Enamorado de mi ex esposa
Capítulo 1056

Capítulo 1056:

Cole había estado mirando fijo a la Señorita Dawson durante la conversación, a pesar de que ella había desaparecido hacía mucho tiempo y no había regresado. Amber al final le dio un golpecito en el hombro, lo que hizo que apartara la mirada y se diera vuelta.

“¿Qué sucede?” preguntó Cole tocándose el hombro.

“Yo debería ser quien lo pregunte.

¿Por qué miras hacia donde se fue la Señorita Dawson? Te llamé dos veces, pero no respondiste” dijo, cruzando los brazos y mirando a la puerta detrás de él.

“Estás equivocada. No la miraba, solo pensaba en algo” replicó con rapidez, nervioso.

Su reacción hizo que Amber pusiera los ojos en blanco.

“Bueno, lo que tu digas. Cole, déjame decirte que no puedes tratar a la Señorita Dawson de esa forma cuando vengas a buscarme la próxima vez. Es mi secretaria, no es más la tuya, así que es inapropiado que te comportes de esta forma”.

Como presidenta, Amber tenía que proteger a su propia secretaria. Debía asegurarse de que Cole no la maltratara bajo su cuidado.

“Bueno, bueno, la ignoraré de ahora en más, ¿Sí? De todos modos, no creo que haya tenido un comportamiento extraño hacia ella. ¿Acaso no viste la expresión impasible cuando me saludó? Ni siquiera tuve tiempo de quejarme de su actitud grosera. ¿Por qué en cambio me culpas a mí?” explicó frunciendo los labios y agitando la mano.

Amber hizo una mueca con la boca tras escucharlo.

“Cole, tu afirmación es poco razonable. ¿La actitud de la Señorita Dawson para contigo no es igual a como era en el pasado? No hay cambio, entonces, ¿Por qué te quejas de que no puedes aceptar su actitud desde que comenzó a trabajar en mi compañía?”

Cole quedó sorprendido y sin saber qué decir.

Sí, Sheila me saludó de la misma forma que antes y nunca pensé que había algo malo con ello. ¿Por qué me molestó su actitud ahora? Cole bajó la mirada y sintió un malestar indescriptible. Tomó una silla y se sentó después de un momento antes de agitar la mano de nuevo.

“Olvídalo. No hablemos de esto, me molesta.

Amber no pudo evitar poner los ojos en blanco. ¿Por qué está molesto?

El es quien se quedó mirando a la Señorita Dawson y se quejó de su actitud. ¿Por qué está nervioso? Por otro lado, Amber siempre había sido respetuosa de los límites de las demás personas. Como tal, dejó el tema de lado ya que Cole no quería hablar de ello.

De repente, alguien golpeó la puerta. Una asistente apareció con una bandeja y golpeó la puerta para anunciar: “Señorita Reed, su café está listo”.

“Por favor, entra”. Amber asintió con una sonrisa.

“Sí” murmuró la asistente antes de entrar sosteniendo una bandeja.

Luego, puso dos tazas frente a Cole y Amber. Después de hacerlo, se dio vuelta y se fue de la sala.

“Espera” le dijo Cole en ese momento.

“¿Tiene otro pedido, Presidente Lyon?“ preguntó tras detenerse.

“¿Dónde está la Señorita Dawson?” pregunto, girando la taza de café que tenía frente a él.

Su tono era monótono y no podía trasmitir lo que sentía. Sentada frente a él, Amber no tenía idea de lo que trataba de preguntar.

“La Señorita Dawson está respondiendo una llamada y tiene que encargarse del trabajo, así que está ocupada en este momento” explicó sosteniendo la bandeja de forma vertical, acordándose de lo que le había dicho la Señorita Dawson.

Cole se mantuvo en silencio y entrecerró los ojos fijos en la taza de café, absorto en sus pensamientos. En ese momento, la sala de reuniones quedó en silencio.

La asistente estaba de pie allí, y no tuvo opción más que mirar a la presidenta para que la ayudara. Amber se frotó el entrecejo, ya que sentía que le iba a doler la cabeza por el comportamiento del hombre.

“Cole…”. Amber estaba por hablar cuando el hombre bebió café antes de tirar la taza sobre la mesa.

¡Crac! El ruido sorprendió a Amber y la asistente.

“¿Acaso le sucede algo o está inventandose excusas para no traerme el café? Creo que sé cuál es la respuesta”.

Su mirada reflejaba furia.

La asistente estaba por fruncir los labios cuando decidió agachar la cabeza y mantenerse en silencio.

“Leila, puedes irte”. Amber le hizo un gesto, ya que no podía soportarlo más.

“Bueno.

Cuando Leila la escuchó, enseguida se apresuró a la puerta y se fue de la sala de reuniones, ya que le había dado permiso. Después de que se fue, Amber se dio vuelta hacia Cole, quien lucía triste frente a ella. Era evidente que estaba molesto porque la Señorita Dawson se había ido, ya que todavía le quedaba algo por decir.

“BCole, yo fui quien le pidió a la Señorita Dawson que hiciera que otra persona trajera el café, así que no puedes culparla porque no lo haya hecho” explicó en voz baja mientras lo miraba.

“¿Por qué hiciste eso?” Cole sostuvo la taza con un poco más de fuerza.

“¿Por qué no?” Se tocó el entrecejo y le explicó con cansancio: “¿Has notado el miedo que te tiene la Señorita Dawson?

No estoy segura de lo que sucedió entre ustedes para que ella te tenga tanto miedo. Todo lo que sé es que ahora soy su jefa y es mi responsabilidad mantenerla a salvo.

Encontraré una forma de evitar que se tope contigo porque la haces sentir incómoda y se asusta cada vez que te ve. Hice bien en protegerla, ¿No?” La mujer abrió los brazos.

Al mismo tiempo, de forma deliberada le ocultó el hecho de que ya estaba al tanto de lo que había sucedido entre ellos. Después de la explicación, Cole estaba más preocupado por lo que había dicho que por su presencia y se angustió mucho cuando la escuchó decir que la Señorita Dawson le tenía miedo.

“¿Por qué me tiene miedo?” preguntó en voz baja, apenas moviendo la boca.

La pregunta estaba dirigida casi tanto para Amber como para él mismo. Ella puso los ojos en blanco.

“¿No deberías saberlo? De todos modos, es lo que hay”.

Cole apretó la taza de café de nuevo antes de quedarse callado. Al final, pareció entender el por qué. Después de esa noche, le he hecho muchos comentarios inapropiados a la Señorita Dawson.

Es probable que esté asustada por eso.

¿Pero no debería estar contento de que me tiene miedo y me evita? Después de todo, esto es lo que quería desde un principio.

Siento una furia indescriptible ahora que veo que me trata de esta forma y también me doy cuenta de que no me gusta que me tenga miedo y me evite. ¿Por qué?

Cole lucía confundido mientras se miraba la mano.

Amber no sabía lo que pensaba cuando lo vio, pero sin dudas que estaba relacionado con la Señorita Dawson.

“Bueno, Cole, ya basta. No quieres verla y ella no quiere traerte café, ¿No es eso lo que querias?” Golpeó la mesa y sacudió la cabeza.

¡Por supuesto que no! Cole tenía un deseo reprimido de decir eso.

Cuando estaba por hablar, reaccionó y se dio cuenta de que era algo que debería mantener en secreto. Como resultado, tragó saliva de forma abrupta, asintió y sonrió.

“Tienes razón. Es bueno evitar ver a alguien que no quiero ver”. Levantó la taza de café y bebió después de hablar.

La taza de café delicada bloqueó la expresión de tristeza con precisión, la cual ocultaba el hecho de que no estaba tranquilo ni contento al hablar. En definitiva, era evidente que no iba a decir lo que pensaba.

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