Enamorado de mi ex esposa -
Capítulo 1576
Capítulo 1576:
Ella negó con la cabeza con resignación, aceleró el ritmo y terminó el desayuno. Luego, Jared le entregó la ropa que Teo les había comprado.
“Dale un vistazo y fíjate si te gusta. De lo contrario, haré que Teo compre otro atuendo”, dijo.
Amber abrió la bolsa y sacó la ropa, había un vestido de fiesta amarillo claro; se le iluminó la mirada al instante.
“Es tan hermoso”.
No había muchas mujeres a la que les disgustaran los vestidos, en especial los que eran tan hermosos como ese.
No obstante, el vestido que Teo compró tenía una alta exigencia para la figura de quien lo usara; por ese motivo, a muchas mujeres les gustaba ese modelo, pero solo unas pocas se atrevían a usarlo en público.
A pesar de que Amber se sentía segura con su cuerpo, era la primera vez que usaba un vestido tan hermoso, dado que nunca antes había tenido la oportunidad.
Antes, en la residencia Farrell, siempre usaba un delantal, así que no tenía la oportunidad de usar vestidos hermosos. Luego, estuvo ocupada con el trabajo y no tenía tiempo para arreglarse.
“¿Te gusta?”.
Jared ya sabía la respuesta por su mirada brillante, pero, de todos modos, igual preguntó.
“Si. Es tan hermoso. No esperaba que Teo comprara un vestido tan precioso”, respondió asintiendo.
En ese momento, Teo ingresó a la habitación para ayudar a Jared a vestirse.
Por casualidad escuchó eso y se acomodó los anteojos mientras decía: “Al principio, no sabía qué comprar, así que le pregunté a la vendedora y me recomendó esto. Me preocupaba que no le gustara”.
“¡Sí, me gusta!”, respondió Amber asintiendo con la cabeza.
“¿Cómo podría no gustarme un vestido tan hermoso?”.
“Es bueno escucharlo. Señorita Reyes, puede ir a cambiarse ahora. La estilista ya llegó y la ayudará con el cabello y el maquillaje. Llevaré al Presidente Farrell para que se cambie y se peine”.
Teo fue detrás de Jared y tomó la silla de ruedas.
Ella tarareó en respuesta.
“Por supuesto. Ustedes continúen y yo iré pronto. Los veo más tarde”.
Le sonrió a Jared y caminó hacia la habitación en la que solía quedarse.
La estilista que Teo le había contratado a Amber ya la esperaba dentro de la habitación y preparaba los productos y herramientas de maquillaje. Cuando escuchó la puerta abrirse, se apresuró a darse la vuelta e hizo una reverencia.
“Señorita Reyes”.
“Hola”.
Amber le sonrió mientras la saludaba.
La estilista apartó una silla delante del tocador.
“Señorita Reyes, por favor, tome asiento así la peino y maquillo. Una vez que terminemos con eso, la ayudaré a colocarse el vestido”.
“Por supuesto”.
Como Amber también conocía los pasos que debía seguir para arreglarse, accedió de inmediato, dejó el vestido y tomó asiento.
A continuación, la estilista examinó su rostro y la elogió: “Señorita Reyes, tiene una piel hermosa; ni siquiera puedo verle los poros. Parece que solo necesitará una ligera capa de base”.
A nadie le disgustaba recibir cumplidos, por lo que Amber se sintió halagada y sonrió con timidez.
“Ya tengo veintiocho años. ¿Qué tan bueno puede ser?”.
“Es excelente y veintiocho años no es mucho. Aún es bastante joven”.
La estilista la halagó mientras comenzaba con el proceso del cuidado de la piel previa al maquillaje.
De repente, Amber recordó algo y tomó la mano de la estilista.
“Un momento”.
“¿Qué ocurre?”.
La mujer la miró confundida.
“Sucede que estoy embarazada, ¿Tus productos para el cuidado de la piel y maquillaje son aptos para mujeres embarazadas?”, preguntó Amber sin vacilar.
Al escucharla, la estilista sonrió.
“No se preocupe, Señorita Reyes. Por lo general tenemos clientas embarazadas, así que los productos que utilizamos son aptos para toda clase de mujeres porque no queremos tener ningún problema. Puede estar tranquila de que esto es seguro”.
Después de escuchar su explicación, Amber se sintió aliviada y la soltó.
“Excelente. Discúlpame, estoy demasiado nerviosa”.
“Está bien. Es normal que una futura madre proteja a su hijo. Además, aún no la he felicitado a usted ni al Presidente Farrell porque van a ser padres”.
Sonaba sincera.
“Gracias. Puedes continuar”, dijo Amber sonriendo.
“Claro”.
Luego, Amber cerró los ojos y dejó que la estilista hiciera su magia. Como la mujer era una experta en lo que hacía, hizo un trabajo rápido con el cabello y el maquillaje de Amber. El peinado se complementaba a la perfección con el vestido, emanaba un aura de elegancia y belleza.
A Amber le encantó en el instante que lo vio y no encontró ningún defecto. Cuando la estilista vió lo mucho que a Amber le gustó su trabajo, se sintió aliviada.
‘Parece que no debo cambiar nada’.
“Señorita Reyes, vamos a cambiarla”.
La mujer llevó el vestido de Amber.
Esta no se sintió avergonzada puesto que ambas eran mujeres, así que se quitó la ropa delante la estilista y se puso el vestido.
Por su parte, la otra mujer se quedó de pie junto a ella y la ayudó con la cremallera y las siluetas.
“¡Vaya! Señorita Reyes, se ve muy hermosa”.
La mujer se sorprendió con el aspecto final.
Amber sonrió con timidez mientras se colocaba los tacones.
“Debes estar exagerando”.
“No, digo la verdad. Es la novia más hermosa que he visto. El vestido le queda perfecto. No me puedo imaginar lo hermoso que será su vestido de novia”.
La estilista comenzó a imaginarse la escena.
“Es demasiado pronto para hablar de nuestra boda, pero gracias por tus cumplidos”, respondió Amber mientras se tocaba la ardiente mejilla.
“Señorita Reyes, no tiene que ser tan modesta. Solo digo la verdad”.
La estilista agitó la mano.
De repente, alguien llamó a la puerta y se escuchó la voz de Jared desde afuera.
“Hojita, ¿estás lista?”.
“Sí”, respondió Amber y fue a abrir la puerta.
En ese instante, ambos se sorprendieron.
Cuando el vio a la novia hermosamente vestida, que parecía una diosa, no pudo quitarle los ojos de encima. Al mismo tiempo, a Amber se le iluminó la mirada cuando lo vio usando un traje retro que atenuaba su temperamento distante y dominante, y le agregaba un dejo de aura intelectual.
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