Enamorado de mi ex esposa -
Capítulo 1531
Capítulo 1531:
Ben miró por el vidrio de la terapia a Jared, que tenía una máscara de oxígeno. Al fin pudo relajarse; el estrés había desaparecido. Mientras se tranquilizaba, comenzó a sentir hambre y cansancio, lo que lo hizo sentirse débil y se desmayó en el suelo.
Por otro lado, Bernardo había estado siguiendo de manera secreta el desarrollo del incidente del incendio desde que se fue.
‘Quiero saber qué sucedió con Jared y Amber y si están heridos o murieron como esperaba. Sería mejor si murieron, pero estaré feliz si están heridos. Por supuesto, lo mejor sería que estuvieran desfigurados’.
Se sentó frente a la computadora con un vaso de vino tinto, meditando con tranquilidad mientras actualizaba el buscador para leer sobre el incidente. Sin embargo, no importaba cuanto buscaba, no había noticias sobre el incendio en Internet.
No podía saber cómo estaban sin noticias y eso lo ponía de mal humor. Eso no tenía lógica y era extraño.
Era la era de la información; todas las novedades se publicaban con rapidez en Internet y se hacían públicas. Era incompresible que el incendio de la fábrica no hubiera sido publicitado en todos los sitios después de tanto tiempo debido a la gravedad de este.
Los medios debían haber escrito artículos sobre eso.
Por supuesto que Bernardo no era tonto y pensó que alguien más debía haber intervenido para apagar el fuego y suprimir las noticias.
Por eso, no había novedades en Internet.
El Grupo Farrell era la única entidad capaz de hacer eso. Nadie más tenía la autoridad para evitar que se filtraran noticias. Sin novedades y desconociendo el estado de Jared y Amber, era como si Bernardo estuviera ciego y sin saber que hacer después; sin embargo, no era el fin del mundo.
Tomó su teléfono y llamó a sus hombres, pidiéndoles que fueran a los grandes hospitales y verificaran si habían ingresado a una pareja rescatada de un incendio.
Todavía podía averiguar su situación.
Después de llevar a cabo la orden, hizo otras llamadas a conocidos, preguntándoles si habían escuchado sobre el incendio. Sin embargo, todos le dijeron que no.
Era evidente que el Grupo Farrell había prohibido de manera rigurosa que se filtraran las noticias del escape, tanto que su círculo interno tampoco sabía. Por supuesto, él sabía la razón por la que habían ocultado esa información.
Bernardo pretendía exponer las noticias en línea y provocarle problemas a la compañía. No obstante, era consciente de que lo atraparían con las manos en la masa si hacia eso, y sería arrestado por la policía con rapidez.
Después de todo, solo la persona que provocó el incendio podría saber y comunicar la historia en Internet, después de que el Grupo Farrell tomara esas medidas.
Así que, solo podía esperar con impotencia mientras la compañía bloqueaba las noticias, aunque era incapaz de aceptarlo.
Su humor empeoró cuando recibió las novedades de una llamada.
Sus hombres habían preguntado si alguno de los grandes hospitales había ingresado pacientes rescatados de un incendio esa noche y la respuesta había sido positiva.
Después de todo, hubo incendios en muchas partes de Olkmore. No obstante, ninguno de esos pacientes provenía de una fábrica. Las personas que habían sido ingresadas eran una familia de tres y un anciano, y ninguno coincidía con la descripción de Amber y Jared.
Era lo mismo que no tener novedades. En ese punto, Bernardo se enojó y levantó la cabeza para beber la copa entera de vino de un solo trago, sabiendo que sería imposible saber sobre el estado de la pareja esa noche.
‘Bueno, mañana investigaré’, pensó, molesto. Sin embargo, antes de que pudiera preguntar por el estado de Jared y Amber, fue arrestado al día siguiente en la entrada de la Compañía Goldstone.
Eso sorprendió a todos en la compañía y los paparazis, que estaban esperando afuera a pesar del clima. La noticia de que el presidente de la Compañía Goldstone había sido arrestado se esparció con rapidez y se volvió un tema más popular que el de Norah.
[¿Qué sucedió? ¿Otro rico arrestado? La gente pudiente es arrestada con frecuencia últimamente].
[No estoy seguro. ¿Cuál fue la razón de su arresto? ¿Es otro asesino?].
[Es posible. Los ricos son despiadados. Solo espera y verás. La policía publicará una declaración pronto y sabremos la razón].
Mientras los internautas discutían sobre eso, el personal de Goldstone revisaba sus redes sociales. Cuando los líderes de la compañía vieron eso, no dijeron nada porque también estaban intrigados; no obstante, no importaba cuanto intentaran, no podían saber la razón por la que se habían llevado a Bernardo.
Remi era la única que sabía. La noche anterior, había recibido una llamada de Ben.
Le informó que la fábrica se había incendiado, por lo que se sorprendió.
Después supo que Amber había salido del incendio. Remi estaba muy asustada y quería verla de inmediato, pero Ben la detuvo y le dijo que Amber no podría asistir al trabajo por un tiempo.
Para evitar que el público supiera del incidente, al igual que las noticias sobre su estado se esparcieran, le pidió que le explicara a los demás que estaba en un importante viaje de negocios fuera de Olkmore.
Remi era la secretaria de Amber, por ende, su palabra tenía credibilidad entre los empleados. Ella se dio cuenta de que, si todos sabían lo que le había sucedido a la directora, entrarían en pánico y algo horrible sucedería.
Por ende, obedeció las ordenes de Ben y se obligó a tranquilizarse para mantener el orden en la empresa.
Después, apareció en la oficina temprano y les informó a todos que Amber se había ido de viaje.
Los empleados no pensaron demasiado en eso, pero, antes de que Remi pudiera relajarse, se enteró de que Bernardo había sido arrestado. De inmediato se dio cuenta de la verdad sobre el incendio de la noche anterior.
“¡Maldito!”, lo maldijo enojada antes de tomar su bolso y salir de la oficia hacia la residencia en la Bahía de Kensington.
Ben le sugirió que después de estabilizar la situación en la compañía, empacara ropa y necesidades básicas de Amber y las enviara al hospital.
Después de todo, Amber estaría allí un largo tiempo. Remi hizo todo con prisa y llegó al hospital dos horas después. Ben la estaba esperando en el ascensor.
“Señor Britos, ¿La Señorita Reed está bien?”, preguntó mientras se acercaba.
“Está bien, sin embargo, su vista está comprometida. Quizá deba pasar por una cirugía en el futuro. No se preocupe, se recuperará por completo después de eso”, respondió Ben.
Remi asintió mientras entraba al ascensor y suspiró aliviada.
“Me alegro. A excepción del asunto de la visión, tuvo suerte de salir del incendio ilesa. No puedo pedir más. ¿Dónde está el Presidente Farrell? ¿Cómo está?”.
Ben movió la boca; estaba de mal humor y no dijo nada. Remi se asustó cuando se dio cuenta de que quizá su estado era muy grave; sin embargo, no sabía cuan malo era.
Por ende, no hizo más preguntas para no entristecerse. Le entregó a Ben una de las dos bolsas.
“Estas son las pertenencias del Presidente Farrell, Señor Ben”.
“Muchas gracias”. Ben asintió y la recibió.
No podía salir del hospital, así que le había pedido a Remi que se las llevara.
“No es nada”.
Sacudió la mano.
Cuando el ascensor llegó, resonó un ring.
Después de salir, Ben señaló la habitación frente a ellos.
“La Señorita Reed está en esa habitación. Puede visitarla si lo desea; es seguro que todavía no se haya despertado. Yo iré a ver al Presidente Farrell”.
Entonces, se giró y caminó en dirección opuesta.
Remi respiró hondo mientras observaba el cartel que había en esa dirección. ¡Es terapia intensiva!
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