Entre dos CEO’s
Capítulo 48

Capítulo 48:

Jhon cierra la puerta y toma asiento frente al escritorio de Yuli.

“¡No me dejes por favor!”

Ella ve el rostro de John y esto llama su atención.

“Estoy algo incómoda aquí, así que prefiero irme, me siento intimada por sus miradas y los gestos que tiene hacia mi persona, deseo agradecerle por el tiempo y el trato”.

Él rasca su cabeza, frota su rostro y aprieta los ojos. Cada mirada es conteniendo el deseo de preguntarte por ella, ¿Cómo está, donde está?

Yuli encontró tanto dolor en su rostro y tanta sinceridad, que hasta la rabia que sentía por él en este momento disminuyó.

“A veces nuestro orgullo y el deseo de mantenernos errados, nos aleja de lo que verdaderamente amamos. Señor Ferrari mi amiga está bien, ha tenido que atravesar mucho dolor pero lo ha resistido”.

“Es lo que quiero saber, si está bien, yo estoy confundido, pero todavía ni siquiera puedo mencionarlo. Para mí también esto ha sido muy duro, no me dejes ¡Por favor! no te vayas”

Él toma las manos de Yuli

“Te prometo que cuando pueda resolver este desorden que tengo en mi cerebro y en mi corazón voy a tratar de hablar con ella”

Yuli siente un remordimiento enorme, siente injusticia hacia John que se marche por algunos problemas, que están teniendo en este momento dos parejas. Al encontrar tanto dolor, en el rostro de John ella entiende que también estaba pasando su proceso.

“Sabes que puede contar conmigo, si hubiese hablado antes, no presentó mi renuncia, pensé que también estaba enojado conmigo. Como acabas de iniciar el tema le voy a referir algo. Mi amiga lo único que ha hecho malo, fue enamorarse de usted, porque ahora está sola y viviendo entre lágrimas. Espero que para cuando vaya a sanar su corazón y ordenar su cerebro y su mente no se le haya hecho demasiado tarde”.

Ella vuelve y saca las cosas de la caja y John se queda allí, él no se mueve, no pestaña, fue como si entró en shock. Momentos después se paró de esa silla y se fue a su oficina.

Tres meses después por algunas cartas que Jhon encontró en el escritorio de Yuli se enteró de la ubicación de Amanda. Un sábado por la noche tomo su avión privado y viajó hasta Tampa. Él había alquilado un carro y se estaciona en la cercanía de aquella mansión, a la espera de verla.

Pero al parecer, el destino tenía como plan mantenerlo separados, ya que esa noche vio que ella salía conversando con Carlos y en ningún momento vio el pequeño Aarón. Se llenó de rabia y decepción, así que regresó su casa y se fue bastante molesto, al verlos juntos.

Estaba seguro que ese embarazo también le pertenecía a Carlos.

“¿Cómo sigue Ada? Me ha afectado mucho todo lo que me dijiste”.

“He tratado de darle todo el amor y el cariño que ella necesita en este momento. Las doctoras encuentran mejoría y dicen que su evolución es positiva, más yo la veo igual”.

“¿No me vas a contar qué sucedió contigo y con Ferrari? Te fuiste de aquel lugar y viniste a la mansión que te regaló mi padre, todo esto es muy confuso ¿Acaso están separados?”

Amanda le cuenta todo el repertorio de lo que había sucedido. Como están atravesando una situación difícil cada uno por su lado. Se han hecho amigos y uno ha encontrado refugio en el otro.

“Debes darle tiempo, no sea tan radical con él, ha sido cruelmente víctima de una persona que le hizo daño. Él quizás tiene esa fobia o ese miedo. Aunque me dolió al principio, debo admitir que se ven bastante bien juntos”.

“También es injusto que ni siquiera quería hablar conmigo, no me preguntó, prefirió hacer especulaciones para él mismo y creer lo que quisiera, antes de salir y preguntarme. Él no dejó explicarle, eso fue lo que más me molestó Carlos”.

“Si no conociera su historia anterior y lo que tuvo que atravesar, quizás hasta lo culpara, pero es bastante fuerte que una persona a quien tú ama intenta quitarte la vida, solo para poseer tus bienes y lo que con tanto trabajo y esfuerzo has obtenido”.

Amanda ríe.

“Quién diría que estaríamos aquí en un jardín, contando nuestros problemas y poniéndonos de acuerdo para poder estar felices y en paz con nosotros mismos”.

Ellos siguen conversando, pero llega el momento, y Carlos se despide. Él sube a su auto y se marcha con Ada.

Jhon se devuelve bastante molesto, está furioso por haber visto a Carlos en aquella junto a Amanda

“Me han informado que habias salido ya estaba a punto de marcharme”

“Como un estúpido, como un cretino, tomé mi avión y viaje hacia la Ciudad de Tampa ¿Y con qué me encuentro? Con la señorita inocente como todos la pintan. Saliendo de su casa de la mano de Carlos, así ella me va a decir que ese hijo es mío. Allí está, con el papá de su hijo que nació y del que tiene en la barriga”

Dice John bastante exaltado.

“Recuerda que tienen un hijo y deben mantenerse en comunicación”.

“Sí, y cuando uno se marcha a otra ciudad el otro debe seguir sus pasos, ¿Cierto? ¡Qué romántico!”

Expresa en modo de sarcasmo.

John no quiere escuchar nada más. Él se dirige adentro y hace todo lo imposible para ni siquiera mencionarlo.

Después de haberla visto con Carlos, estaba más seguro que nunca, que debía alejarse. No era ni siquiera una opción pensar en una oportunidad con ella, estaba decidido arrancarse el corazón si era necesario con sus propias manos.

Pasaron los meses y aunque buscaba refugio en otras mujeres e incluso intentó iniciar una relación, no le fue posible. La sonrisa y la tranquilidad que hacía Amanda que se mudara a su rostro, había desaparecido y el dolor había vuelto a vivir con él.

“¡Buenos días Señor Ferrari!”

Entra Robert y saluda a su amigo.

“¿Qué tienen de buenos? Esto algo ocupado”.

“Necesito este fin de semana libre y no solo mi puesto, también te pediré el favor de hacer posible que Yuli venga conmigo, claro que ella en todo momento seguirá trabajando mediante su portátil”

“¿Viaje romántico? Eso me parece bien, disfruta mientras dura el amor”

“Vamos a visitar Amanda, Yuli insiste en hacerle una fiesta, ella tiene unos ahorros y también desea ayudarla. Después que Amanda se fue, ha pasado un poco de necesidad, por así decirlo. Como sabes se fue sin nada, ahora está embarazada y tiene un niño pequeño”

“Ella no debe de estar pasando por esa situación, no debería ni siquiera importarme, pero me molesta. Te daré una tarjeta para que se la entregue, con eso se podrá ayudar y avanzar”.

Él encuentra dinero en efectivo, una carta y aquella tarjeta, luego la sella y se la entrega a Robert para que llegue a manos Amanda.

Cuando llegó el momento Yuli de la mano de Robert viajaron y estuvieron junto a Amanda en un día especial, ella estaba más que feliz y agradecida con la ayuda. Después de la fiesta se quedaron con ella y la llevaron a pasear, estaban encantados con el lugar, solo duraron hasta el domingo a la tarde cuando se despedían para regresar.

“No puedo durar mucho tiempo para regresar a visitarte, pronto están por nacer mis sobrinos”.

“¡Así es! Cómo pasa el tiempo, ya solo me quedan semanas para conocer los rostros de mis bebés”.

“Te veo un poco más animada, no sabe cuánto me alegra ver avance en ti”.

Ella coloca la mano en su rostro y le transmite calidez.

“Creo que el banco de lagrimas se ha secado, he llorado tanto, que se acabaron por completo al parecer”

Ella con sus palabras siente sus ojos humedecerse en ese momento se acerca Robert.

“¿Cómo esta Jhon?”

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