Enamorado de mi ex esposa
Capítulo 1374

Capítulo 1374:

Después de dejar el teléfono, Amber bebió un sorbo de café y escuchó que alguien llamaba a su puerta. Entonces, levantó la cabeza y vio a Remi de pie con una bolsa hermosa mientras sonreía.

“Presidenta Reed, el vestido que pidió está aquí”.

Mientras hablaba, bajó la mano con la que golpeó la puerta y caminó hacia Amber.

“De acuerdo. Gracias”, respondió sonriendo mientras se ponía de pie.

“De nada, Presidenta Reed”. Remi le entregó la bolsa con ambas manos. “No me habré equivocado, ¿Verdad?”

Al escucharla, Amber miró la caja que había en la bolsa y negó con la cabeza.

“No, no te has equivocado. Este es el vestido. Gracias”.

“De acuerdo; entonces, me retiraré, Presidenta Reed”, asintió la asistente mientras sonreía.

En cuanto la escuchó, asintió y estaba a punto de decirle que se marchara cuando oyó un alboroto procedente del exterior.

“¿Quién es? ¿Qué está haciendo?”

Al oírlo, Amber y Remi se miraron.

“¿Qué está sucediendo?”, preguntó Amber mientras fruncía el ceño.

“No estoy segura” contestó Remi mientras negaba con la cabeza; estaba confundida.

“Vamos a ver” continuó Amber mientras dejaba con rapidez la caja que tenía en la mano, sin siquiera preocuparse por colgar el vestido para reducir las arrugas e inmediatamente se dirigió hacia la puerta con Remi detrás.

Cuando ambas salieron, vieron a un hombre vestido de negro de pie frente a la oficina de la secretaria, donde estaban sus asistentes con los brazos extendidos para bloquear la puerta y evitar que la persona entrara. Por otro lado, el desconocido tampoco retrocedía. Así pues, ambas partes estaban enfrentadas y ninguna de ellas estaba dispuesta a dar un paso atrás.

Al ver esa situación, Amber frunció los labios.

“¿Qué está sucediendo?”

Cuando las secretarias y asistentes la escucharon, se voltearon de inmediato a mirarla como si fuera su salvavidas, “Ha llegado justo a tiempo, Presidenta Reed. Esta persona iba a llevarse las pertenencias de Sheyla”.

Mientras hablaban, señalaron a la persona que estaba al otro lado de la puerta.

“¿En verdad ha venido para ceso?”, preguntó angustiada.

“Si”, asintió una de las secretarias.

Ante eso, Remi estaba confundida por toda la situación.

“Ustedes saben que Sheyla ha renunciado. Debido a que la noticia fue muy repentina, todas sus pertenencias continúan en la oficina. Quizás sea amigo suyo y le ha pedido que se las lleve. ¿Por qué le impiden el paso?”

Amber también asintió. Después de todo, era incorrecto que sus empleados impidieran que alguien entrara a la oficina y ayudara a Sheyla a llevarse sus pertenencias. No obstante, los empleados comenzaron a explicarle a Amber.

“No es eso, Presidenta Reed. Si en verdad fuera amigo de Sheyla y estuviera aquí porque ella se lo ha pedido, no le habríamos impedido el ingreso. Sin embargo, sabemos que ella no tenía otros amigos. Por lo tanto, todavía no estamos seguros de si él lo es en verdad o no. Además, no respondió cuando le preguntamos al respecto”.

Cuando Remi escuchó lo que acababan de decir, se quedó estupefacta. Luego, miró a Amber.

“Presidenta Reed, recuerdo que Sheyla, en efecto, no tiene amigos además de nosotras” explicó Remi. “Aun así, ¿Podría ser un familiar?” Sin embargo, Amber negó con la cabeza

“No, no puede ser. Los padres de Sheyla se han divorciado y ella vive con su madre. Todos sus familiares por parte de la madre han fallecido y aquellos por parte del padre no quisieron reconocerla. Por lo tanto, este hombre no está emparentado con ella”.

Mientras hablaba, entrecerró los ojos y miró al hombre de negro con cautela.

“¿Quién es usted?”

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