Capítulo 284:

Varios días después

Punto de vista de Lily

Fingir estar enferma fue humillante, pero sabía que era la única forma en que podría hacer que los guardias fueran a verme.

Luego de eso, y quizá con un poco de suerte, podría convencer a uno de ellos para que abriera mi celda y me dejara escapar.

Lloré y lloré pidiendo ayuda, pero para mi sorpresa, no fue un guardia quien apareció frente a mí.

Fue el príncipe licántropo mayor quien salió de entre las sombras.

Su ropa real brillaba, contrastando mucho con la mugrienta celda en la que estaba y la ropa que me habían dado.

Además, en su mirada había un interés que me dejó desconcertada.

Traté de mantener una expresión neutra, pero el pánico se estaba apoderando de mí debido a lo intimidante que lucía.

Fue extraño pensar que hacía cinco años habíamos celebrado nuestro compromiso mientras vestíamos con lujosas ropas y éramos alabados por todo el reino.

En ese momento, y con él frente a mí, no pude hacer nada más que encogerme y preguntarme qué era lo que quería de mí.

Sabía muy bien que podía ver a través de mi expresión y que podía sentir lo alterada que estaba por dentro.

Entonces, él rió con malicia y dijo: «No tengas miedo, cariño.

No estoy aquí para lastimarte».

No creí nada de lo que dijo.

«Estoy aquí para hacer un trato».

Entrecerré mis ojos, pues tenía mis dudas.

«Yo siempre supe que no eras la verdadera heredera de la familia Montenero, que no eras la hija de Vivian.

Sin embargo, permanecí en silencio porque me eras útil.

Y ahora puedes serme útil una vez más».

«Hace cinco años robé una de tus botellas.

Esta contenía el veneno que utilicé en el rey Joseph para dejarlo en coma hasta el día de hoy».

No pude creer lo que acababa de escuchar.

Jamás creí que Eric fuera capaz de hacer algo así.

Ese hombre se había asegurado de mostrarse siempre como el más tranquilo de los dos hermanos,

Aparentando ser opacado por la naturaleza fuerte y despiadada de Marco.

«La magia negra que había en esa botella es la misma que vi en tu collar.

Sin embargo, tu madre era una omega, dudo que fuera capaz de crear algo así por su cuenta.

Alguien más te ayudó, ¿no es así?»

Alcé la cabeza y lo miré a los ojos, desafiante, pero él ni siquiera se inmutó.

«Quiero aprender magia negra.

.

.

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