Enamorado de mi ex esposa -
Capítulo 1194
Capítulo 1194:
“Qué desvergonzado de su parte venir con las manos vacías y decirme que me olvide del asunto. Me pregunto de dónde sacó esta seguridad para asumir que lo perdonaría cuando no trajo nada y solo dijo perdón”.
Cuando Germán escuchó la reprimenda, había un dejo de culpa reflejado en su mirada.
Amber dejó de cruzar las piernas, se puso de pie y se acercó a él.
“Dígame, Señor Jones. ¿Por qué se siente tan seguro sobre este asunto?” preguntó de nuevo.
En esas circunstancias, con lo ególatra que era Germán ya no podía soportarlo y decidió soltar todo; suspiró profundo y la miro.
“¿Por qué? Porque soy mayor que tú. Dada la relación entre la Familia Jones y la Familia Farrell, deberías perdonar el comportamiento de Norah y hablarle bien a Jared de nosotros”.
“¿Qué?” La mujer quedó estupefacta al escuchar su respuesta. Cuando recobró los sentidos, enfureció. “¿Mayor que yo? ¿Su relación con la Familia Farrell?”
“Así es,” Germán levantó el mentón; lucía orgulloso de sí mismo.
Cuando Amber vio su reacción, su sonrisa desapareció.
“¿Qué clase de persona mayor es usted?
Además, no es de mi incumbencia su relación con los Farrell. ¿Por qué debería soportarlo, perdonarlos e incluso hablarle bien de ustedes a Jared?”
“¿Quién dice que no lo soy? No te olvides de que tengo la misma edad que tu padre, Hugo. Es evidente que soy mayor que tú.
Deberías llamarme señor; incluso aunque no lo hagas, deberías respetarme por serlo, ya que he estado en el mundo de los negocios veinte años más que tú”.
Mientras hablaba se mostraba cada vez más orgulloso.
“En segundo lugar, mi padre fue el tutor de Jared y, una vez que se es profesor, es como un padre para toda la vida. Como tal, se puede considerar que mi familia es también la familia de Jared. Si quieres estar con él, lo justo sería que nos halagues, ya que, de otro modo, te causaremos problemas y perjudicaremos tu relación con él”.
En ese momento, miraba a Amber con entusiasmo e insensatez. Tras escuchar lo que dijo, Amber se rio. De hecho, se rio a carcajadas mientras se tocaba el abdomen.
Cuando la vio reírse, a Germán se le detuvo el corazón, ya que tuvo un mal presentimiento.
“¿De qué te ries?” pregunto con los dientes apretados.
“Ahora entiendo. Justo cuando me preguntaba por qué estaba tan seguro, al final lo descubrí. En términos de edad, sin duda es mayor que yo. Sin embargo, siempre y cuando me rehúse a admitirlo, es una persona insignificante para mí.
Además, no tenemos un vínculo sanguíneo, pero, aun así, intentó persuadirme con su edad para que yo ceda ante usted. Debería avergonzarse, Señor Jones” dijo mientras se secaba las lágrimas tras escucharlo.
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