Enamorado de mi ex esposa
Capítulo 1535

Capítulo 1535:

“Es verdad. Hemos buscado sin demora un corazón compatible cuando la salud del Presidente Farrell empeoró. No tardamos en encontrarlo. Aunque la tasa de compatibilidad era baja, los seres humanos abundan en el planeta; por ende, siempre había alguien que podía ser compatible con Jared. Siempre era posible encontrar uno si se tenía suficiente dinero”.

Amber sonrió después de escucharlo.

“¡Es increíble!”.

Sin embargo, se percató de algo e hizo una mueca.

“Espera un minuto. ¿Por qué no operaste a Jared después de encontrar el corazón?”.

No lo entendía.

“Bueno, el corazón está en un cuerpo y el dueño sigue vivo”, explicó Ben.

Sintió un escalofrío recorriéndole la espalda.

“¡Esa persona sigue viva! E-entonces… está. Jared… ¡No puede esperar más!”

Jared estaba en ese momento en terapia intensiva y ella podía entender lo que dijo Elías. El corazón, que ya estaba dañado, había sido estimulado. Aunque no especificó cuanto le quedaba, cualquiera podría darse cuenta de que sus días estaban contados. Si no, ¿Por qué estaría en terapia intensiva?

Lo que dijo Amber era evidente para Ben; creía que el hombre seguía vivo y no era seguro cuánto tiempo viviría. Por otro lado, Jared estaba a punto de morir y temía que el corazón no llegara a tiempo.

“No se preocupe, Señorita Reed. El hombre está enfermo y ha sido hospitalizado. Tiene una enfermedad incurable con una expectativa de vida de menos de unos meses. Ya pasó mucho tiempo. Lo llamé ayer y me enteré de que le quedan solo dos días. Cuando muera, el corazón será enviado de inmediato aquí para que el Presidente Farrell lo tenga”, explicó.

Los anteojos de Elías reflejaron un brillo mientras miraba a Ben. De manera similar, este lo observó.

“Así que, por favor, programe una cirugía para los próximos días. Necesitamos que lo opere cuando llegue el momento”.

Elías sonrió cuando escuchó eso.

“Entendido. Veo que aceptó mi consejo anoche”.

Ben mantuvo la cabeza gacha y permaneció en silencio. Amber no sabía de lo que hablaban ni entendía los comentarios de Elías. Todo lo que sabía era que Jared iba a sobrevivir, lo que era fantástico.

“Eso es excelente”, dijo, sonriendo.

“¿Pueden realizarle la cirugía en unos días?”.

“Debe pasar por una revisión física debido a que su condición tiene que coincidir con los requisitos quirúrgicos”, respondió Elías mientras se acomodaba los anteojos.

Ella se apresuró a asentir.

“Él cumplirá los requisitos ya que se ejercita a diario. Además, de su corazón, está en buena forma”.

“Debería estar bien”, respondió Elías.

A pesar de las desafortunadas circunstancias de Jared, Amber se tranquilizó al saber que habían encontrado un corazón y que le harían la cirugía en poco tiempo; sin embargo, su humor era lúgubre.

Lo salvarían, pero todavía estaba en terapia intensiva. No se podría relajar hasta que lo viera en una sola pieza.

Además, ella era quien había provocado su situación agonizante; lo había perjudicado.

“Lo lamento, Señor Ben”.

Se disculpó de pronto.

“Señorita Reed, ¿Por qué se disculpa de repente?”, preguntó Ben mirándola, ya que no podía entenderla.

Ella exhaló y respondió: “Jared está cercano a la muerte por mi culpa. Según Remi, Bernardo fue quien provocó el incendio. Él me tiene resentimiento y está molesto desde que la Compañía Goldstone le revocó sus derechos. No es una sorpresa que después de odiarme por tanto tiempo, haya hecho algo desquiciado como intentar asesinarme. Sin embargo, él no tiene nada en contra de Jared. ¡Yo lastime a Jared! No estaría en terapia intensiva si no lo hubiera llevado conmigo a la fábrica”.

Ben suspiró después de observarla por un tiempo.

“Por favor, Señorita Reed, no haga esto. Usted no lastimó al Presidente Farrell porque lo hizo ir a la fábrica. Esa fue su elección. Todos estamos al tanto de cuanto la adora y se preocupa por usted. Por favor, no se culpe ya que él nunca la dejaría ir sola. No creo que el Presidente Farrell la culpe tampoco. Un subordinado como yo no podría culparla si el Presidente Farrell no sobrevive”.

“Entiendo lo que dices, pero no puedo olvidarlo”.

Amber sonrió con amargura.

El permaneció en silencio por un momento antes de decir: “Si no puede olvidarlo, debería cuidarse a sí misma en este momento. El Presidente Farrell tardará meses en recuperarse. Deberá cuidarlo para poder reparar el daño en ese tiempo. La Señorita Reed debería sentirse mejor frente a ese escenario”.

“Lo sé, no hace falta decirlo”.

Asintió.

Después de todo, había perjudicado a Jared de tal manera que no podía ignorarlo más.

“Por cierto, tengo otra pregunta. ¿Qué sucedió cuando Jared lastimó su corazón por primera vez? ¿Por qué me lo ocultó? Elías dijo que ocurrió hace unos meses. ¿Qué fue lo que sucedió?”, preguntó, dirigiéndose a Ben.

Aunque no podía ver, sabía que estaba cerca.

“Yo…”, murmuró.

“Solo dile. Ya le conté sobre el problema cardiaco de Jared, así que no hay necesidad de seguir ocultándole información. Si seguimos así, quedará más pasmada cuando se entere después”, dijo Elías con calma.

Amber apretó los puños cuando escuchó eso.

¿Qué está queriendo decir? Por lo que sugiere parece que tuvo que ver.

“¿Recuerda cuando el Presidente Farrell cayó del acantilado?”.

Ben se obligó a decir la verdad.

No le importaba si Jared lo culpaba cuando despertara. Creía que Amber merecía saber la verdad; debía saber lo que Jared había hecho por ella, ya que mantenerlo en secreto era cruel para ambos.

Ben no estaba seguro si estarían juntos para siempre, aunque era el mejor escenario; sin embargo, ella lo amaría más si sabía la verdad. Al menos, sabría lo que había hecho por ella.

“Si”, Amber asintió.

“Nunca olvidaría esa experiencia conmovedora. ¿Por qué lo menciona? ¿Su estado se debe a las heridas que se provocó cuando saltó del acantilado?”, murmuró antes de ponerse nerviosa.

“Así es. El corazón del Presidente Farrell terminó dañado cuando saltó. Sin embargo, nos pidió que no dijéramos nada, en especial a la Anciana Señora Farrell. Esa es la razón por la que se lo ocultamos también.

“Ya veo…”.

Después, se burló.

“Siempre sospeché que me ocultaba algo. ¿Por qué decidió mantener en secreto algo tan importante? Yo soy quien le causó esa herida. Sí, todo fue mi culpa desde el principio. ¡Es todo mi culpa!”.

Se golpeó el pecho, sintiéndose culpable y triste.

Al verla, Ben se apresuró a decir: “Señorita Reed, por favor, no haga esto. El Presidente Farrell se lo ocultó porque sabía que se culparía a sí misma. El saltó a salvarla y lo habría hecho de cualquier forma. Usted no le pidió hacerlo. Incluso si se equivocó, solo tiene una parte de culpa. Además, se lo ocultó para que no se sintiera culpable ni con cargo de consciencia”.

“¿Qué era exactamente?”.

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