Enamorado de mi ex esposa
Capítulo 1429

Capítulo 1429:

Amber se arrepintió de haber bromeado con eso. No debería haberlo llamado así, en especial en un momento como este. Entonces, Jared interrumpió sus pensamientos.

“¿En qué piensas?”

“Nada, es solo que…”. Forzó una sonrisa.

“¿Mmm?”

“Bueno, lo que hice…”

No pudo terminar la idea ya que Jared se percató de algo. Señaló a un grupo de mujeres que estaban cerca de ellos.

“Ahí está”.

Amber miró en la dirección en que señalaba y vio a algunas mujeres paradas en medio del salón, charlando.

Todas vestían atuendos costosos y se veían majestuosas. Quien estaba en el centro del grupo era la mujer con quien Amber quería hablar. Se sintió eufórica en el momento en que sus ojos se posaron en ella.

“¡Oh! Es ella, Me iré, entonces”.

“¿Quieres que te acompañe?” La miró.

Ella negó con la cabeza.

“No, ya me ayudaste mucho esta noche. Lo haré yo misma. Yo soy quien tiene un favor que pedir, no tú.

Intentaré conseguirlo por mis medios.

Además, son todas mujeres. No creo que sea apropiado que se acerque un hombre”.

Le acarició la cabeza con suavidad.

“Muy bien. Estaré cerca entonces.

Debo saludar al amigo de mi abuelo”.

Señaló a otro lado y dijo: “Estaré esperándote ahí”.

“Bien, me iré ahora”. Amber asintió.

“Muy bien”, dijo Jared. “Ve. Me iré después de que entables una conversación con ellas”.

Ella le sonrió antes de girarse. Se dio una palmadita en el pecho mientras respiraba hondo para calmarse.

Después, juntó coraje y se acercó a las mujeres. Justo entonces, un camarero la llamó.

“Señorita Reed, ¿Puedo ayudarla con eso que tiene en la mano?”

Ella se pausó por un momento. Se giró para mirar a Jared cuando se dio cuenta de a qué se refería. Él asintió de manera casi imperceptible cuando sus miradas se encontraron. ¡Ah! Esta es la persona que Ben envió para ayudarme. Suspiró aliviada y le entregó la bolsa al camarero.

“Por supuesto, muchas gracias”.

Sorprendido de que Amber le sonriera, se apresuró a agacharse.

“No es nada, Señorita Reed”.

Después, observó su mano. “Veo que no tiene nada para beber, volveré en un segundo. ¿Qué le gustaría?

“Vino tinto”. Señaló al grupo de mujeres. “Estaré allí. Solo acérquese a mi cuando esté listo.

“Por supuesto”. El camarero asintió y se retiró con la bolsa en la mano.

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