Enamorado de mi ex esposa -
Capítulo 1612
Capítulo 1612:
Al escucharla, se le desfiguró el rostro; sin decir una palabra, la abrazó.
Mientras tanto, en la Residencia García, Rita estaba preocupada por Tadeo y por los guardias de afuera. Sabía que estaban allí para asegurarse de que se mantuviera lejos de Amber; no obstante, no esperaba que Jared fuera tan despiadado. Él quería que la joven viera a su padre morir.
“¿Acaso sabe que es su suegro? No, no lo sabe. No quiere que le pida ayuda a Amber; solo quiere que mi padre muera, ¡Pero no puedo permitir que eso ocurra! Si él muere, ¡Lo perderé todo y volveré a ser pobre!”.
Sin pensar en las consecuencias, ella no podía aceptarlo y prometió que salvaría a su padre sin importar cómo. Antes de poder hacerlo, debía escapar de ese lugar y buscar a Amber.
“Hay muchos guardias afuera. ¿Cómo voy a escapar?”.
Rita caminó por la sala de estar tranquila mientras ideaba un plan; en ese momento, vio el abrigo de Julia en el sofá. Subió rápido las escaleras, se maquilló como adulta y se puso ropa de su madre.
Logró salir de la casa por una ventana trasera. Luego, caminó hacia otra casa entre medio de los arbustos y escapo desde otra residencia.
Desde ese momento, comenzó a caminar tranquila.
Mientras avanzaba sentía una mirada mordaz en la espalda, pero no se volteó y fingió no notar nada extraño. De lo contrario, si ella lo hacía, la reconocerían.
Por eso, fingió no darse cuenta de nada y continuó caminando. Así fue como Rita escapó de la casa sin problemas; una vez afuera, respiró aliviada y se dio unas palmadas en el pecho para tranquilizarse y poder respirar.
‘¡Genial! ¡Logré escapar!’.
Contuvo sus emociones y le hizo señas a un taxi.
“A la Compañía Paradigma, por favor”.
El conductor asintió y puso el auto en marcha. Una hora después, llegó a su destino.
Esa vez, se acercó a la recepcionista y no se presentó como Rita, sino como una vendedora de otra compañía que quería reunirse con el presidente y discutir una colaboración entre ambas empresas. Para su sorpresa, la recepcionista le dijo que la presidenta no estaba allí y eso la dejo estupefacta
“¿Cómo es posible que no esté aquí? ¿Dónde ha ido?”.
La recepcionista la miró extrañada.
“¿Acaso no lee las noticias en Internet?”.
“¿Qué? ¿Cuál noticia?”, preguntó exasperada.
Luego, se dio cuenta de que la manera en la que actuaba era extraña e intentó disimular.
“Soy una mujer de negocios y tengo mucho trabajo; por lo general, no dispongo de tiempo para leer las noticias en internet, así que no sé qué está sucediendo. ¿Podría informarme qué le ocurrió a la presidenta?”.
Sus motivos apaciguaron con éxito las sospechas de la recepcionista.
“Oh, la Presidenta Reyes está embarazada. Ahora se encuentra en el hospital recibiendo tratamiento”, respondió con amabilidad y sonriendo.
“¿Embarazada?”, preguntó Rita de forma tajante.
La recepcionista frunció el ceño.
“¿Qué ocurre, señorita? Por su tono, no parece feliz por el embarazo de la Presidenta Reyes”.
Su presidenta estaba embarazada y ninguna persona en la compañía estaba descontenta por la noticia. Además, puesto que estaba embarazada, Jared les dio muchos beneficios.
Incluso los internautas recibieron algunos, así que, ¿Quién no les daría sus bendiciones? En cambio, Rita era la única persona que sonaba descontenta por la noticia, incluso insatisfecha.
La mujer apretó los puños con fuerza debajo del mostrador.
‘¿Feliz? ¿Cómo voy a estar feliz? Ahora que está embarazada, ¿Cómo va a donar el riñón?’.
Salió de la Compañía Paradigma, aturdida mirando al cielo. Era un día nublado y triste, justo como se sentía en ese momento.
‘Embarazada. ¿Cómo puede estar embarazada en un momento como este? ¡Qué maldita!’.
Enseguida, volvió a sentirse determinada.
Sin importar cómo fuera, incluso si Amber estaba embarazada, no se daría por vencida; haría que le donara el riñón a su padre, aunque fuera a la fuerza.
A fin de cuentas, Amber era la hija biológica de su padre, así que, de una forma u otra, debería sentirse obligada a salvarlo. Incluso si estaba embarazada, debería ab%rtar al niño para hacerlo. Eso era lo que Rita creía.
‘Mi padre está muriendo y Amber aún es joven. Puede tener otro bebé si ab%rta a este. ¡¿Cómo un feto puede ser más importante que mi padre?! Así es. ¡Ahora la voy a buscar!’.
Rita apretó los dientes y llamó a otro taxi.
“Al Hospital Primer Mundo”.
Tenía la certeza de que Amber estaría allí. A fin de cuentas, sabía que había un médico brillante llamado Doctor Laguna en el Hospital Primer Mundo.
‘Ese doctor siempre ha sido amable con ella, así que estoy segura de que escogió ese hospital para tratarse’.
Pronto, llegó al Hospital Primer Mundo. Cuando se bajó del taxi, sacó un espejo y se miró minuciosamente para asegurarse de que su maquillaje, cabello y ropa aún se vieran creíbles para que no la reconocieran con facilidad. Guardo el espejo e ingreso al hospital con confianza.
Con la reputación de Amber y Jared, no debían estar en habitaciones comunes. Por lo tanto, Rita se dirigió directo al pabellón de habitaciones especiales.
Ingreso al lugar sin problemas y el guardia de seguridad ni siquiera la miró dos veces. Pensó que era un familiar de un paciente adinerado, así que le pidió que se registrara y la dejó entrar.
A continuación, llegó al mostrador y preguntó por el número de piso y habitación de Amber, tras lo cual, entró al ascensor. En el instante que salió, se le aceleró el corazón; estaba nerviosa y no sabía sí Jared se encontraba allí o no.
Dado que el hombre amaba tanto a Amber, era bastante probable que estuviera en el hospital con ella todo el tiempo porque estaba embarazada e internada.
En ese momento, Rita estaba aterrorizada de encontrarse con Jared.
‘¿Qué debería hacer? ¿Entro igual?’.
Mientras entraba en pánico, un guardaespaldas que estaba cerca pasó junto a ella y, cuando la vio, comenzó a sospechar.
Se acercó deprisa y le preguntó con desdén: “¿Quién es usted? ¿Qué hace aquí?”.
Rita estaba tan asustada que comenzó a temblar. Por fortuna, reaccionó a tiempo y se tranquilizó. Actuó de inmediato como su madre de manera poco razonable y arrogante para evitar las sospechas del guardaespaldas.
“¿Por qué te preocupas tanto?”.
Se llevó las manos a la cadera y actuó a la perfección como su arrogante madre.
“Este es un hospital. ¿Por qué crees que estoy aquí? Es evidente que vine a visitar a mi familia. Parece que estuvieras interrogando a un prisionero. ¿Acaso quieres decir que no debería visitar a mi familia? ¿Eres el dueño del hospital?”.
El guardaespaldas hizo una mueca de desagrado, puesto que lo había regañado sin motivo. Una millonaria novata como ella solo era arrogante porque tenía dinero, aparte de eso, era solo apariencia.
Los guardaespaldas como él habían visto muchas mujeres como ella. Al final, el hombre desestimó sus dudas y la regañó con desdén y una mirada de disgusto:
“No soy el dueño del hospital, pero mi jefe reservó este lugar. La única paciente que se encuentra aquí es su esposa y no hay otros pacientes. Por lo tanto, usted se encuentra en el lugar equivocado. Por favor, dé la vuelta y váyase”.
Señaló el ascensor detrás de ella.
La mujer fingió estar sorprendida.
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