Enamorado de mi ex esposa -
Capítulo 1503
Capítulo 1503:
Norah dijo que lo había hecho por Jared, además, debía hacerse cargo sola si era su cumpla. Ella nunca arrastraría a su familia, pero Jared había ido demasiado lejos esa vez. Incluso mencionó cómo la declaración afectó a su abuelo y lo tuvieron que hospitalizar. Jared después probó su crueldad al no visitarlo ni enviarle saludos.
Su llanto triste dio en el punto débil de los internautas, que comenzaron a apoyarla.
Jared se convirtió en el objeto de las críticas ya que Norah había intentado ayudarlo aunque no había entendido la situación y se había equivocado. Sin embargo, era cruel de su parte por cómo había decidido tratara la Familia Jones cuando ella solo intentaba ayudarlo, sin mencionar que su abuelo era su mentor.
Incluso había más comentarios que decían que estaba encaprichado con Amber. Si trataba a la familia de su mentor de esa forma por una mujer, ¿Eso no hablaba de la credibilidad de su compañía? ¿Sería responsable por los productos abastecidos a la gente si no mostraba piedad por los Jones? La página estaba llena de comentarios así; la mayoría se ponía del lado de Norah y regañaba a Jared, mientras que una minoría decidía no comentar.
Después de todo, hubo varios giros inesperados y no querían sacar conclusiones apresuradas, en especial cuando Jared no había hablado. La historia de Norah no era suficiente. Sin mencionar que las personas racionales eran la minoría.
La mayoría de ellos creía en quien derramaba más lágrimas; las emociones eran más importantes que su juicio.
Amber sintió lástima por los tontos de los internautas en lugar de enojarse, ya que no podían discernir la verdad. Además, ¿De qué le servía enojarse con los tontos? Sacudió la cabeza y no prestó más atención a los comentarios impulsivos y las lágrimas de cocodrilo de Norah.
Sabía que había comenzado una transmisión en vivo para forzar a Jared, ganándose la empatía del público. Con la ayuda de ellos y su lástima, pensaba que podía liberar a la Familia Jones del castigo una vez que él no pudiera con las críticas. Ingenua.
De hecho, Jared no era la clase de persona que sucumbía ante las críticas y detestaba a cualquiera que lo amenazara. Norah no cumpliría su objetivo, sino que haría que Jared la odiara aún más y a la Familia Jones. Además, ¿Tendría éxito si los internautas intentaban boicotear a Grupo Farrell?
La industria alimenticia y producción de necesidades básicas eran industrias que podían ser boicoteadas con facilidad; sin embargo, la compañía estaba involucrada en industrias pesadas, bienes raíces, turismo, tecnología y otras que involucraban la vida cotidiana de las personas. A no ser que uno decidiera vivir en la naturaleza y nunca volver a la civilización, estaba obligado a comprar esas necesidades. Por ende, boicotear a Grupo Farrell era imposible.
A pesar de las amenazas en internet, los internautas sabían que eran quejas vacías.
Solo estaban desahogándose en el momento sin pensar. Norah era la única que pensaba que sería un éxito. Amber desdeñó mientras sacudía la cabeza. Después, llamó a Jared para preguntarle si arreglaría el asunto. Sin embargo, quizá estaba ocupado ya que no atendió. Amber, sin más remedio, cortó y decidió llamarlo después o esperara que él se contactara.
Debía cambiarse y prepararse para el trabajo, que era lo más urgente en el momento. Levantó las bolsas de ropa y las llevó a la habitación. Eran las diez de la mañana cuando terminó de vestirse y maquillarse. Tomando su bolso y la basura del desayuno, salió de la residencia de Jared hacia Compañía Goldstone. Cuando llegó, eran las diez y cincuenta y cinco, cinco minutos antes de la reunión. Suspiró aliviada. Menos mal que no llegué tarde.
Cuando salió del ascensor, Remi la estaba esperando.
“Presidente Reed, está aquí”.
Amber le sonrió.
“Sí, lamento que me hayas esperado tanto”.
Remi sacudió la cabeza.
“Es mi deber. Aquí están los documentos para la reunión”.
Le entregó los papeles a Amber, que les dio un vistazo antes de guardarlos.
“Muy bien, iré a la reunión. Por favor, lleva mi bolso a la oficina. Gracias”.
“Muy bien, presidente”.
Amber se dirigió a la sala de reuniones con tos documentos en mano. No era una reunión importante, pero tenía relación con la dirección estratégica que debía tomar la compañía. Durante esta, Bernardo miraba a Amber de manera tan amenazante que podía provocarle escalofríos a cualquiera. Incluso si Amber estaba acostumbrada a esa mirada siniestra, no pudo evitar sentirse incómoda esa vez. El aura siniestra de él era más fuerte.
Ella fijó la mirada en el piso a que sabía que Bernardo planeaba algo. No la miraría así a no ser que estuviera planeando tenderle una trampa. Al pensar en eso, enderezó la espalda y se puso en guardia en caso de que pudiera caer en su trampa, pero él no dijo ni hizo nada durante toda la reunión. Cuando esta terminó, salió de la sala de inmediato sin mirarla.
Amber se quedó sin palabras ya que se había preparado para nada. Consideraba a Bernardo una bomba a punto de explotar y estaba preparada para responder a su ataque, y, sin embargo, desistió. Se había preocupado por nada, pero era mejor así. Se sintió aliviada y dejó de tener el cuerpo tensionado mientras se encorvaba en su asiento.
Cuando se relajó, le comenzó a doler el cuerpo y se sintió cansada por estar tensa. No obstante, se mantuvo atenta. No podía ignorar la forma en la que la había observado; todavía podía verlo en su mente.
Bernardo era como un animal que se escondía para después atacar. Así que su mirada reflejaba que tramaba algo, solo que no era el momento de poner su plan en acción. Eso no significaba que se daría por vencido, así que no podía bajar la guardia todavía.
Mientras pensaba en eso, alguien tocó la puerta y la sacó de su estado. Miró atrás y vio a Remi parada en la puerta.
“Presidente Reed, su teléfono sonaba cuando estaba en su oficina dejando unos documentos. Se lo traje, es el Presidente Farrell”. Remi entró a la sala para acercarle el celular. “Le dije que estaba en un reunión y que lo llamaría después”.
“Muy bien, gracias”. Amber tomó el teléfono, sonriendo.
Remi, que debía irse de inmediato, se mordió el labio, ya que estaba en un dilema.
Al ver que había algo extraño, Amber le preguntó, preocupada: “¿Qué sucede? ¿Sucedió algo?”
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