Enamorado de mi ex esposa
Capítulo 1437

Capítulo 1437:

Alice se retiró con prisa y Jared la despidió, pero se reflejó sospecha en su mirada. Estaba interesado en su pasado para empezar; quería saber si había algo sospechoso sobre este; sin embargo, después de su conversación, podía asegurar una cosa: Su pasado no solo era sospechoso, sino que quizá impactante. Apretó los labios y sacó su teléfono para enviarle un mensaje a Ben. Investiga a Alice aún más. Quiero los resultados en una semana.

Ben respondió un segundo después: Sí, señor. Jared relajó en ceño, guardó el teléfono y notó que todos lo observaban. Cuando levantó la cabeza, notó las miradas de curiosidad de los invitados. Era notorio que querían saber de qué habían hablado con Alice y qué clase de relación tenían.

Su rostro se ensombreció por la atención que estaba recibiendo. Tienen demasiado tiempo libre. Los miró, enojado. Los invitados notaron que estaba molesto.

¡Ay! No le gusta que lo estemos observando. Se giraron y no dijeron más.

Una vez que desviaron la mirada, Jared se sintió mejor. Se apoyó en el asiento y acabó el vino. Al mismo tiempo, Amber terminó de hablar con la anfitriona; una vez que intercambiaron tarjetas, se disculpó de manera educada para retirarse e ir con Jared con la buena noticia. Hora de buscarlo.

Apenas salió de la sala de descanso del anfitrión, un camarero se acercó a ella.

“Señorita Reed”.

Al notar que la llamaba, se detuvo y le sonrió.

“Hola, ¿Necesita algo?”

El camarero respondió con rapidez: “Señorita Reed, la Señorita Chesta y sus amigas me pidieron que la buscara.

Quieren que sepa que una muchacha en silla de ruedas está molestando al Presidente Farrell. Debe ir de inmediato”.

“¿Una muchacha en silla de ruedas?”

Su expresión cambió y el ambiente alrededor se volvió gélido.

Eso sorprendió al camarero, que asintió en respuesta.

“Sí, eso es lo que ellas dijeron. Lo vi por mí mismo, está en una silla de ruedas”.

Amber apretó los labios con seriedad.

Una joven en silla de ruedas, ¿No?

Debe ser Alice, no hay nadie más que esté incapacitada que conozca, se mordió el labio mientras pensaba. Así que llegó y fue directo hacia Jared. Me preguntó por qué. La mirada de Amber reflejaba sus sospechas.

Al ver que seguía allí, el camarero no pudo evitar decirle: “¿No irá, Señorita Reed? Esa muchacha está hablando con el Presidente Farrell”.

Amber se tranquilizó y sonrió.

“Está bien; confío en que mi novio no me traicionará, pero ¿Sabes por qué esa muchacha quería verlo? ¿Sabes de qué hablaron?”

El camarero negó con la cabeza.

“Lo lamento, Señorita Reed, pero no tengo la respuesta a eso. No puedo acercarme a él y escuchar, ¿No? Sería como tener una conducta s%icida”.

Es cierto. Sonrió con timidez.

“Es cierto. Puedes irte ahora, iré a ver a Jared y le preguntaré”.

“Por supuesto”. El camarero hizo una reverencia y se movió a un lado para que ella pudiera pasar.

Amber caminó. Ese era el trabajo del camarero después de todo. Si se negaba a ir primero, eso le dificultaría el empleo. Sin embargo, había dado solo unos pasos cuando recordó algo.

Se detuvo y se giró hacia él: “Espere un minuto”.

El camarero la miró.

“¿Necesita algo, Señorita Reed?”

Lo miró de forma extraña.

“¿Dijo que la Señorita Chesta lo envió?”

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