Entre dos CEO’s -
Capítulo 41
Capítulo 41:
Amanda sale de la empresa a las 4:00 de la tarde y va directamente a un spa a que la arregle y maquillen. Ya que desea verse elegante para su cita de esta noche. El resultado final fue mucho de su agrado ya que se veía sencilla y elegante. Regresó a casa y vistió un conjunto de diseñadores que iba perfecto con su cuerpo luego a las 8:00 p.m llegó en un auto deportivo muy elegante en busca de su novia.
“¡Buenas noches bella dama!”.
Saluda a John mientras busca en toda dirección.
“¡Buenas noches! Aún tengo un poco de nervios”.
“¿Dónde está tu familia, tu madre tu hermano, Aarón? Te había dicho que deseaba que fueras con ellos”.
“Mi madre está atravesando dolores en su cuerpo, la doctora dice que es normal después de su enfermedad. Como puede saber no puedo llevar a Gabriel y dejarla sola y Aarón está durmiendo al lado de mi madre. ¡Será en otra ocasión!”
“¡Bien, entonces será en otra ocasión!”
Él la mira con una sonrisa.
Se dirige a llevarla a su auto, le abre para que su novia suba, y luego se van los dos juntitos compartiendo miradas y llegan hasta el club, donde la familia espera por Amanda.
Ellos llegan tomados de la mano y sus padres se quedan sorprendidos.
“¡Buenas noches Señorita Castro!”
La recibe la Señora Ferrari con una sonrisa.
“¡Buenas noches Señora Castro! Eres más que bienvenida. Una mujer que haga asomar una sonrisa en el rostro de mi hijo es merecedora del mundo”.
Saluda el Señor Ferrari.
Entre presentaciones y demás iniciaron la cena, haciéndole sentir comodidad. Ellos tocaron temas que todavía maneja y al final no eran tan superficiales e engreídos como ella lo habían pintado o cómo lo estaba imaginando. Así que la velada fue muy buena. Solo que su estómago le estaba por traicionar.
“¿Te sientes mal Amanda? Tu rostro ha cambiado y te ves un poco pálida”.
“No se me siento bien, estoy un poco mareada y me duele el estómago. Desde esta mañana que tome el café siento mareo y náuseas”.
“Deben ser los nervios, recuerda que estabas muy nerviosa por esta reunión, por eso tu cuerpo ha reaccionado de esa manera”
“¡Tienes razón! ahora le pido permiso iré al baño a retocarme no me quiero ver tan terrible como dices”.
Se va al baño donde vomita en cuanto entra, su estómago estaba pesado, se sentía incomoda ya que no podía respirar, como pudo se acomodó el sujetador del pantalón y aflojó su prenda de vestir buscando sentir alivio. Cuando regreso para poder terminar de pasar la velada sintió mejoría y logro terminar la cena”.
“¿Dónde iremos a dormir? Lo prometido es deuda”.
Menciona Jhon recordando lo que Amanda le había sugerido en la mañana.
“No me siento nada bien, ¡Lo siento! Pero no te quiero incomodar”
“Está noche yo te cuidaré. Dormiremos juntos y así velare por ti ha… y esto no queda a discusión”.
A la mañana siguiente Amanda sigue con las molestias, fue bastante difícil para ella abandonar la cama y reincorporarse para ir al trabajo, ya tenía náuseas, su boca permanecía llena de salida y su estómago le dolía bastante.
Ella despertó buscando a Jhon, pero él se había marchado.
“¡Buenos días madre! ¿Me has preparado el té?”
Amanda saluda a su madre cuando se encuentran en la cocina
“Sí. Acércate ya te lo he preparado. ¿Estás segura que puedes ir a trabajar en ese estado? ¡Recuerda que eres la jefa, puedes trabajar desde casa!”
“Tengo pendientes, además si me distraigo, pienso que olvidaré todo, y me sentiré mejor. Siento que me cayó mal el pescado que me comí en la última cena con John, esto inició apenas ayer, pienso que más tarde estaré mejor. ¡Gracias por el té!”
“¿Estás segura que no estás embarazada Amanda?”
“No madre, no hay ninguna posibilidad. Jhon no puede dar hijos y él es mi pareja, por eso ni siquiera lo tengo como opción”.
“En ese caso deberías de ir a un médico, una intoxicación podría dañarte los tejidos de tu cuerpo si no actúa con tiempo”.
“Espero mejore un poco, de lo contrario, prometo en la tarde a mi salida, ir con el doctor. Igual le tocaba pediatría a Gabriel ahora que acaba de cumplir un año”.
Amanda se despide y va a la empresa. Para el almuerzo ya se sentía bien y no tenía los malestares tan fuertes.
Estuvo envuelta trabajando y reunida con su asistente Sofía para iniciar con las riendas de la empresa, en cada reunión aprendía más, hasta que llegó la hora del almuerzo. Después de la comida regresaron las náuseas.
*¡Ring, Ring, Ring!*
“¡Hola mi amor!”
“Estaba ansioso de salir de una junta, para saber cómo seguías. Esta mañana me desperté temprano y me fui sin hacer ruido, para no despertarte”.
“Pues durante la mañana estuve bien, solo que ahora ha regresado el malestar. Hoy le toca cita con el pediatra a Gabriel, voy a aprovechar la ocasión y veré a mi doctor”
“Te voy a dejar el contacto de mi médico personal. Solo debes decir que eres mi prometida y él te va a evaluar, a veces los mariscos son muy dañinos para la salud, debes cuidarte, te necesito sana”
“¡Gracias por preocuparte amor, estaré bien! Un beso”.
Los días pasaron Amanda llevó a Gabriel con el pediatra, más no se evalúo ella, ya que había mejorado su salud y no sentía las náuseas, su cuerpo había regresado a su rutina diaria. Cosa que la tenía muy feliz. Los siguientes 15 días ya había aprendido bastante sobre el papel que desempeña en su empresa, se sentía preparada y lista. Así que inició proyectando una idea que le surgió, y estaba saliendo de una junta donde se la presentó a los inversionistas y socios de la industria textil.
“¡Querida amiga!”
La saluda Yuli dándole la sorpresa, ya que ella no se esperaba encontrar a su amiga en ese día.
“¡Sí que sabes sorprender a tu amiga! Es que no te esperaba ¿Cómo estás?”
Ella hace rostros extraños mientras observa a su amiga.
Amanda ancla una ceja y también la mira extraño, ya que se siente intimidada por la mirada recibida.
“Yo estoy bien, ¿Pero tú estás enferma?”
Pregunta ella, mientras aún sigue observando.
“No estás equivocada, he estado sufriendo un poco del estómago pero no es una enfermedad ya que ahora estoy bien”.
“¿Qué te dijeron?, ¿Qué tu estómago se iba a inflamar y que en 9 meses iba a nacer un nuevo integrante de la Familia Ferrari?”
“¡Shhhh! ¿Qué dices Yuli? Sabes muy bien que Jhon no puede tener hijos. Así que yo no puedo estar embarazada. ¿Qué te sucede? No puedes estar gritando esto en los pasillos”.
Amanda la toma por un brazo y la lleva a su oficina para hablar en privacidad.
“¡Perdón amiga! pero sabes que no suelo equivocarme en estas cosas, tu cadera está hinchada, tu rostro pálido, y tienes sobrepeso. Todo indica un embarazo, ´todo amiga`”
“Lo admito, he estado comiendo demás. En consecuencia de John, cada día me lleva a un lugar distinto a cenar o me lleva a uno de sus restaurantes a probar el menú. Me trae desayuno a la empresa, cena a la casa. Simplemente estoy bien atendida no digas cosas estúpidas. No puedo estar embarazada, ´Jhon no puede dar hijos`”
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