Capítulo 285:

Si me ayudas a hacerlo, me aseguraré de que puedas escapar».

Me reí ante su propuesta.

“¿Y quién dice que no puedo escapar por mi cuenta?»

«Nunca dije que no podías, pero si lo haces sola, seguirás siendo nada más que una loba desterrada del reino de Mador.

Vivirás el resto de tu vida huyendo y jamás podrás volver a ser una noble.

Pero si aceptas hacer este trato conmigo, asegurarás la caída de Marco.

Entonces, tú y yo nos convertiremos en el rey y la reina de este lugar».

Hice una pausa y me mantuve en silencio por un momento mientras miraba a Eric con fiereza y pensaba en lo que me había propuesto.

Durante muchos años intenté ganarme el amor de Marco, pero él siempre me rechazó.

Ahora ya no sentía amor por él, sentía rabia, y estaba ansiosa por verlo caer.

“Acepto».

Una sonrisa se formó en el rostro de Eric.

“Sabía que tomarías la decisión correcta, Lily.

Siempre has sido muy inteligente.

Me pondré en contacto contigo en poco tiempo.

Por ahora, iré a ver a mi querido padre».

Punto de vista de Tanya

Tal y como me lo había pedido Marco, y con la ayuda del increíble sentido del olfato de Freya, pude colarme hasta la habitación del rey Joseph.

Cuando entré, me acerqué a él y revisé su piel en busca de alguna pista.

Después de buscar por un par de segundos, noté que una marca negra en la palma de su mano aparecía y desaparecía de manera intermitente.

Acababa de confirmarlo: había sido envenenado con magia negra.

Sin embargo, antes de que pudiera hacer algo más, mi loba me dijo que alguien se estaba acercando por el pasillo y se dirigía a la habitación.

Tercer punto de vista

Cuando Eric llegó al hospital, muchos miembros del personal lo saludaron.

En respuesta, él les ofreció una cálida sonrisa.

Sin embargo, ninguno de ellos sabía que debajo de esa pinta de caballero se escondía un alter ego oscuro y despiadado.

Al entrar a la habitación y ver a su padre, su sonrisa desapareció y su mirada se volvió inexpresiva, indicando que en realidad el hombre sobre la cama no le importaba para nada.

Mientras se acercaba al rey, el príncipe notó que la ventana del lugar estaba abierta de par en par.

Verla así le hizo sospechar que algo no andaba bien y comenzó a revisar la habitación.

No sabía qué era exactamente lo que estaba buscando, pero no se detuvo.

Y mientras lo hacía, Tanya se escondía debajo de la cama, esperando y rezando para que Eric no la descubriera.

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