Enamorado de mi ex esposa -
Capítulo 1608
Capítulo 1608:
“¿Y?”, preguntó, vacilando.
“Por lo tanto, más allá de lo pequeño que sea el bebé, nosotros como padres debemos comportarnos de la mejor forma. No podemos dejar que nuestro hijo aprenda malos hábitos cuando está en tu vientre”, elaboró, serio.
A Amber le causaba gracia el comentario y tampoco sabía qué decir.
“Muy bien”.
Mientras hablaba, se acarició el vientre.
“Bebé, ¿Escuchaste eso? Tu padre te ama tanto que insiste que tu educación debe comenzar ahora”, continuó con un tono dulce.
“Es nuestro hijo, por supuesto que lo amo”.
Jared también le miró la barriga de forma orgullosa.
Al final, algo se le cruzó por la mente y añadió: “Pero no te preocupes, cariño. Mi amor por nuestro hijo no superará mi cariño por ti. Eres la persona más preciada y a quien más amo”.
Amber no pudo evitar echarse a reír.
“¿Por qué lo haces parecer como si me fuera a poner celosa de nuestro propio hijo?”.
“Sé que no lo harás”.
El hombre sacudió la cabeza.
“Es solo que quiero que sepas que eres quien más me importa y ni siquiera nuestro hijo será más importante”.
“Me alegra mucho escucharte decir eso”, dijo Amber apoyándose en sus brazos mientras sonreía.
‘Es cierto que amo a mi hijo, pero ¿Qué persona en el mundo no desea ser la más especial para su pareja? Yo también deseo lo mismo’.
Mientras los dos conversaban, sonó el teléfono a Amber y, una vez más, Jared frunció el ceño. La miró de forma acusatoria, evidentemente quejándose de por qué tantas personas la llamaban. Amber se encogió de hombros, indicándole que ella tampoco sabía por qué.
‘Ay, ¿Me culpa por ser sociable ahora? Además, si no fuera por el hecho de que otros le tienen miedo, es probable que hubiera recibido más llamados que yo en el momento en el que se enteraron de que iba a ser padre’.
Jared suspiró y tomó el teléfono, resignado.
Sin embargo, volvió a malhumorarse cuando vio el identificador de llamadas. Al percibir el aura de insatisfacción del hombre, Amber giró la cabeza con curiosidad para ver quién llamaba.
En el momento en el que vio el identificador de llamadas en la pantalla del teléfono, no supo si reír o llorar, ya que resultó que era Sergio. A Jared la llamada le molestaría siempre que fuera un hombre, sin importar quién fuera.
“¿No vas a contestar?”.
Amber lo miró y él cortó la llamada de forma impasible.
“No contestare las llamadas de Sergio. Me temo que será una mala influencia para mi hijo”.
La mujer hizo una mueca.
“Ni siquiera has contestado la llamada y él no ha dicho ni una palabra. ¿Cómo va a ser una mala influencia?”.
‘Este hombre está siendo poco razonable, ¿No?’.
“Sin duda que puede serlo. Sergio es frívolo y se comporta de forma demasiado despreocupada; incluso su voz suena perezosa. Me temo que nuestro hijo no “quedará bien” después de escuchar su voz”, dijo con un tono severo mientras fruncía los labios.
Amber no podía creerlo y simpatizaba con Sergio desde lo más profundo de su corazón.
‘Si se entera de que Jared ha manchado su imagen de esa forma, es probable que venga y le dé una paliza. ¡Qué más da! Lo dejaré ser, siempre y cuando sea feliz. Además, es probable que Sergio pueda darse cuenta de que no fui yo quien le cortó, sino Jared’.
En efecto, fue como ella se imaginó. Cuando Sergio vio que le habían cortado la llamada, se sorprendió por un momento antes de poner los ojos en blanco y gritar:
“¡Debe haber sido Jared!”.
Para asegurarse de que Amber dejara de recibir llamadas que perturbaran su paz, le apagó el teléfono. Dejó de fruncir un poco el ceño y solo lo relajó después de apagarlo.
Amber dejó que hiciera lo que quisiera, ya que no estaba preocupada del impacto de tener el teléfono apagado.
‘Después de todo, entregué el control de la compañía a la persona que Jared asignó, así que nadie me llamará; incluso aunque sea algo que necesiten que yo firme y controle, Raquel lo traerá ella misma al hospital. En cuanto a los demás asuntos, asistí al primer juicio de Ángel y todavía falta un mes para el segundo, así que no sucederá nada si apago el teléfono. Además, si alguien de verdad quiere verme, pueden buscar a Jared’.
“¿Estás contento ahora?”, le preguntó mientras esbozaba una gran sonrisa.
“Si”, admitió luego, ya que no estaba avergonzado.
La mujer sacudió la cabeza y se rio. En general, muchas personas le enviaron bendiciones con respecto al embarazo, pero todavía había algunos que estaban furiosos o en un estado de negación.
Entre ellas, Lidia y Ana. Jared había organizado que alguien le informara a Lidia de todo lo que sucedía, en especial informes sobre él y Amber. Era su intención hacer que la mujer sufriera, ya que sabía muy bien que mientras más contentos estuvieran ellos, más miserable estaría Lidia.
Por ese motivo, cada vez que tenían buenas noticias, los hombres que Jared había asignado le informaban de inmediato y, una vez que ella se enterara, tendría una crisis emocional y gritaría como demente. Ese era el castigo de Jared por casi asesinar a Amber.
La última vez, Lidia había enloquecido en el centro de detención cuando se enteró de que se volvió a casar con Amber. Esa ocasión no fue una excepción. Si bien Lidia era malvada, su amor por Jared era genuino.
En efecto, no podía aceptar que el hombre que tanto amaba se hubiera casado con otra mujer y que incluso tuviera un hijo con ella, por lo que era natural que enloqueciera y provocara un escándalo en el centro de detención después de enterarse de la noticia.
Sin embargo, después de eso, la encerrarían en una celda de castigo. Ya había estado encerrada allí en numerosas ocasiones en solo esos dos meses y los motivos cada vez que la encerraban eran los mismos: enterarse de historias de Jared y Amber.
En ese momento, sentía que estaba por enloquecer. Una vida así era demasiado dolorosa y tormentosa para ella. Aun así, no tenía opción más que continuar viviendo, ya que no estaba lista para morir.
No obstante, tenía que aceptar su destino incluso aunque no estuviera dispuesta a morir, ya que pronto recibiría el segundo juicio, que también sería el último.
Se le acababa el tiempo y, además de eso, todavía tenía que enterarse de noticias de la relación amorosa entre Jared y Amber todos los días. Sentía que de verdad en poco tiempo enloquecería.
“¿Cómo? ¿Cómo me puede hacer esto Jared? Lo amo mucho, pero él me trata de esta forma. Es demasiado cruel, ¡Muy cruel!”.
Lidia, quien todavía estaba en una celda de castigo, colapsó en el suelo y lloró de forma desconsolada. Lloró por la crueldad de Jared hacia ella y también lamentó su vida, que estaba por llegar a su fin.
Además de ella, Ana también enloqueció en ese momento, ya que no podía creer lo que había visto.
“¡Amber está embarazada! Van a tener un bebe, ¡Qué ridículo! ¡Tienen un bebé!”.
Se cubrió el rostro y comenzó a reír como si hubiera perdido la razón. Después del episodio de histeria, se quitó las manos del rostro, revelando una expresión siniestra y despiadada.
“Embarazada, ¿No? Está bien, ya que un día los mataré a los dos junto a su engendro”.
Por supuesto, Amber y Jared no sabían nada al respecto.
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