Enamorado de mi ex esposa
Capítulo 1646

Capítulo 1646:

Jared continuó: “Con la compañía de Amber, la esposa de Enrique se recuperó por completo y él también la aceptó y trató como a su propia hija. El nombre fue especialmente elegido después de buscar en muchos diccionarios, ya que representaba belleza, inteligencia y felicidad. Esperaba que creciera y se convirtiera en una hermosa, sabia y alegre mujer. Eso demuestra la esperanza que había puesto en ella”.

“¿Y qué?”.

Tadeo apretó los dientes.

“¿Debo agradecerle por eso? No le pedí que secuestrara a mi hija y él ya no está para criarla. Amo a mi hija y ella solo será feliz si vive conmigo. El amor que le daré será mayor al que Enrique pudo darle alguna vez”.

Julia también miró a Jared, furiosa.

“Si, no lo necesitamos para criar a nuestra hija. Él la secuestró y separó de nuestra familia por más de veinte años. No apreciamos lo que hizo; lo odiamos”.

Jared no estaba enojado, pero sonrió con maldad.

“¿Están seguros de que no quieren agradecerle a Enrique? Primero que nada, no olviden que ustedes fueron quienes lo atacaron, haciendo que sus empleados fallecieran y provocando que la Compañía Paradigma estuviera cerca de ir a la quiebra. Enrique solo secuestro a Amber para vengarse de ustedes. No estaba equivocado; de hecho, crio a Amber como su hija y la convirtió en la hermosa mujer que es hoy. ¿Alguna vez pensaron que, si no hubieran atacado a Enrique, no se habría llevado a Amber? Si no la hubiera secuestrado, habría crecido con ustedes. Sin embargo, debido a que consienten en exceso a sus hijas; ¿No se habría convertido en una mujer como Tania?”.

Esas palabras sorprendieron a la pareja. Tenía razón. Si Amber hubiera crecido con ellos, se habría convertido en una mujer igual de mimada que Tania.

Ella era un ejemplo: la amaban porque la trataban como un reemplazo de su hija y un consuelo para su corazón, razón por la que la consentían tanto.

De hecho, eran conscientes de que haber criado a Tania de esa forma era malo y que no eran perfectos, pero ¿Y qué? Tania no era su hija biológica para empezar. La criaron para sentirse bien ellos mismos, así que, aunque resultara mal, no les importada demasiado.

Sin embargo, tan solo la idea de criar así a Amber les parecía inaceptable. Eso demostraba que tenían límites morales y podían diferenciar el bien del mal.

Su matrimonio había alcanzado un punto en el que no podían cambiar su manera de pensar, pero esperaban que su hija fuera feliz y amable, por lo que no podían imaginar cómo habría sido Amber si hubiera crecido a su lado y se hubiera convertido en una Tania.

Al ver la reacción de ambos, Jared desdeñó y dijo: “Parece que se dan cuenta de que no sería bueno que Amber fuera como Tania, así que, ¿No deberían agradecerle a Enrique?”.

Tadeo apretó los puños con fuerza y quiso decir que nunca le agradecería al hombre, pero no pudo. En ese momento, Julia caminó hacia Jared.

“¡Juli!”.

Tadeo vio eso y se apresuró a detenerla.

“¿Qué haces?”.

Ella se giró y lo miró con lágrimas en los ojos.

“Tadeo, sabes que extraño a nuestra hija. Aunque Tamara pretendió ser Rita y regresó a nuestro lado, nunca pude aceptarla ni tratarla como mi propia hija. No sabía que me sucedía; pensé que era una madre indiferente. Era la hija que añoré tanto tiempo y nos separamos por más de veinte años, entonces, ¿Cómo podía no sentir nada por ella? Por eso, esos meses pasados, me estuve culpando a mí misma, pero ahora me doy cuenta de que no era que no amaba a mi hija, sino que no la amaba porque no era ella en verdad. ¿Sabes qué sucedió ahora cuando escuché que Amber es mi hija? Mi corazón se aceleró; estoy tan feliz porque al final sé quién es mi verdadera niña”.

A Tadeo le tembló la boca, pero no pudo pronunciar palabra. Como su esposo, sabía con exactitud cómo se sintió su esposa esos últimos meses.

De hecho, él se había sentido de manera similar. Aunque su reacción no fue tan exagerada como la de su esposa, no pudo acercarse a Rita tampoco ya que sospechaba que algo no andaba bien, pero no podía entender que era hasta que supo que no estaban emparentados.

Sin lazos sanguíneos que los unieran, era inevitable sentir que algo no cuadraba.

“Jared”.

Julia se paró frente a él y lo miró con entusiasmo.

“Dime como está Rita”.

“Su nombre es Amber”. La corrigió.

De inmediato, se entristeció. Después de todo, Rita era el nombre que ella había escogido durante su embarazo, pero en ese momento no podía llamarla de esa forma. Sin embargo, Julia sabía que le debían demasiado y que no tenían el derecho de llamar a Amber por ese nombre.

“Bueno, Amber. ¿Cómo está ahora?”, preguntó, entrelazando las manos.

Tadeo también observó a Jared con firmeza.

Era evidente que quería saber también, Aunque estaban avergonzados de enfrentar a su hija, la amaban de verdad.

Como padres, ¿Cómo no iban a sentirse preocupados y nerviosos cuando escucharon que su hija casi tuvo un ab%rto y murió? Además, la persona que había provocado eso había sido criada por ellos.

Criaron a dos muchachas y ambas habían lastimado a su hija biológica. Incluso ellos la maltrataron también. No estaban en condiciones ni merecían ser padres de Amber.

“Está bien ahora y el bebé está a salvo”, respondió Jared con tranquilidad mientras miraba a Julia.

Después de escuchar que su hija estaba bien, Julia suspiró aliviada; pero pronto se percató de algo y preguntó de nuevo:

“¿Por ahora dijiste? ¿Eso significa que Amber no está fuera de peligro todavía?”.

La expresión de Tadeo se tensó.

Sin confirmarlo, ni negarlo, Jared levantó la barbilla y respondió: “Sí, no goza de buena salud. No debería haber quedado embarazada todavía, pero sucedió. Por eso, debe permanecer en el hospital para nutrir al bebé. Al principio, solo debía permanecer por tres o cuatro meses y, cuando el feto estuviera estable por completo, le darían el alta y regresaría a casa, pero gracias a Tamara, la salud de Amber se vio perjudicada. Por los próximos diez meses, debe permanecer recostada hasta que dé a luz. Además, este sea quizá nuestro último hijo”.

En otras palabras, Amber no podía tener más hijos debido al incidente. Julia se sorprendió y dio dos pasos hacia atrás.

“¿Cómo pudo ser…?”.

Tadeo también estaba molesto, pero, más que nada, estaban felices de que Amber y su bebé estuvieran a salvo.

“¿Amber heredó mis problemas de riñón?”, en ese punto, pensó en algo importante y miró a Jared.

Su insuficiencia renal había sido heredada. Por eso, padeció de oligospermia y las probabilidades de tener hijos eran casi nulas, pero debido a un golpe de suerte, pudo tener a Amber como hija.

En ese momento, temía que ella también hubiera heredado sus problemas de riñón. Cuando Julia lo escuchó, se puso nerviosa.

“Es cierto, Jared. Cuéntanos. ¿Amber…?”.

“No”.

Jared sacudió la cabeza.

“Cuando lo diagnosticaron de insuficiencia renal, me preocupé de que Amber lo hubiera heredado, así que hice que el Doctor Laguna le hiciera pruebas; también verificamos el historial médico de la Familia García. Descubrimos que la insuficiencia solo se pasa de generación en generación a los hombres y es directa. Las mujeres no sufren de ella”.

En otras palabras, la enfermedad pasó de su abuelo a su padre y de padre a hijo. Sin embargo, su hija no lo heredaría, ni sus nietos tampoco. Entonces, Tadeo y Julia se alegraron.

“Genial. Esas son buenas noticias. Tadeo, Amber no lo heredó”.

Lo miró con alegría.

“Sí, gracias a Dios”. Asintió.

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