Enamorado de mi ex esposa -
Capítulo 1664
Capítulo 1664:
No le importaría si no lo hacían y quizá los dejaría ir. Sin embargo, si trataban a Tamara mejor que a ella, los castigaría. ¿Cómo podían traicionarla así?
En resumen, esa era la forma en la que se sentía.
De manera inesperada, el espía que vigilaba a Tadeo y su esposa descubrió que Amber, no Tamara, era su hija biológica.
Tenía una buena razón para estar furiosa.
Amber era, después de todo, la persona a quien más odiaba en el mundo; además, no podía aceptar que su enemiga jurada fuera la hija biológica de sus padres.
“Olvídalo, no podemos usarlo ahora que Amber sabe su identidad. Utilicemos a Tania entonces”.
Connor miró la puerta frente a él de manera astuta y despiadada.
Cuando Javier lo escuchó, le brillaron los ojos.
“¿Qué quiere decir con eso, Señor Salavera?”.
“Yo soy quien ayudó a Tania. ¿Cómo se atreve a destrozar mis pertenencias? ¿En verdad piensa que se librará sin pagar?”.
Connor desdeñó y continuó: “No lo creo. Nada es gratis en este mundo. Es su turno de apoyarme y ayudarme. ¿No odia a Amber y los García demasiado? Dile que vigile a los García e inventa rumores de que ahora su familia es perfecta. Una vez que la provoquemos, hará algo. Quizá aprovechará la oportunidad para atacar a Jared”.
Con los ojos entornados, habló como si planeara algo.
“Tiene razón”.
A Javier se le iluminaron los ojos.
“Lo haré de inmediato”.
“Sí, hazlo”.
Javier se giró para irse mientras Connor observaba la puerta.
Mas tarde ese día, cuando Amber despertó de su siesta, María entró a la habitación con expresión triste.
“¿Qué sucede, María?”, preguntó Amber.
“Señorita Amber, hay alguien aquí”.
No estaba segura de cómo referirse a esa persona.
“¿Quién?”, preguntó Amber moviendo la cabeza, dudosa.
“Mmm… ¡La esposa de Tadeo!”, respondió María después de dudar un momento ya que pensaba que era la manera más apropiada de referirse a Julia.
Llamarla la madre de Amber le parecía poco apropiado ya que Amber no aceptaba que eran sus padres todavía. Al escuchar que Julia la fue a visitar, Amber se quedó paralizada. Tenía sentimientos contradictorios mientras bajó la cabeza.
“¿P-por qué está aquí?”.
“Dijo que quiere verla e incluso le trajo un caldo”, respondió María con sinceridad.
“¿Quiere verla?”.
Mientras tanto, Jared no estaba allí porque tuyo que ir al trabajo, así que cuando María lo llamó para contarle dijo que, si Amber estaba dispuesta a recibir a Julia, que ella debía vigilarla.
Por ende, fue a la habitación para consultarle a Amber, sino echaría a Julia sin más. Por otro lado, Amber no sabía que responderle a María.
No podía rechazarla ya que la había tratado muy bien el día anterior. Por el contrario, no se atrevía a expresar su deseo de verla; sabía que, si le permitía visitarla, su tolerancia hacia ellos crecería y, en consecuencia, no sabría qué hacer.
Al ver que Amber bajaba la cabeza y pensaba, María suspiró y le sugirió:
“¿Qué le parece esto, Señorita Amber? No la recibamos hoy”.
“¿No recibirla?”.
Amber se sorprendió por la sugerencia de María.
“Sí”.
Asintió.
“Cuando los visitó, la trataron con amabilidad, razón por la cual se siente confundida ahora y no sabe qué hacer. En ese caso, sugiero que se tranquilice y que no los vea. Dese tiempo para pensar sobre cómo quiere que avance la relación”.
Amber se mordió el labio al escuchar eso.
Después de un momento, accedió.
‘El odio por Tadeo y Julia parece estar desapareciendo después de una reunión; sin embargo, no es como debo proceder. Estaría traicionando a los Reyes si mi odio por los García desaparece así. Por eso, debo atrasar la reunión con los García ahora’.
“Lamento molestarte, María”.
La miró a modo de disculpas.
“No hay problema. Descanse, Señorita Amber. Yo le diré”.
Le aseguró María.
“Seguro”. Murmuró.
Entonces, María se fue. Mientras, Julia caminaba de un lado a otro en el pasillo de hospital con un termo en la mano. Estaba muy ansiosa ya que había ido a ver a su hija, pero ella la resentía. ¿Cómo saber si Amber accedería a verla?
Mientras caminaba, no podía evitar mirar el ascensor. Aun así, no veía que la puerta de este se abriera. Eso la hizo sentir decepcionada y desanimada. Mientras se preguntaba si su hija accedería a verla, suspiró.
En el próximo momento, escuchó el ruido del ascensor, por la que levantó la cabeza y vio a María saliendo de este.
Ya que Julia no la reconocía, desvió la mirada con decepción.
‘No es Amber’.
Pensó que su hija había decidido no verla ese día. Entonces, sonrió con amargura.
Después miró la figura frente a ella y resultó ser la mujer anciana que había visto antes.
“Hola, Señora García”.
La saludó María mientras se acercaba.
Mirándola con confusión, Julia le preguntó: “¿Quién es usted?”.
“Soy la cuidadora de la Señorita Amber”, respondió María.
Al principio, Julia no entendió a quien se refería cuando dijo “joven ama”, pero después recordó que Jared era el joven amo de la familia, por lo que pensó que las empleadas de la Residencia Farrell debían llamarlo de esa manera.
Como Amber estaba casada con él, la mujer se refería a ella con ese nombre. Después de darse cuenta de que María era la cuidadora de Amber, Julia se emocionó.
“Hola. ¿Amb la envió a verme?”, preguntó, nerviosa y con la mirada reflejando ansiedad.
También era la primera vez que María veía a Julia. Había escuchado de Jared y otras personas que adoraba a su hija; sin embargo, no podía entenderlo ya que nunca la había visto. Después de verla con sus propios ojos, se dio cuenta de que todos decían la verdad.
La mujer frente a ella apreciaba a su hija.
Su mirada reflejaba adoración por Amber.
En realidad, era desafortunado, ya que podría haber crecido feliz con Tadeo y Julia en lugar de vivir con los Reyes si no hubiera sido por el pleito entre las familias.
‘Al final, Enrique se volvió a casar y escuché que Amber fue maltratada por la madrastra y su hija’.
Con eso en mente, suspiró.
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