Entre dos CEO’s
Capítulo 57

Capítulo 57:

“Todo es más fácil si tengo una buena maestra, me dices las cosas como son y así es más fácil de aprender. También lo hago con mucho amor y entusiasmo. ¡Ustedes son mi mayor y más valioso tesoro!”

Él se baja hasta la altura de la cuna y da un beso a los pequeños, luego lava sus manos y mientras la seca, se dirige hacia la puerta.

“¿Ya te marchas?”

Pregunta Amanda cuando se percata de su intención.

“¡Así es! Voy a mi habitación y tomaré un baño”.

“Estoy algo cansado del viaje ¿Necesitas algo?”

“Solo te quería preguntar dónde me quedaré a dormir”.

“Le había pedido a Tita que te mostrará, pero estaba tan feliz con los niños. Te pido disculpas por ella, está será tu habitación, aquí están las cunas de los niños, así puedes estar cerca. Aparte de que, si durante la noche, siento deseo de venir a verlos pues no tendré que molestarte ya que la cama está una poquita retirada”.

Amanda al escucharlo siente una pequeña punzada en su corazón. Ella tenía la ligera esperanza que la invitara a dormir con él, como esto no sucedió se siente herida, pero queda en silencio y asiente con la cabeza.

En ese momento vuelve y suena el teléfono de Jhon y él se marchó mientras toma la llamada, ella se queda con los niños y los amamanta, luego camina hacia el balcón que tiene la habitación y observa que John continúa al teléfono sentado en un pequeño parquecito que tenía el jardín. Esa actitud no le gustó para nada, pero cómo se sintió que ya estaba un poco pesada durante el día, entró y se metió a la bañera.

“Señor Ferrari tengo que pedirle disculpas, como me había dicho que venía con una Babysitter y no con la señora. No limpié la habitación principal, estoy algo avergonzada y pidió disculpa nuevamente”.

“No es necesario Tita, la señora se quedará en la habitación donde se supone que se quedaría la Babysitter, y yo me quedaré en la habitación que he usado siempre que vengo solo. Puedes estar tranquila, esta habitación no se va a usar”.

Tita quiere hacerle mil preguntas, pero tampoco quiere faltarle el respeto o decir cosas que no le corresponden, así que solo se marcha, y aún él lo niega, limpia aquella habitación. Mientras la limpia, Amanda pasa por el frente y ve que la habitación está abierta, así que asomo la cabeza y se encuentra con Tita.

“¡Hola Tita! Ya voy por la leche caliente de los niños ¿Está lista?”

Amanda entra en aquella habitación y mira a todos lugares.

“Disculpe Señora Castro, he entrado a arreglar esta habitación y se me había escapado. Las teteras están listas y ya mismo se lo llevaba”.

“¿El señor te envío a limpiar la habitación?”

Le pregunta Amanda algo curiosa de encontrarla allí.

“Aunque él me dijo que esta habitación no se iba a utilizar desde antes de llegar. Fue el único lugar que no organicé y ahora que no tengo nada que hacer, acabo de terminar de limpiarla”.

“¡Por favor no le pongas seguro! La puedes dejar abierta, si él se entera yo me haré responsable y si no se entera pues no pasara nada”.

Tita solo asiente y va a la cocina en busca de los biberones de los niños. Se los entrega Amanda y ella se devuelve alimentar a los niños. Cuando entra en la habitación, se encuentra con John observando a los niños y él al verla voltea de inmediato.

“Estaba esperándote con los biberones, deseo alimentar a mis pequeños ¿Me enseñas?”

“Te has pasado toda la tarde al teléfono, ¿Pensé que le dedicaría estos días a tus hijos?”

“He estado hablando con mis abogados sobre un asunto que se presentó a último momento y no quiero que se me escape de las manos. ¡Solo eso!”

Ella nota algo de preocupación en los ojos y la expresión de John, así que decide bajar la guardia.

“¡Bien si es algo importante, entiendo! Toma el biberón te toca con Johnny”.

“¡Gracias por comprender!”

Él responde sin mirarla a los ojos. Toma el biberón como ella le había dicho y procede alimentar a su pequeño, él estaba maravillado con todo el amor que reflejaba en su mirada, le daba paz interna, lo disfrutó hasta que el pequeño terminó el biberón

Luego como Amanda le enseñó a sacarle los gases, él lo puso en posición y terminando el pequeño queda profundamente dormido al igual que la pequeña

“Ellos se portan muy bien no son tan trágicos como su madre”.

Menciona John mira a Amanda

“¡Yo no soy trágica!”

Le responde ella.

“Bueno ahora te pido permiso para terminar de acomodarme ya que los niños no me dejaron hacerlo”

Él solo dice:

“Okay”

Y sale por la puerta. Amanda se queda mirándolo ya que pensaba que seguiría coqueteándole como venía haciéndolo todo el día.

“Señor me retiro a descansar, si necesitan algo pueden ir hasta mi habitación”.

“No vieja linda ¡Descansa! Ya los niños duermen y yo los llevaré a mi cama”.

“¡Buenas noches Señor Ferrari!”

“¡Buenas noches! Mi querida Tita”.

Ella se despide y va a descansar, mientras Jhon sigue rondando en la casa.

Ese día después que Amanda se fue a su viaje, Charo se preparó, arregló su cabello y se puso muy bonita. Como su visita no había concretado la hora, decidió estar lista ante cualquier sorpresa.

*¡Ring Ring Ring!*

“¡Hola!”

Charo muy sonriente toma la llamada, ya que sabe de quién se trata.

“¿Tenemos una cita hoy? Te e extrañado mucho y me siento algo ansioso”

“¡Así es! Nos podremos encontrar. No me traerán a Aarón y solo estoy con mi hijo menor”.

“¡Bien! Pues entonces cambiamos de planes. No voy a ir a tu casa, te voy a recoger y vamos a hacer un día especial solo los tres. ¿Qué dices?”

“¡Me parece genial!”

Charo tenía su rostro sonrojado. Habían pasado muchos años antes de experimentar de nuevo, sentimientos hacia una persona. Ella estaba muy feliz pero a la vez nerviosa. Fue en busca de Gabriel para decirle de su salida y así se prepare.

“En unas hora vendrán por nosotros, debes de estar listo”

“¿Y qué sucede si no quiero ir madre? Prefiero quedarme en casa jugando con mis videos juegos. Al final a ti es quien esperan, ¡Disfruta de tu cita!”

“Nos espera a ambos, ya que él decidió una cita en familia. Así que debes animarte y acompañarme”.

“Deseo quedarme madre. Ya es tiempo que vaya confiando en mí, porque al igual que tu hija Amanda, yo deseo ayudarte y verte feliz”.

“Solo no te quedarás, hablaré con Sol para que esté pendiente”.

Ella no logró convencer a su hijo y cuando mira el reloj, terminó de arreglarse y por primera vez confío en la integridad y la palabra de su hijo menor. Lo dejó solo a su habitación más la supervisión de la señora del aseo y se fue a pasar su tarde con Abraham.

“¿Por qué no ha venido con contigo Gabriel? ¿Qué sucede?”, pregunta Abraham una vez que nota su ausencia.

“Decidió quedarse, dijo estar cansado y me dio un espacio para esta cita”.

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