Embarazada de una noche con el Alfa -
Capítulo 282
Capítulo 282:
Era obvio que Lily nos estaba evaluando.
Jamás esperó que fuéramos tan fuertes.
Pude notar un poco de preocupación en la mirada y postura de su loba.
Pero Freya era una guerrera, y sin previo aviso se lanzó hacia ella con otro rugido.
Ambas chocaron y comenzaron a pelear.
De vez en cuando se levantaban en dos patas para tratar de sacar ventaja sobre la otra.
Las mordidas que daban eran fuertes, obviamente tratando de desgarrar la carne.
De repente, mi loba lanzó todo su peso hacia adelante para golpearla con fuerza.
Lily no lo soportó y perdió el equilibrio, cayendo debajo de nosotras.
Freya y yo la sujetamos con nuestras patas, mordimos su collar y tiramos de él.
La cadena se rompió, haciendo que la joya se deshiciera en cientos de pedazos.
A medida que los diamantes rodaban, volvían a su forma original, revelando su color rojo.
Y así como su collar, Lily también cambió.
La magia le había dado a su cuerpo un poder falso, y ahora que se lo habían quitado repentinamente, este estaba lidiando con las consecuencias de haberlo perdido.
El cuerpo de la mujer adelgazó rápidamente y el pelaje de su hocico se tornó gris.
Finalmente, no pudo soportarlo más y volvió a su forma humana.
Mientras aún estaba encima de ella, Freya emitió un gruñido ensordecedor justo frente a su cara.
El hocico de mi loba estaba a tan solo unos centímetros de su rostro, amenazando con destruirlo por completo.
Sin embargo, sabíamos que no debíamos hacerlo.
Nunca nos rebajaríamos a tal nivel.
Dimos un paso atrás con la cabeza en alto, orgullosas de haberla derrotado.
En ese momento, los guardias llegaron y la enviaron a las mazmorras.
Poco después me enteré de que sería encarcelada y que se quedaría allí por diez años antes de finalmente ser desterrada del reino de Mador para siempre.
No fue sino hasta que sentí que ya no estaba en peligro que pude volver a mi forma humana.
Cuando lo hice, Vivian corrió hacia mí y me abrazó.
La mujer comenzó a llorar, pues se había conmovido al enterarse de todo lo que había tenido que soportar sin ella a mi lado.
Por otro lado, también estaba orgullosa de que hubiera heredado el gran talento para hacer perfumes de la familia Montenero.
Thomas se acercó y expresó su arrepentimiento, diciendo que siempre había pensado que Vivian y yo nos parecíamos mucho y que debería haberse dado cuenta antes.
Philip le dio un par de palmadas en el hombro a su hermano en un intento por consolarlo y le aseguró que no había sido culpa suya, sino de Lily y su madre.
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