Enamorado de mi ex esposa -
Capítulo 1627
Capítulo 1627:
“Aunque no tengas apetito, deberías intentar comer algo de todos modos. Tu cuerpo no podrá soportarlo. Ahora no comes solo por uno, sino que hay alguien más a quien tienes que alimentar”.
Levantó el mentón para señalarle la barriga.
Amber se acarició el vientre.
“No te preocupes. Sé todo lo que acabas de decir. La Señora María ha estado elaborando todo tipo de comida para abrirme el apetito. No tienes que preocuparte por mí”.
“¿Cómo se supone que no debo preocuparme por ti? Mira lo frágil que te has vuelto, hasta te desmayaste solo porque te afectó lo que dijo otra persona”.
Cole se tocó la frente.
“¿Te sientes mejor ahora? ¿Todavía te duele el abdomen? Se me aceleró el corazón cuando Jared me contó que te había sucedido algo”.
“Perdón por haberte preocupado”, dijo disculpándose mientras sonreía.
“Ahora me siento mucho mejor. No tengo ninguna molestia”.
Cole le hizo un gesto con la mano.
“No hace falta que te disculpes. Soy como un hermano para ti, ¿No? Es justo que me preocupe. Como ya estás mejor, tengo la seguridad para decirte algo”.
“¿Qué vas a decirme?”.
Amber apretó los labios.
Cole la miró.
“Ya sabes la respuesta a eso, ¿Verdad? Muy bien, he venido a preguntarte qué piensas después de descubrir tu verdadera identidad. No te alteres, ya que te has enterado ahora, debes tener el valor de afrontarlo y plantearte qué vas a hacer. Aún tienes que resolver la situación, ¿No? No puedes hacer como si no supieras nada e ignorarlo por completo. Eso solo empeorará la situación para ti”.
Amber no pudo responder.
“¿Qué quieres hacer, Amb?”, preguntó.
“¿Quieres reunirte con los García?”.
“¡No! ¡No quiero reunirme con ellos!”.
Sacudió la cabeza con ferocidad como si le diera una crisis de nervios.
“No quiero aceptar mi relación con ellos. ¡Nunca lo haré!”.
“De acuerdo, de acuerdo. Si no quieres, entonces no lo hagas. Cálmate”.
Cole temía que se desmayara como antes, así que enseguida trató de tranquilizarla.
Amber recuperó lentamente la compostura.
Tenía los ojos enrojecidos y las lágrimas caían sobre las sábanas blancas.
“Cole, ¿Por qué yo?”.
Lo miró fijo. Su pregunta era tanto para él como para sí misma.
“¿Por qué no puedo ser una huérfana abandonada por sus padres? ¿Por qué resulté ser Rita García?”.
Amber no podía asimilar la verdad y tampoco podía aceptarla. Sentía como si la vida le estuviera jugando una mala pasada. Nadie más sabía lo que sintió en el momento en que Tamara le contó todo. Se sintió profundamente decepcionada.
Fue la peor noticia que había recibido; no podía creerlo. Cole quería decir algo, pero no podía darle una respuesta apropiada cuando Amber reaccionaba así. Él también quería saber la respuesta a su pregunta.
‘¿Por qué tenía que ser ella? ¿Por qué el Señor Enrique no tiró al río a la bebé que había robado? No. ¡Un momento! No debería; si lo hubiera hecho, Amb no estaría aquí ahora’.
Solo podría atribuirse a un cruel giro del destino.
“No pienses en esto ahora, Amb. Vamos a tomarlo con calma y hablar de ello, ¿De acuerdo?”.
Al cabo de un rato, Cole recuperó por fin la voz. Entonces, puso la mano en el hombro de Amber e intentó consolarla.
Ella cerró los ojos y trató de tranquilizarse.
Notó que el abdomen comenzaba a dolerle de nuevo.
“Quiero preguntarte algo, Amb. ¿Odias a tu padre?”, señaló de manera brusca.
Amber lo miró y negó con la cabeza.
“Por supuesta que no”.
“Pero te alejó de los García”, señaló Cole.
“Ahora estás en esta situación difícil porque él te alejó de tus verdaderos padres. ¿De verdad no sientes odio hacia él? Después de todo, fue quien causó todo Lo que te sucedió”.
“Nunca lo he odiado”.
Se mordió los labios antes de declarar con toda seriedad: “Mi padre no debió haberme robado de los García; infringió la ley. Otras personas podrían pensar que él es el malo y el verdadero culpable de lo que me ha sucedido hoy, pero para mí, eso no es cierto. Él me llevó, pero no me mató. Me crio como si fuera su propia hija y me dio amor paternal. Me enseñó a ser una persona bondadosa y honrada. Tadeo no podría haberme dado nada de eso. Si hubiera crecido con los García, no me habría convertido en la persona que soy hoy, sino que me habría vuelto en alguien como Tania”.
Los García eran conocidos por consentir a sus hijas.
“Además, en mi opinión, no creo que mi padre sea el causante de todo. El verdadero culpable debería ser Tadeo, ¿No? Él era quien estaba celoso de mi padre y de la Compañía Paradigma. Él fue quien contrató a alguien para robar información de allí y provocó que el empleado de la compañía se quitara la vida. Si Tadeo no hubiera hecho nada de eso, entonces Paradigma no se habría metido en problemas y la reputación de mi padre no habría quedado destruida por la muerte de su empleado. Él no habría robado la bebé de los García. ¿No es culpa de Tadeo haber presionado a mi padre hasta el punto de hacer algo así?”, continuó.
La joven miró a Cole.
“Aunque mi padre me llevó lejos, no me mato. Cualquier otra persona que estuviera tan resentida con Tadeo tal vez habría hecho de mi vida un infierno o me habría matado para vengarse de él, pero mi padre no lo hizo. Era un hombre amable, tan bueno que crio a la hija de su enemigo y le dio todo el amor como un verdadero padre. Por esta razón no lo odio, no tengo derecho a odiarlo”.
De hecho, si pudiera elegir, preferiría ser hija de Enrique que de Tadeo. No podía aceptar la posibilidad de que podría haberse convertido en alguien tan malvada como Tania si los García la hubieran criado.
Cole asintió para demostrar que entendía lo que quería decir antes de hacer otra pregunta.
“¿Y los García? ¿Los odias? Ellos fueron quienes te perdieron y te hicieron terminar en este aprieto”.
Amber apretó los puños, a su vez tenía los ojos enrojecidos cuando dijo: “¡Los odio! Pero…”.
Todas esas emociones que reflejaron los ojos de Amber se disiparon mientras se sostenía la cabeza.
“Pero… ¡No tanto como antes!”.
Eso era lo que más le costaba aceptar. ¿Cómo podía disiparse su odio hacia ellos solo porque eran sus padres biológicos? Se sentía culpable por Enrique y por el hecho de que los Reyes fueron quienes la criaron.
“Es lógico”.
Cole le dio una palmada en el hombro en señal de comprensión.
“Es extraño estar relacionado con alguien por lazos sanguíneos; es casi como si hubiera una conexión innata. Cuando dos desconocidos unidos por este tipo de lazo se encuentran, tienen una extraña sensación de afinidad con ellos. Además, los niños tienen un vínculo natural con sus padres. Es lógico que tu odio hacia los García disminuyera después de que descubriste que eran tus padres biológicos”.
Amber levanto la vista.
“¿No te parece muy hipócrita por mi parte? ¿No crees que estoy traicionando a los Reyes y a mi padre?”.
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