Enamorado de mi ex esposa -
Capítulo 1493
Capítulo 1493:
Era evidente que Jared estaba decidido a arruinar a la Familia Jones. el Viejo Señor Jones se acercó a él con ansiedad.
“Jared, ¡No puedes hacer esto! Vas a provocar que yo, tu mentor, desfallezca. ¿No temes lo que dirán?” Con ojos grandes y gritando le dijo a Jared.
Por el otro lado, él estaba tranquilo como siempre.
“¿Por qué temería? Si tuviera un mentor justo y correcto que no hubiera perjudicado a su estudiante, quizá me habría preocupado de lo que la gente diría de mi comportamiento, pero, señor, ¿Es justo y correcto en primer lugar?” El Viejo Señor Jones parpadeo y trastabilló hacia atrás, pasmado.
Jared desdeñó: “No mostró ninguna de esas cualidades como mentor. Además, manipuló la relación entre un estudiante y su pareja, permitió que su nieta molestara a Amber sin disculparse después. ¿Todavía espera que lo perdone por eso?”
En ese momento, supo que ese era el fin de la fortuna de la Familia Jones y se dio cuenta de que no había posibilidad de convencer a Jared; por tanto, el Viejo Señor Jones cayó de espaldas, encolerizado.
“¡Abuelo!” Asustada, Norah gritó al verlo.
Al escucharla, Jared los miró. Cuando observó al Viejo Señor Jones en el piso, dudó por un momento antes de decidir ayudar a su ex mentor. En cambio, le pidió a uno de los guardaespaldas que lo llevara al hospital.
Sin importar como, nunca dejaría que el Viejo Señor Jones falleciera en ese punto. De otra manera, se complicaría la situación. Una vez que lo subieron a la ambulancia, Norah, el único familiar en la escena, lo siguió en su vehículo. Antes de eso, se giró para mirar a Jared con enojo y resentimiento.
“Jared, no te perdonaré si algo le sucede a mi abuelo”.
Después, subió al auto con el corazón roto.
Jared se quedó de pie, observando cómo se alejaba la ambulancia con rapidez sin un mínimo cambio en su expresión. Ben, que estaba detrás suyo, puso los ojos en blanco.
“¿No es graciosa? Todo lo que habló del perdón… y, en realidad, a usted ni siquiera le importa ella”.
“…”
Para Jared, Norah no era importante y ni siquiera pensaba en ella. Podía decirse que ella se sobre estimaba demasiado; pensaba que a Jared le importaba.
“Muy bien. Vámonos”, dijo Jared y se dirigió al hotel con Ben detrás.
Cuando llegaron al estacionamiento subterráneo, Ben abrió la cerradura con la llave, y las luces del Maybach brillaron. Una Amber adormilada, que había estado esperando en el auto, se despabiló cuando escuchó el ruido y miró por la ventana; después, sonrió al ver a los dos hombres al lado de ella. Sin embargo, cuando abrió la puerta del auto, una gran y pálida mano la empujó para detenerla. Ella parpadeo confundida.
“¿Qué sucede?”
Jared se agachó y la miró desde la pequeña abertura.
“No salgas del auto. Hace frio afuera. Quédate aquí. Vendré pronto”. Quería cerrar la puerta, pero ella lo detuvo.
“¡Espera!” Se quedó quieto y la miró otra vez, por lo que ella gritó: “No tienes que dar la vuelta al auto. Solo entra por este lado”.
Después de eso, se movió en el asiento para dejarle lugar. Al ver eso, sólo rió y obedeció.
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