Enamorado de mi ex esposa -
Capítulo 1165
Capítulo 1165:
Lleno de resentimiento, Jared apoyó la espalda de un golpe contra el sofá. Por supuesto, no estaba molesto con Amber sino con la persona que tocaba al timbre tan tarde en la noche.
Amber, por su parte, hizo oídos sordos al disgusto del hombre y se apartó a toda prisa del sofá.
“¿Escuchaste el timbre?” preguntó mientras se arreglaba el cabello y la ropa desalineados.
Jared también se estaba arreglando la ropa en ese momento, pero lucía mucho más tranquilo que ella en ese frente. Ni siquiera una visita inesperada podía hacerte perder la compostura.
No fue hasta que se acomodó las mangas y cruzó las piernas que respondió: “Sí. Es solo una visita. ¿Por qué tienes tanto pánico?”
Luego, mientras observaba a la mujer, que se levantó para arreglarse los pantalones, sonrió y continuó: “Además, esta es nuestra casa, Si sentimos pánico cada vez que viene alguien a visitarnos, cualquiera podría pensar que estamos haciendo algo malo en una casa ajena”.
Amber parpadeó, estupefacta.
Sí, esta es mi casa. Lo que Jared y yo hagamos aquí es nuestro problema, así que ¿Por qué iba a asustarme tanto solo porque hay alguien en la puerta? Los que no tienen idea de nada podrían pensar que hemos venido a la casa de otra persona para hacer cosas malas.
Al pensar en eso, se dio una palmada en la frente, ridiculizada por su reacción.
“He reaccionado de forma demasiado dramática, pero bueno, esto es un reflejo. Al fin y al cabo, cualquiera reaccionaría así cuando aparece alguien de repente mientras se está besando.
Nadie quiere que se enteren de lo que está haciendo, ¿No?”
Jared se rio como respuesta. “De acuerdo, iré a abrir la puerta”. Amber se acomodó el cabello detrás de la oreja mientras caminaba hacia la entrada.
“Juntos” agregó Jared mientras le agarraba la mano.
Quería ver quién demonios había decidido arruinarle la noche yendo a esa hora. Espero que sea algo serio o…..
Entrecerró los ojos con una expresión maliciosa.
Mientras tanto, al otro lado de la puerta, el visitante no pudo evitar estremecerse y frotarse los brazos, sintiendo un frío inexplicable.
Justo entonces, la puerta se abrió y aparecieron Amber y Jared.
“Buenas noches, Presidente Farrell, Señorita Reed” saludó el visitante mientras bajaba apresuradamente los brazos y se ponía derecho al verlos a los dos.
“¿Ben?” Amber se sorprendió al descubrir quién estaba detrás de la puerta.
Jared, por su parte, frunció el ceño.
“¿Qué estás haciendo aquí?
“Yoo…”. Ben comenzaba a responder cuando vio el semblante de disgusto de su jefe.
“Más vale que sea serio, o puedes hacer las maletas e irte a Ibiza a trabajar mañana”.
“¡¿Qué?!” Ben no daba crédito a lo que escuchaba, tan estupefacto que sus anteojos se deslizaron hasta la punta de la nariz del salto que pego.
¿Qué está sucediendo? ¡¿Por qué?! ¿Qué he hecho? ¿Por qué me dice de ir a Ibiza de repente?
El aspecto de Ben, estupefacto y confundido, hizo que Amber frunciera los labios y soltara una carcajada. Fue su risa, también, la que permitió a Ben recuperar la compostura.
En ese momento, miró con desánimo a su jefe y le preguntó: “¿Qué he hecho mal, presidente? ¿Por qué quiere que vaya a Ibiza?”
“¿Necesitas una razón? Deja de quejarte y limítate a hacer lo que te ordeno”.
“Pero…”
“Bueno, Jared, basta”. Amber sujetó el brazo del joven y soltó una risita. “No lo asustes”.
Ella creía saber por qué enviaba de repente a Ben a Ibiza. Debía estar enfadado con el pobre asistente por haberlo interrumpido cuando estaban a punto de besarse, así que decidió vengarse de él. Ella sabía muy bien lo mezquino que podía llegar a ser Jared.
Divertida, sacudió la cabeza con una risita, pero Ben seguía confundido.
¿Asustarme? ¿Qué quiere decir, Señorita Reed? ¿Están jugando a algún tipo de juego? ¿Mentira o verdad? ¿El Presidente Farrell ha perdido y por eso me ha dicho eso?
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