Enamorado de mi ex esposa
Capítulo 1539

Capítulo 1539:

Era muy consciente de que no enfrentaría pena de muerte, y ella no tenía problema en aceptar la verdad. Después de todo, Jared y ella lograron salir con vida. Aunque Bernardo intentó asesinarlos, siempre y cuando la víctima siguiera con vida, el asesino no sería sentenciado a morir. No obstante, era posible que le dieran prisión perpetua.

Recordó que el oficial le dijo que otra posibilidad era que fuera sentenciado a prisión por algunos años; si era así, no estaría satisfecha con el veredicto.

Después de todo, había sido una experiencia cercana a la muerte para Jared, por lo que no estaría contenta de ver a Bernardo recibir una condena que no fuera de por vida.

Mientras estaba perdida en sus pensamientos, escuchó que un teléfono sonaba. Volviendo en sí, extendió los brazos en dirección del sonido y movió las manos.

Encontró el teléfono sin dificultad, que estaba en la mesa de luz. No obstante, no podía ver, por lo que no sabía quién la llamaba.

Haciendo uso de su memoria, atendió la llamada y preguntó: “Hola, soy Amber. ¿Puedo saber quién llama?”.

Hubo un momento de silencio antes de escuchar una voz familiar.

“Amber, soy yo. Hablé contigo ayer. ¿Cómo me olvidaste tan rápido?”.

Era Hayden. Ella rio.

“Lo lamento, no miré el identificador de llamadas”.

No planeaba contarle a nadie sobre lo que les había sucedido la noche anterior para evitar llamar la atención. Él no dudo de su palabra tampoco. Después de todo, podía entenderlo; algunas personas no miraban el identificador de llamadas cuando estaban ocupadas con algo más.

“No te preocupes. No pasa nada”.

Del otro lado de la línea, Hayden acababa de regresar a casa después de visitar el área rural y se estaba bajando del auto.

Leandro y David lo estaban recibiendo en la entrada con la boca abierta cuando reconocieron su nuevo aspecto.

‘¿Qué está sucediendo? ¿Qué le pasó? ¿Por qué tiene la piel tan oscura? ¿Acaba de regresar de la playa o qué?’

“Por cierto, Amber, ya estoy en Olkmore”.

Sonrió mientras hablaba, mostrando los dientes.

Su piel bronceada acentuaba el blanco de sus dientes a un punto que reflejaban la luz del sol. Leandro y David no se atrevieron a mirarlo de frente.

‘Se ve desprolijo. Solía ser un hombre atractivo; ahora, está algo… arruinado’.

“Lo sé. Leí tu mensaje ayer diciéndome que volverías. Bienvenido de vuelta”, respondió con sinceridad.

Él entró a la casa.

“¿Estás desocupada? ¿Quieres venir a cenar? Es para darme la bienvenida”.

‘Pero no traigas a Jared, es un idiota’, añadió en su mente.

Ella suspiró.

“Me temo que no podré, Hayden. Estoy fuera de la ciudad en este momento, así que no podré cenar contigo. Tendrá que esperar”.

“¿Estas fuera de la ciudad?”.

Se sorprendió antes de preguntar: “¿Dónde estás?”.

“Jared fue a un viaje de negocios al exterior y lo acompañé. Me dijo que expandir mis horizontes alrededor del mundo podría ayudarme a dirigir la compañía. Por eso, accedí. Fue una decisión de último momento y salimos anoche. Lo lamento”.

Agachó la cabeza, culpable y avergonzada por tener que mentirle y se reflejó en su rostro.

Era malo mentirle a los demás. A Hayden le tembló la boca, decepcionado.

“Bueno, está bien. Te esperaré; esperaré que ambos regresen. Entonces, los llevaré a cenar”.

“Bueno. Nunca diría que no”.

Asintió con una leve sonrisa mientras tomaba la decisión. Le llevaré regalos. Tengo que compensarlo por mentirle.

Después de que Amber accedió a cenar con él, Hayden sintió que ya no estaba tan decepcionado.

Luego, pareció recordar algo y preguntó: “Por cierto, cuando volvía hoy, vi un artículo en línea que decía que el presidente de tu compañía había sido arrestado. ¿Qué sucedió?”.

No había tenido tiempo de preguntarle a la policía sobre el incidente, ni tuvo oportunidad de leer la declaración de la Compañía Goldstone. Por ende, todo lo que sabía era que Bernardo había sido arrestado esa mañana.

“Es así… Bernardo nunca estuvo satisfecho con el hecho de que Goldstone estuviera bajo mi control; como resultado, incendió la nueva fábrica por enojo”.

Amber respondió de manera concisa.

El chasqueó la lengua, molesto.

“Enloqueció. No puedo creer que incendió algo así. Debe estar mal de la cabeza. Oh cierto, ¿Alguno de los empleados de la fábrica salió herido?”.

Amber se sorprendió por la pregunta, pero permaneció tranquila y dijo: “No, no estaba en funcionamiento todavía, así que no había nadie en la fábrica”.

“Que alivio. ¿Necesitas mi ayuda con la sentencia de Bernardo?”, sugirió.

Hayden había trabajado para la policía.

Cuando regresó de su última inspección por el país, recibió una promoción que le permitió tener contactos en tribunales.

Amber se sintió tentada cuando escuchó eso; después de todo, quería que Bernardo fuera encarcelado de por vida, pero rechazó su ofrecimiento.

“No, gracias. Dejaré que siga su curso natural”.

No deseaba deberle otro favor. Cuando la escuchó, estuvo de acuerdo con ella, pero, en secreto, decidió hablar con sus contactos. Además, solo le tomaría un segundo.

“Muy bien, entonces”, respondió Hayden, encogiéndose de hombros de manera indiferente.

Ella bostezó.

“Oye, Hayden, cortaré ahora. Recién llegué y tengo jetlag, así que estoy exhausta. Hablaremos más tarde”.

Él no pensó demasiado en su excusa y asintió.

“Muy bien, no te molestaré más. Descansa. Los buscaré del aeropuerto cuando regresen”.

“Bien”, respondió, incómoda.

Después de que Amber colgó, colocó el teléfono al lado de la almohada y se tapó con las sábanas para dormir. No se había recuperado por completo todavía y había estado despierta por un largo rato.

Además, de los cambios de humor de más temprano, estaba demasiado cansada. Lo que había dicho antes no era solo una excusa para cortar la llamada con Hayden, en verdad quería dormir.

Ya era de noche cuando se despertó. Como no podía ver, la enfermera le dijo la hora.

Esta le informó que Ben la había visitado a la seis de la tarde; había dormido todo ese tiempo, así que solo estuvo un momento antes de ir a ver a Jared. Le dejó un mensaje que decía que la visitaría de nuevo cuando despertara.

Amber comió lo que la enfermera le llevó y asintió para indicarle que había recibido el mensaje. Después, la enfermera llamó a Ben, que llegó pronto. Lo primero que dijo apenas ingresó era que estaba preocupado por su salud.

Cuando Amber le dijo que sentía mejor que antes, le pregunto: “Señorita Reed, ¿La policía le dijo la situación actual de Bernardo? ¿Sus crímenes y motivos?”.

Ella asintió y dijo con suavidad: “Lo hicieron. Entiendo la situación general”.

“Entonces, no diré más”.

Se acomodó los anteojos y continuó: “Lo que puedo decirle es la situación actual de la fábrica”.

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