi suegra llora con desconsuelo.

En medio de todo el caos, me detengo solo dos segundos a pensar en que ya no le temo a la incertidumbre del futuro sino que la espero con ansias porque sé que teniendo a mi familia así de unida, somos invencibles.

POV Ava:

“¿Alguien más está emocionado o solo yo?”, pregunta Adam, golpeando el volante con su mano.

Tiene una sonrisa tan, pero tan grande en sus labios que es incluso contagiosa.

Hasta Brooklyn se ríe de solo verlo y eso que está en el asiento trasero, asegurada con su cinturón,

“No, yo también lo estoy”

Afirmo, acariciando mi v!entre de ya cinco meses.

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