Enamorado de mi ex esposa
Capítulo 1430

Capítulo 1430:

Amber suspiró y miró a Jared una última vez antes de acercarse al grupo de mujeres. El la miró mientras reunía coraje para saludarlas. Después, Amber tomó el vaso de vino tinto e hizo un brindis. Solo se retiró después de ver que ella se llevaba bien con el grupo de mujeres y charlaba.

Había crecido mucho desde que la conocía. Si fueran los viejos tiempos, nunca habría logrado reunir el coraje de saludar a esas mujeres. En ese momento, se armó de valentía y comenzó a entablar una conversación con ellas. Jared estaba feliz de ver que había crecido tanto.

La dejó con sus asuntos y se retiró para saludar al amigo de su abuelo. Una vez que lo hizo, se negó a hablar con nadie más y se rehusó a los pedidos de algunas personas de entablar una conversación. Fue al área de descanso y esperó que Amber terminara de hablar con las mujeres.

Ya que se negaba a hablar con nadie, las personas tampoco intentaron acercarse. No querían que se enojara con ellos después de todo.

Debido a eso, estaba solo ya que nadie se atrevía a acercársele. Nadie se dirigiría hacia él a no ser que él los llamara. La generación más anciana, que no intentaba crear lazos con Grupo Farrell y tampoco pertenecían a empresas con convenios con la compañía, no se humillarían para saludarlo.

La otra generación podía, pero él había dejado claro que no quería ser molestado, así que nadie lo saludó. Los más jóvenes le temían y preferían estar lejos del que entablar una conversación con Jared.

Gracias a eso, Jared estaba tranquilo, lo que era su meta. El anfitrión del banquete les pidió a los camareros que lo observaran. Se acercaban cada vez que necesitaba algo como si no se atrevieran a hacerlo esperar. El anfitrión no se enojó de que Jared no se acercara a saludarlo.

Tampoco se quejaba, ya que sabía que Jared solo había asistido debido a su novia y no porque fuera su amigo. En ese momento que la novia de Jared no estaba cerca, él no deseaba hablar con nadie, ni siquiera el anfitrión.

Era el hombre más poderoso de la ciudad, así que, el anfitrión no se enojaría ni quejaría por la manera de comportarse de Jared. El hecho de que hubiera asistido ya era sorprendente y había elevado el nivel del evento. Al anfitrión no le molestaba que Jared se rehusara a hablar con nadie. Después de todo, su novia estaba charlando con la esposa de él y Jared no la había detenido. Creo que le agradamos. Sonrió cuando llegó a esa conclusión.

Jared desconocía lo que pensaba el anfitrión. Se sentó en un rincón mientras bebía vino y observaba su teléfono. Ben le había enviado un mensaje; le dijo que descubrió a qué familias pertenecían esas muchachas.

Eran de la Familia De Blanco y Zarat.

Eran familias de cuarta categoría en Olkmore y se dedicaban a la industria de la comida y la moda. No había sido hasta una década atrás que comenzaron a ser conocidos. No eran aristócratas. Como mucho, eran arribistas y no de los ricos.

Esas familias no estaban en la lista de invitados tampoco. Se habían esforzado por conseguir invitaciones.

Su objetivo era, probablemente, convertirse en aduladores de los aristócratas así su familia podía fortalecerse y convertirse en ricos algún día. Sin embargo, Jared no permitiría que eso sucediera. Se cruzaron conmigo, así que pueden olvidarse de sus sueños.

Apretó los labios y sus ojos reflejaron enojo. El hecho de que esas familias se hubieran infiltrado en el evento le hizo recordar la advertencia de la Señora Lyon. Los Kampwerth, que estaban en el negocio de la pesca, obtuvieron una invitación también.

Intentarán emparejarme con su hija.

Me pregunto si están aquí. Entonces, llamó a Ben.

Al poco tiempo, Ben atendió la llamada.

“Presidente Farrell”.

“Quiero que revises si hay más personas que no fueron invitadas, en especial aquellos de apellido Kampwerth, Dile al anfitrión sobre eso y que vigile a los invitados”, dijo con frialdad. Planeaba deshacerse de esas familias de una vez.

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