Entre dos CEO’s
Capítulo 23

Capítulo 23:

“¿Sientes dudas? Pensé que de verdad se siente feliz en su compañía”.

“Solo no me quiero arriesgar. Ese hombre visita su casa dos veces por semana, no quiero correr riesgo a equivocarme y caer en una red de mentiras”.

“¿Por qué la duda Señor Ferrari?”

“Esa mujer rechazo, regalos costosos y un cheque en blanco Robert. Me dijo que lo único que necesita para ser realmente feliz es alguien que la ame y la respete”.

Robert queda impresionado al escuchar las palabras de Jhon.

“Le había dicho que todas no son iguales”.

“No me entiendes Robert. Necesito saber si puedo confiar en ella”.

“Siga el instinto de su corazón señor, arriesgarnos a ser felices no nos resta alegría y es la fuente de una vida más caudalosa”.

Jhon frota su rostro con su mano. Aunque no le dice todo a su amigo hace tiempo había perdido ante los encantos de Amanda. Se había acostumbrado a su compañía y robar sus labios. Su cuerpo se había vuelto el trago de elixir más placentero que había probado antes.

“Mañana quiero prepararle una sorpresa, te daré las indicaciones y necesito todo listo a primera hora”.

“¿Está seguro que estará bien?”

“¿Recuerda esos anillos que te envié a elaborar aquella vez cuando la admiraba en la lejanía?”

“Aún llevan la fecha y sus nombres grabados”.

“Está noche lo recibió. Hizo que yo mismo se lo colocará en su dedo”.

“Es bueno hablar con sinceridad y dedicarse a ser feliz junto a la persona que realmente te interesa”.

“Todo a su tiempo Robert. Necesito que prepares todo para mañana, porque la tarde de domingo será un regalo que estoy seguro la disfrutará”.

“Si no necesitará otra cosa, me retiro para iniciar con todo y tenerlo listo para el medio día”.

“Creo que seguiré tu consejo y le diré todo sobre mi, cómo lo ha hecho ella conmigo hasta ahora”.

Amanda va en el auto observando su anillo. Aunque Jhon se describe como un hombre fuerte y sin corazón, en todo momento que comparten junto le demuestra lo contrario, ella comienza a disfrutar de su compañía. Llega a su casa y encuentra la sorpresa que Carlos estaba estacionado en la cercanía. Al parecer la estaba esperando.

“Paúl, necesito que me lleves a la farmacia de la esquina”.

Ella no quería que se diera cuenta que Carlos la espera, ya que no sabía con que locura puede salir. Teme que Jhon confunda las cosas

“La espero y la llevaré a casa”.

“No es necesario, te puedes marchar, yo camino a casa, cómo puedes notar desde aquí la podemos ver hasta la puerta principal”.

Ella le insiste hasta que él se marcha y después de comprar algunas cosas decide caminar hasta su casa ya sabiendo que Carlos saldrá a su encuentro. Ella se acerca solo un poco caminando y pronto escucha las bocinas de un auto del cual baja rápido Carlos aplaudiendo.

“¡Muy bien señora Amanda, perfecto! Yo de niñero y usted sabrá dónde y con quién”.

“Si es tan molesto para ti cuidar de Aarón, simplemente no vengas a buscarlo. Mi hijo en casa tiene amor y cuidados”.

“El problema aquí no es Aarón”.

“¡Pues deberías, ya que es lo único en común que tenemos!”

“Me dirás que mientras te esperaba hace bastante rato tú vienes de acostarte con otro”

“No me estaba revolcando con nadie y sal de mi camino no quiero malos entendidos”.

“¿Ahí otro persona en tu vida?”

“No entiendo que quieres”.

“Quiero saber si ya anda revolcándose con otro la señora”

“No es tu problema Carlos. Lo único que tenemos en común es Aarón y creo haberte dejado bastante claro que no quiero escándalo”.

“Amanda al igual que Aarón tú me perteneces. Si no te he vuelto a buscar y revivir los momentos que vivimos ha sido por el retroceso de la empresa y la salud de Ada”.

“Eres un maldito… ¿Qué pensaste, que soy tu juguete? ´Yo no te pertenezco Señor Andrew` Y sí… Estoy conociendo a una persona que me ha mostrado como se trata a una mujer, incluso en la cama”.

Él se acerca y la sostiene fuerte por el brazo.

“Esto debe ser una mentira. Yo tengo días tratando de decirte que deseo otro hijo de ambos, que no olvido aquella tarde en tu cama. Así que debes dejar a quien sea con quién te estás acostando ´Tú me perteneces`”

“Si no me sueltas en este instante, comenzaré a gritar y mañana todos se van a enterar de lo que sucede aquí por las r%des s%ciales”

“No imaginas cómo me haces sentir con tus palabras, es como recibir puñaladas”

“No me importa lo que sientes, sal de mi camino Carlos”.

“Me voy a divorciar de Ada. Quiero que nuestro hijo crezca con sus padres como es la costumbre en mi familia”.

“Que patético, ¿Piensas que soy aquella idiota con quién hablaste hace dos años? No me importan tus planes, ni lo que deseas hacer con tu esposa. Solo no me molestes. Está noche incluso estás rompiendo la cláusula que firmaste al iniciar a trabajar contigo”.

“Amanda no te quiero perder, estás más hermosa que nunca. Quizás no entiendes lo que estoy sintiendo, pero es real, ven siente mi corazón. Te extraño mucho. ¿A caso tú no me extrañas?”

“¡Buenas noches Carlos Andrew!”

“Primero respóndeme”

“No, no, no… Suéltame y no vuelvas a buscarme nunca”.

Él hace todo lo contrario mientras la somete a la pared acercando sus narices.

“¿Por qué tus ojos gritan lo contrario? Sé que sientes lo mismo y deseas lo mismo”.

Ella traga saliva perdiendo el control ante aquella cercanía.

“Yo…No…”

“Sube en mi auto, vamos a revivir viejos momentos”.

Amanda cierra los ojos y ve la sonrisa de Jhon, luego ve su dedo y recuerda como se trata a una mujer.

“Tienes dos minutos para salir de aquí o termina nuestro acuerdo”.

“Bien, no te quiero obligar a nada, quiero que fluya de ti, así ambos lo vamos a disfrutar”.

Antes de soltarla intenta besar sus labios pero ella retira el rostro y él solo entrecierra sus ojos mientras le deja un beso en la mejilla.

“¡Buenas noches!”

Se acerca a su oído y susurra. Luego la libera y se queda pendiente a ella hasta que entra a la casa y cierra la puerta después de haber entrado.

Amanda busca a su madre con la mirada pensando que ella la estaba observando, pero Charo duerme tranquila en su habitación junto a Junior. Ella sube las escaleras y toma un baño, pensando en lo que acaba de suceder. Esta sorprendida de la fortaleza que le nació para despreciar a Carlos, cuando ella esperaba ese momento cada día durante dos largos años.

*¡Ring, Ring, Ring!*

Ella sale del baño para tomar la llamada.

“¡Hola!”

“¿Llegaste bien a casa? ¿Te sientes mejor? Paúl me ha dicho que te dejó en la farmacia”.

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