Enamorado de mi ex esposa
Capítulo 1490

Capítulo 1490:

“Muy bien. Te esperaré en el auto. No tardes”. Amber no rechazó su sugerencia y asintió de acuerdo.

Jared le acarició el cabello con gentileza.

“Seré rápido. Media hora, como mucho”.

“Muy bien”. Amber asintió, sonriendo. “Estaré esperando”.

Él miró a Ben.

“Llévala al auto”. No quería que fuera sola.

Ella sabía que le había pedido que la acompañara porque estaba preocupado de que se encontrara con alguien en el camino, así que no se rehusó y se fue con Ben.

Cuando Jared vio que sus figuras desaparecían de su vista, metió las manos a Los bolsillos y caminó en dirección al ascensor. La habitación en donde estaba el Viejo Señor Jones y Norah estaba unos pisos abajo; no estaba en el mismo del salón del banquete.

Cuando llegó a la puerta de la suite, los dos guardaespaldas que vigilaban la entrada lo saludaron de manera respetuosa: “Señor Farrell…”

“¿Cómo están?” Jared se detuvo y les preguntó.

Uno de los guardaespaldas miró a la puerta cerrada y dijo: “Ambos están adentro. Entramos a verlos cada diez minutos y no hicieron nada inusual”.

“Abran la puerta”, dijo Jared, asintiendo.

“Si, señor”.

Los guardaespaldas asintieron, estiraron el brazo de manera simultánea y le abrieron la puerta. El Viejo Señor Jones y Norah escucharon como se abría la puerta, pero ninguno miró. No estaban interesados, ya que pensaban que eran los guardaespaldas de nuevo.

El Viejo Señor Jones estaba sentado en una silla grande con los ojos entrecerrados; parecía estar dormitando o meditando. Mientras que Norah, que estaba sentada a su lado, tenía la cabeza gacha y se mordía la uñas; se veía inquieta y ansiosa. Su apariencia hacía que la habitación se sintiera extraña.

En ese momento, la voz indiferente de Jared los despertó.

“Señor Jones”. Entró sin pedir permiso. Su mirada se posó en Norah y después en la extravagante silla del Viejo Señor Jones. Este abrió apenas la boca.

El Viejo Señor Jones se despertó de un salto cuando escuchó su voz. Norah dejó de comerse las uñas y levantó la cabeza de manera abrupta.

“Jared”. Norah se puso de pie de inmediato cuando lo vio. El resentimiento en su interior desapareció y sintió entusiasmo.

Ella lo amaba. Bueno, lo despreciaba un poco por como la había tratado debido a Amber. Sin embargo, cuando lo vio, el enojo desapareció y sintió alegría. Jared ni siquiera la miro e hizo como si no la hubiera escuchado. En cambio, miró al Viejo Señor Jones con indiferencia.

Norah se enojó por su indiferencia, pero no se atrevió a actuar de manera imprudente debido al miedo que sentía, así que solo pudo pisotear el suelo con frustración.

Al final, suspiró enojada, se volvió a sentar y giró la cabeza. ¡Estoy tan molesta!, pensó. ¿Cómo se atreve a ignorarme?

Bueno, lo ignoraré también. No diré una sola palabra a no ser que venga y me confronte.

Sin embargo, nunca se le ocurrió que a Jared no le importaban sus sentimientos y que no le agradaba. Ella no era nadie para él. Desafortunadamente, se tenía en alta estima y era demasiado confiada.

Mientras, el Viejo Señor Jones observó con cautela como interactuaban, o en realidad, como no lo hacían. Si Jared hubiera ignorado a Norah en el pasado, se habría enojado y lo habría regañado por su comportamiento. Pero, en ese momento, sabía que Jared lo detestaba a él y su familia y que había perdido la paciencia. Por eso, no pudo decirle nada, sin importar lo disgustado que se sentía.

Después de todo, lo primordial era persuadirlo. Solo lo enojaría más si lo regañaba, así que no valía la pena. Mientras el Viejo Señor Jones pensaba en eso, puso una expresión de abatimiento.

“¿Tanto nos odias, Jared? ¿Ya no soy tu mentor?”

La forma monótona que utilizó Jared para dirigirse a él lo preocupo; demostraba que detestaba a todos los Jones, incluido a él mismo. Al principio pensó que lo seguiría respetando, aunque odiaba a Norah y a Germán, o al menos que fingiría respeto al enfrentarlo.

Nunca pensó que Jared no separaría al Viejo Señor Jones de toda la familia. Ya no le interesaba seguir la farsa; eso era muy malo.

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